ARQUITECTURA

Andrés Jaque: «El reto es crear una red de lugares que conecte a los fans del Real Madrid»

Andrés Jaque, uno de los «jóvenes» arquitectos con mayor presencia dentro y fuera de España, diseñará los espacios, cafés, dedicados al culto al club blanco a lo largo y ancho de Iberoamérica

El arquitecto Andrés Jaque (Madrid, 1971) José Ramón Ladra
Laura Revuelta

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Con Andrés Jaque siempre tienes la sensación de que se encuentra por todas partes. Él y sus innovadoras ideas en torno a la arquitectura del presente y, sobre todo, del futuro. Abres Instagram, y ahí están las fotos que realiza aquí y allá. Miras el programa de algún evento puntero (tipo la Manifesta12) y figura su nombre y el de su equipo, la «Office for Political Innovation». Aunque reniega de las prometedoras etiquetas, su carácter iconoclasta es marca de la casa. A lo largo de este año, se pondrá en marcha el proyecto que engloba el diseño de los cafés o espacios del Real Madrid en Iberoamérica. Panamá suena como primer emplazamiento. Y puede que haya alguna noticia más que acreciente su prestigio, pero el «off the record» me impide dar más pistas.

-¿Qué piensa de la etiqueta de «joven» o de «promesa» que arrastra?

-Nuestra arquitectura se percibe como joven y prometedora porque siempre traemos diferencia y porque desafiamos los lugares comunes. Pero somos una oficina completamente consolidada. Hemos recibido el reconocimiento internacional con premios como el Frederick Kiesler (que también han recibido Nauman, Y. Friedman y Gerhy) o el León de Plata al mejor Proyecto de la 14 Bienal de Venecia. Estamos desarrollando en estos momentos proyectos en medio mundo. Me alegra que todo esto no nos haya vuelto conservadores, y que sigamos siendo vistos como una oficina que promete.

-¿Se considera que forma parte de una generación?

-No. Me relaciono con una serie de desafíos que son ineludibles en estos momentos y que me unen con artistas, científicos y pensadores, que, desde diferentes generaciones, disciplinas y trayectorias, han sabido conectarse con el presente.

-Yo diría que su arquitectura es poco convencional. ¿Cómo la define usted?

-Es una arquitectura que busca ganar una voz en la fabricación colectiva del presente. Proyectos como los Escaravox en Matadero-Madrid, son la respuesta a un espacio público en crisis que necesita equipamiento para poder conectarse con la interacción «online». COSMO MoMA PS1 es un David que desafía al Goliat de toda una ciudad como Nueva York, organizada para segregar a buena parte de su población...

«Desde hace tiempo ya no vivimos en ciudades. Habitamos en habitaciones en un edificio, en conglomerados de redes»

-¿Cuál es la arquitectura que defiende tras los excesos por los que ha pasado la disciplina?

-Una arquitectura experimental y pragmática; que entienda que lo espacial, lo material y lo performativo tienen un papel en la producción de nuestras sociedades.

-¿Cómo serán las ciudades del futuro y cómo deberían ser?

-Desde hace tiempo ya no vivimos en ciudades. El auge de los alcaldes estrella (como Sergio Fajardo en Medellín), coincidió curiosamente con su perdida de vigencia. En estos momentos habitamos conglomerados de redes «on» y «offline» que extienden nuestros sentidos y nuestra acción en el territorio y que llegan a controlar los aspectos microscópicos de los organismos vivos. Habitamos habitaciones en edificios, pero deslizando nuestro dedo por la pantalla del móvil ganamos una dimensión interescalar. Esto no crea espacios de convergencia, ni de encuentro, como se esperaba del espacio público de la era de la sociedad del bienestar europea, sino, principalmente, de segregación. Acelerar este proceso de experimentación es el desafío al que la arquitectura se enfrenta.

-¿Cuáles son sus maestros?

-Sin duda, todo el contexto de los Estudios de Ciencia y Tecnología inaugurados por gente como Michel Callon o Bruno Latour en el París de los 80, y expandido en estos momentos por Noortje Marres y Albena Yaneba. El pensamiento cosmopolítico de Isabelle Stengers y Eduardo Viveros de Castro. El contexto del pensamiento y el activismo «techno-queer» y «trans» de Butler y Haraway...

-¿Se considera un nuevo maestro?

-Me considero un nodo de experiencia y producción conectado a redes de intercambio. Creo que la metáfora del maestro y el discípulo no funciona para explicar cómo se trabaja ahora. Esto es algo que está muy presente en el contexto universitario en el que yo me muevo. Un profesor no es alguien que ilumina a sus alumnos.

-Le sigo por redes sociales y no para de subir fotos de aquello que ve. ¿Hay arquitectura en todas partes?

-Sí. La arquitectura esta embebida en el día a día. A mí me gusta poder testar mis intuiciones o dudas en las redes sociales.

«La arquitectura tiene efectos políticos directos. Como contribuir a definir qué es posible y qué no lo es en el día a día»

-¿Se considera más un arquitecto teórico, de laboratorio?

-Me considero un arquitecto instalado en el presente. Dedicamos el 50% de nuestros recursos a investigar, porque es la única manera de poder entender cuáles son las dinámicas que nuestro trabajo de diseño va a intervenir. No es posible dar respuestas innovadoras sin dedicar esfuerzos a la investigación.

-Entre sus proyectos futuros, y muy apegado a la tierra, está el diseño de los «espacios» (cafés) del Real Madrid en Panamá y otros enclaves de Iberoamérica. ¿Cómo van a ser?

-El Real Madrid tiene una afición global, que de muchas maneras superan, extienden e incluso desafían lo que el club hace en Madrid. El desafío es crear una red de lugares que conecten y den un espacio de expresión a toda esa enorme sociedad de seguidores del Real Madrid y que sus sensibilidades lleguen a instalarse en el Bernabéu. El proyecto se concibe como una red de hospitalidad planetaria, con sedes en diferentes partes del mundo, que se convertirán en espacios en los que experimentar con el propio cuerpo y con la manera como se conecta con una sociedad transnacional.

-¿Qué quiere decir cuando afirma que la arquitectura es política?

-La arquitectura tiene efectos políticos directos: como contribuir a definir qué es posible y qué no lo es en el día a día. Por ejemplo, un edificio con escaleras segrega a las personas que se desplazan con silla de ruedas. Esto es un papel político, cuya gestión es, en mi opinión, el principal cometido de las prácticas arquitectónicas. Pero en este momento no somos solo sujetos que nos desplazamos, también invertimos capital, discutimos nuestro papel en sociedad; estamos regulados y desafiamos nuestro marco regulatorio; nos extendemos en dependencias minerales que crean conflictos locales en los puntos de extracción; de manera colectiva, podemos llegar a diseñar la constitución de nuestro vecindario... La variedad de temas en los que nos incluimos o excluimos por medio de la arquitectura es en estos momentos muy grande. Y por eso la arquitectura ha ganado complejidad y relevancia en los últimas décadas.

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