Dibujo de Jorge Olaso
Dibujo de Jorge Olaso

Un dibujante español rescata el pueblo desaparecido entre las tumbas de los faraones

Jorge Olaso, profesor jubilado en Historia del Arte, expone en el Museo de Luxor dibujos basados en las coloristas casas de los pueblos que vivían en los alrededores de las tumbas egipcias

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Los faraones construyeron sus tumbas y mausoleos en medio del desierto, alejados del bullicio de las ciudades y rodeados tan sólo de arena. Un área de tranquila, donde poder sentir la enormidad del descanso eterno. Así permanecieron durante décadas, siglos, hasta que entre los siglos XVIII y XIX decenas de familias rurales empezaron a construir sus casas entre las tumbas, con ánimo de aprovechar el tirón de un turismo fascinado por el Antiguo Egipto tras la época de Napoleón.

En la orilla oeste de Luxor, sobre las tumbas de los chambelanes y nobles de los antiguos faraones, se edificó una arquitectura muy distinta: popular y colorista. Hoy en día, tras una campaña gubernamental de desalojo, no queda prácticamente rastro de este pueblo, excepto en los dibujos de un pintor español.

«La primera vez que visitamos Luxor me impresionó ese pueblito. En las tumbas puedes encontrar algunas de las pinturas más bellas de Egipto, pero el pueblo de Qurna le daba un toque pintoresco que ya no existe», relata a ABC el pintor vasco y profesor jubilado en Historia del Arte Jorge Olaso.

Los últimos años de este pueblo, con sus casas coloreadas hoy día casi desaparecidas, son los Olaso plasmó durante sus visitas a Luxor, que se repitieron cada marzo durante más de diez años. Sentado en su taburete, Olaso retrató la arquitectura del lugar, desde casas particulares a mezquitas, tiendas u fondas. Los 64 dibujos resultantes, iluminados a rotulador o acuarelas, serán expuestos durante el próximo mes en el Museo de Luxor, en una muestra mixta –apoyada por la Embajada española- donde sus obras se intercalarán con piezas arqueológicas del Antiguo Egipto. “Mis dibujos junto a una máscara de Amenofis III…”, justo como el propio pueblo: pequeñas casitas junto a tumbas milenarias.

Durante años, los habitantes de ese asentamiento entre las tumbas adornaron las paredes exteriores de sus casas con dibujos «algo ingenuos» de sus viajes a la Meca, peregrinación que los musulmanes han de hacer una vez en la vida, pero también retazos de su vida cotidiana o escenas clásicas egipcias, como los pequeños barcos funerarios en el río Nilo. «Por ejemplo, podías ver el crucero –originalmente pintados con brillantes colores, algo deslucidos por el sol y el polvo- con el que viajaron a La Meca, y al lado sus pequeños botes», recuerda Olaso.

Sin embargo, las intenciones del Gobierno egipcio y organismos internacionales de ofrecer al turista una suerte de «museo al aire libre», así como de proteger las tumbas de la paulatina destrucción humana, se convirtió en la sentencia de muerte de este pueblo, así como muchos otros asentamientos en áreas cercanas a los sepulcros.

Hoy día, la zona luce desértica y solitaria, en un intento gubernamental de recrear cómo fue en el momento de construcción de los mausoleos, de cómo la dejaron los antiguos egipcios. Los habitantes han ido siendo desalojados, sus casas destruidas, y reubicados en una «Nueva Qurna». Aunque en Nueva Qurna algunas casas -de gris concreto- cuentan con electricidad y agua, las calles apenas están empedradas y muchos de los habitantes, según explicaron a ABC durante una visita a Luxor, se sienten engañados.

«Me da mucha pena»- admite el pintor- «porque le daba un encanto especial a la zona. Ahora está muy desabrida, antes tenía un atractivo especial, con sus casitas llenas de color, los niños que te perseguían intentando venderte cosas… Muñecas de trapo, sobre todo, pero también pirámides de escayola, hipopótamos de basalto…» Todo eso ha desaparecido, tan sólo superviviente en los dibujos, algo infantiles, algo naif, de Olaso.

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