Miguel Zugaza: «He esperado a que hubiese estabilidad política para dejar el Museo del Prado»

El actual director dice que mantuvo sus primeros contactos con el Museo de Bellas Artes de Bilbao hace un año

MADRID Actualizado: Guardar
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Miguel Zugaza deja el Museo del Prado, que dirige desde 2002, porque quería volver con su familia a su casa, en su Durango natal (Vizcaya), una decisión que tomó hace un año, pero ha esperado a que la situación política en España, y en Euskadi, se «estabilizara» hasta hacerla firme.

«Me ofrecieron hace un año la posibilidad de dirigir de nuevo el Museo de Bellas Artes de Bilbao-cargo que ocupó entre 1995 y 2001-, porque su director, Javier Viar, se jubila en 2017», ha asegurado hoy en rueda de prensa Zugaza, informa Efe.

Ayer, ha explicado, no quiso atender a los medios después de que el museo comunicara mediante una nota la decisión que él había trasladado esa misma mañana a la Comisión Permanente del Real Patronato «para no interferir» en el anuncio delpremio Cervantes.

«He esperado a que hubiese estabilidad política para dejar el Museo del Prado. Era algo decidido hace poco, anunciado a los miembros del Patronato y ya había informado hace un año a algunos de ellos de que mi deseo era volver a dirigir el Museo de Bilbao, pero coincidió con el fallo del Cervantes», ha precisado Zugaza.

Zugaza, el director más joven (1964) y longevo del Museo en democracia, seguirá trabajando en la pinacoteca hasta que la comisión del Patronato a la que el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, encargara el desarrollo del proceso de sustitución y evaluación de los candidatos tome la decisión de cesarle y nombrar al nuevo.

«Van a ser varios meses, pero mi cese coincidirá con el nombramiento de mi sustituto . No habrá vacío de poder», ha precisado. Y a su vez, ha apostillado, el director del museo de Bellas Artes de Bilbao «puede estar tranquilo, porque no hay ninguna prisa para el relevo».

«No me he marcado ningún plazo en esta etapa, será el tiempo que necesite el Prado para encontrar relevo», ha afirmado Zugaza, que ha reconocido que el Museo «es una drogadicción muy potente» y espera poder «desengancharse».

A velocidad de crucero

El Prado, que navega «a velocidad de crucero, necesita tener una dirección con gran altura internacional», y esa debe ser la guía en la selección de su sustituto.

Considera que si algo ha hecho bien en este tiempo ha sido «identificar el talento interior del museo, dar voz a la sabiduría e inteligencia de un lugar», que ha afirmado es «de la potencia de una central nuclear».

Se va sin «hartura» ninguna y «con la tranquilidad de ver un museo en muy buena forma y con un futuro extraordinario con el bicentenario -en 2019- y la expansión del mismo» en el horizonte.

«Después de meditarlo mucho, que se entienda y se respete mi decisión me hace estar muy agradecido. Me hace mucha ilusión volver a Bilbao, estar cerca de los míos y trabajar en un museo que forma parte de mí», ha dicho. Zugaza ha revelado que durante estos tres lustros su mujer y sus hijos han vivido siempre en Durango, porque, ha dicho, él siempre ha tenido «sensación de interinidad».

Nadie, ha confesado, ha intentado convencerle para que se quedara, así que, ha bromeado, «si lo hubiera hecho en falso, se habría llevado un chasco».

«Incontables dimisiones»

Pero sí han sido, ha explicado, «incontables» sus «dimisiones» en este tiempo, como la vez que se pretendió frenar la contratación de Gabriele Finaldi, director adjunto de Conservación e Investigación hasta el año pasado, porque era «extranjero» o durante la tramitación de la Ley reguladora del Prado.

Ha recordado que, cuando él llegó al Prado, se encontró con un grave problema de organización y que el Patronato «dirigía» la pinacoteca «colegiadamente»: «Fue un periodo absurdo, pero rápidamente se aprobaron los nuevos estatutos».

Además, ha indicado, «había un proyecto de ampliación del Museo totalmente contestado y judicializado», lo que contrasta con «la unanimidad» con la que se ha recibido el nuevo proyecto para el Salón de Reinos, que supondrá 5.700 metros cuadrados más, de los que casi 2.600 serán de superficie expositiva.

En el Museo de Bellas Artes de Bilbao quiere proseguir la labor del director actual, que cumple 70 años en 2017, «y dar continuidad a algo que dejó inconcluso» cuando se fue. «Tengo para Bilbao los proyectos más ambiciosos. Es un museo local que trabaja en un escenario global. Existe un tejido cultural muy interesante, se puede trabajar mucho en red y volveré a tener contacto con los artistas contemporáneos», ha detallado.

«Estoy muy contento y agradecido con lo vivido y lo que queda por vivir», ha agregado Zugaza, que ha asegurado que le dijo al ministro cuando hizo oficial su determinación «que, si se liaba otra vez la cosa», le llamara, «porque dentro de unos años aún seguiré siendo joven».

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