EL MEJOR CINE DE LOS 80, CON ABC

«Terminator» ha vuelto

Este domingo, por solo 1,99 euros, ABC ofrece a sus lectores el filme que cambió el cine de acción

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Un rostro pétreo para un personaje de hierro. «El Terminator» fue la consagración de Arnold Schwarzenegger y también la de James Cameron. Su origen tiene diversas versiones. Se dice que Cameron lo imaginó cuando, estando enfermo, tuvo pesadillas y vio monstruos cibernéticos. En una entrevista posterior declaró que se había basado en la serie de televisión «Más allá del límite». También se le acusó de basarse en el relato de ciencia ficción de Poul Anderson, «Call Me Joe» (1957).

Nadie creyó que la película fuese a tener el éxito fulminante que tuvo (de hecho se cuenta que le vendieron la idea original a la mujer de Cameron por un dólar). La película costó seis millones y medio de dólares (un presupuesto de película de serie B) y recaudó casi 80.

Su impacto fue tal que en 2008 fue seleccionada por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos para ser preservada en el Registro Nacional del Cine siendo considerada «cultural, histórica y estéticamente significativa».

La idea era original: supervivientes humanos de un holocausto creado por las máquinas envían al pasado a un soldado para proteger a la madre del líder de la futura resistencia. Las máquinas lo habían mandado a un robot para asesinarla y que no se realizara el futuro. Lo que marcó la diferencia fueron los efectos especiales, tan demoledores que dejaron estupefactos a los espectadores, pues hasta entonces no se había hecho nada ni remotamente parecido.

Dichos efectos cambiaron el sentido de las películas de ciencia ficción y del cine de acción en general. Cameron le encargó la tarea a Stan Winston, productor y diseñador de robots para películas. El diseño del endoesqueleto del robot fue realizado en metal y necesitó de un mando a distancia para poder controlarlo. En las escenas que se ve al robot de cuerpo entero, este estaba animado mediante la técnica de stop-motion (aparentar el movimiento de objetos estáticos por medio de una serie de imágenes fijas sucesivas). Tuvo tanto éxito que Winston formó parte del equipo en las siguientes secuelas del filme.

Para la elección de los actores hubo movimiento. Primero se pensó en Sylvester Stallone, que recomendó a su amigo Arnold Schwarzenegger como primera opción para el humano encargado de proteger a Sara Connors. Cameron se dio cuenta pronto de que encajaba mucho mejor en el robot que como humano, por lo que le dieron el papel.

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