ARTE

El cuerpo y la violencia de Colombia

Una exposición en Madrid da visibilidad al arte colombiano con un trayecto desde lo colonial a la modernidad. Los fondos pertenecen a la colección del Banco de la República

Obra de Viki Ospina presente en la muestra de Alcalá 31

CARLOS DELGADO MAYORDOMO

La narrativa occidental ha observado el arte latinoamericano dentro de la influencia de los modelos europeos y norteamericanos. De ahí que las expresiones artísticas latinoamericanas hayan sido tradicionalmente confinadas al espacio de una modernidad residual y, en muchos casos, carente de una visualidad propia. Una de las virtudes de Campo a través. Arte colombiano en la Colección del Banco de la República es su definición al margen tanto de los patrones centrales como de los clichés de la alteridad. Estrella de Diego, la comisaria de la cita, ha integrado en su discurso una transversalidad entre momentos históricos que también determina la exposición permanente del Banco de la Republica en Bogotá (institución que que lleva desde los años 50 componiendo un riquísimo fondo de arte, esencialmente latinoamericano). Gracias a esta estrategia, se establecen diversas vías de acceso a la modernidad en el arte colombiano , con trayectos que nos retrotraen hasta la época colonial.

Una colección de monjas coronadas, pintadas muertas, de los siglos XVIII y XIX, sirve de pórtico conceptual a una exposición atravesada por las representaciones del cuerpo y los lugares de la violencia. Ambos temas, que se anudan en toda la primera planta, culminan su diálogo en las sillas quebradas de Doris Salcedo . El contexto territorial, lejos de enunciarse como un locus cerrado, es reflejado como una poderosa naturaleza salpicada por áreas intransitables, tal como narran las obras de Juan Fernando Herrán, Miler Lagos, Milena Bonilla o María Fernanda Cardoso .

Conflictos

Las acuarelas del científico francés Francois Désiré Roulin , que visitó Colombia en 1823, apuntan a un diálogo entre identidad y diversidad que artistas como Liliana Angulo Cortés o Beatriz González recuperarán en las últimas décadas. Finalmente, los trayectos del ámbito rural al urbano nos permiten atisbar parte de los conflictos que definieron tanto la lucha ideológica como la lucha armada. Junto a los dibujos de Óscar Muñoz o de Santiago Cárdenas , encontramos una reveladora selección de fotografía callejera que oscila entre la cotidianidad y el descontento civil. El recorrido culmina con un magnífico vídeo de Carlos Motta donde se revisita la conquista desde un lugar poco transitado por los relatos hegemónicos: el sexo como forma de dominación.

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