La escultura, antes y después del suceso
La escultura, antes y después del suceso

Un turista derriba una escultura del s.XVIII en Lisboa al hacer una foto

La talla del arcángel San Miguel ha perdido sus alas y las plumas del casco por el impacto

MADRID Actualizado: Guardar
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Ha vuelto a ocurrir. De nuevo un turista ha roto una obra de arte mientras hacía una fotografía con su teléfono móvil. Esta vez ha ocurrido en el Museo Nacional de Arte Antiguo de Lisboa con una escultura del siglo XVIII del arcángel San Miguel expuesta en la sala de Pintura y Escultura portuguesa de la tercera planta.

El visitante caminaba de espaldas mientras fotografiaba otra obra expuesta en la misma sala cuando golpeó involuntariamente la talla de madera, derribándola. Otras fuentes señalan, sin embargo, que el turista, un brasileño según el diario Folha de Sao Paulo, rompió la figura al intentar hacerse un selfie. Sea como fuere, el arcángel San Miguel ha perdido sus alas y las plumas del casco militar por el impacto, que le ha ocasionado además otros desperfectos.

El MNAA informó en su página de Facebook del incidente, ocurrido el pasado 6 de noviembre, señalando que tan pronto como fuera posible se haría público un informe técnico de su equipo de Conservación y Restauración, que evaluaba las pérdidas y la consiguiente intervención en esta obra escultórica del barroco tardío.

El museo señaló en un comunicado posterior recogido por Efe que la recuperación de esta obra escultórica perteneciente al barroco tardío es posible y para ello constituirá un equipo multidisciplinar para proceder a su correcta reconstrucción.

La obra fue ejecutada en Lisboa entre 1765 y 1790 en madera de enebro dorada y policromada, mide 195 centímetros y tiene los ojos de cristal. En 1922 se incorporó al museo lisboeta, procedente del Real Colegio de San Patricio de clérigos irlandeses.

La entrada al museo es gratuita el primer domingo de cada mes y por esta razón el número de visitantes es mayor, lo que motivó que la sala estuviese más llena de lo habitual en el momento del accidente.

Sebastián I de Portugal, por los suelos

El pasado mayo, un joven de 24 años que quería hacerse un selfie destruyó la estatua del Rey Sebastián I de Portugal en la Estación de Rossio de Lisboa. La estatua, ubicada allí desde la inauguración de la estación en 1890, terminó por los suelos. Existe una réplica en el Museo del Chiado, pero la original quedó hecha añicos.

La empresa pública Infraestructuras de Portugal anunció que intentará restaurar la estatua y su intención de presentar una querella criminal contra el joven por este acto de «vandalismo».

Ante el temor de daños en sus colecciones o incluso para los propios visitantes, museos de Estados Unidos como el MOMA y el Metropolitan, de Nueva York, y el Smithsonian en Washington, la National Gallery de Londres o la National Gallery de Camberra (Australia) han prohibido el palo para hacerse selfies.

Tampoco en el palacio de los Uffizi, en Florencia o en el Hermitage de Ámsterdam está permitido el «paloselfie». En España, no está permitido hacer fotos dentro del Museo del Prado y en otros, como el Reina Sofía, se pueden sin flash y «sin trípode o cualquier otro elemento de estabilización de cámaras fotográficas».

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