Un visitante camina por una de las obras que componen la exposición del artista belga Carsten Höller en el Centro Botín
Un visitante camina por una de las obras que componen la exposición del artista belga Carsten Höller en el Centro Botín - EFE
Arte

Viaje de la cabeza de Goya al parque de atracciones de Höller

Ambos artistas protagonizan las muestras inaugurales del Centro Botín de Santander

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Tres son los pilares de la Fundación Botín en materia artística: formación (becas y talleres dirigidos por importantes creadores), investigación (centrada en el dibujo desde el siglo VII) y divulgación (exposiciones internacionales). Además, cuenta con una colección de arte contemporáneo y un programa de artes plásticas. Al frente del equipo que se ocupa de pilotar todo ello, su director artístico, Benjamin Weil, y Vicente Todolí, exdirector de la Tate Modern, que preside la Comisión Asesora.

Para la inauguración del Centro Botín se han programado tres exposiciones que, a priori, parecen muy alejadas unas de otras. Por un lado, «Y» (hasta el 10 de septiembre), primera monográfica en España del artista alemán de origen belga Carsten Höller, empeñado en hacernos ver que el arte también puede ser divertido. Sus lúdicas exposiciones semejan parques de atracciones. En la Tate Modern instaló unos toboganes gigantes. Santander no será menos: podremos darnos un relajante baño de sales en medio de la muestra y después meternos en la cama a echar un sueñecillo. Y no es una metáfora de la obra de Höller. El visitante podrá dormir en una extraña cama instalada en la sala de exposiciones: gira y se eleva hasta los 3,5 metros. Eso sí, quien se anime tendrá que pagar entre 250 y 350 euros por noche. Höller, que ha sumado unas gemelas santanderinas a su proyecto «Twins», nos obliga a elegir entre uno de los dos itinerarios previstos. En uno de ellos hay dos jaulas de canarios suspendidas del techo y unidas por una balanza.

Dos personas visitan la muestra de dibujos de Goya en el Centro Botín
Dos personas visitan la muestra de dibujos de Goya en el Centro Botín- EFE

En otra de las salas diseñadas por Renzo Piano la propuesta es «Ligereza y atrevimiento. Dibujos de Goya» (hasta el 24 de septiembre). La Fundación Botín viene apostando fuerte desde hace años por el dibujo con catálogos razonados de maestros desde el siglo XVII, como Eduardo Rosales, Antonio del Castillo, Pablo Gargallo, Alonso Cano, Maella, Solana, Murillo..., a los que ahora se suma Goya en un ambicioso proyecto junto al Museo del Prado: reunir todos los dibujos del genio aragonés (un millar) en un catálogo en cinco tomos. Coincidiendo con la aparición este año del primero de ellos, se ha organizado una exposición con 81 obras procedentes del Prado, que abarcan desde sus primeros años en Zaragoza hasta su exilio en Burdeos. La muestra ha sido comisariada por José Manuel Matilla y Manuela Mena, ambos del Prado. El título está tomado de una estampa de la «Tauromaquia» (en ella el torero Juanito Apiñani salta apoyado en una garrocha sobre un toro que embiste) y, según los comisarios, resume la esencia de los dibujos de Goya: ligereza formal, de su técnica (facilidad, seguridad y economía de medios) y atrevimiento conceptual (sus composiciones rompen moldes y constituyen una demoledora crítica a lo establecido).

Un certero retrato social

Con sus dibujos Goya hace un genial y certero retrato de la sociedad de su tiempo. Y lo hace a través de cuatro grandes temas: la mujer y su relación con los hombres, los abusos del poder, la violencia de la condición humana y la irracionalidad. Para Manuela Mena, «Goya es una figura muy compleja, fascinante, inabarcable. Tiene una increíble precisión, expresividad y, por encima de todo, un increíble concepto de la luz. Su mano es espectacular». Cuenta que Goya mantuvo los dibujos toda su vida. Tras su muerte, pasaron a manos de su hijo Javier, que los reorganizó en tres álbumes con el objetivo de venderlos. Se dispersaron por colecciones privadas y museos de Europa y Estados Unidos. La mitad de ellos (medio millar) está en el Prado, que en 2019 organizará una muestra aún mayor de los dibujos goyescos, ya con préstamos de todo el mundo, dentro de los actos del bicentenario de la pinacoteca. Se prevé que para entonces se haya completado el catálogo razonado.

La tercera exposición inaugural es «Arte en el cambio de siglo», una selección de obras adquiridas por la fundación en las dos últimas décadas. Comisariada por Benjamin Weil, incluye piezas tanto de jóvenes artistas como de maestros contemporáneos: Lara Almarcegui, Miroslaw Balka, Tacita Dean, Sandra Gamarra, Carlos Garaicoa, Paul Graham, Mona Hatoum, Jannis Kounellis, Asier Mendizabal, Antoni Muntadas, Juan Muñoz, Gabriel Orozco, Wilfredo Prieto, Fernando Sánchez Castillo, Juliao Sarmento, Juan Uslé... Muchos de ellos obtuvieron becas de la fundación o impartieron talleres.

Y ya en octubre la fundación dedicará una retrospectiva a la artista etíope residente en Nueva York Julie Mehretu. «Historia universal de todo y nada» reunirá 30 pinturas y 40 dibujos de las dos últimas décadas de trabajo.

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