El fotógrafo Allan Sekula (1951-2013) fue crítico con las catástrofes ecológicas y se implicó en casos tan cercanos como el hundimiento del Prestige
El fotógrafo Allan Sekula (1951-2013) fue crítico con las catástrofes ecológicas y se implicó en casos tan cercanos como el hundimiento del Prestige - EFE

Allan Sekula, testigo de los peligros del mar

La Fundación Tàpies dedica la primera monografía al fotógrafo americano

Barcelona Actualizado: Guardar
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La huelga de los estibadores portuarios está en todos los medios de comunicación, pero los desastres que sufre cada día el mar están silenciados. El fotógrafo Allan Sekula (1951-2013) fue crítico con las catástrofes ecológicas y se implicó en casos tan cercanos como el hundimiento del Prestige.

«Yo le acompañé personalmente a Galicia donde rodó este documental que forma parte de la exposición», explica Carles Guerra, director de la Fundación Tàpies. «Lo que más le sorprendió de la Costa de Morte fue que el gran número de voluntarios espontáneos vistieran todos de blanco unificando sus procedencias. También quiso retratar ese trabajo repetitivo y constante que no servía para nada y que le recordó al mito de Sísifo, de ahí el título de la muestra: “Sísifo colectivo” que recala en la Tàpies hasta el 25 de septiembre», añade Guerra.

«Sekula fue artista, pensador y activista», según palabras de su viuda, Sally Stein, que acompaña la primera monográfica que le organizan en España. El trabajo que podemos ver en «Sísifo colectivo» apunta directo al impacto de la globalización en el mar. «Su fotografía no es sólo documental, sino que es intervencionista –subraya Guerra–; sus instantáneas son sus herramientas para participar».

«The Docker’s Museum»

El mar era su principal objetivo y uno de los últimos trabajos que realizó en vida fue «Ship of Fools/The Docker’s Museum». En este proyecto ya no hacía fotos, sino que compraba por internet objetos relacionados con la economía y la cultura marítima, recuerdos y restos materiales. «Algunos de estos objetos de coleccionista tienen un lugar privilegiado en esta retrospectiva que huele a mar», destaca Guerra.

«Sekula intenta comprender el nuevo giro de la globalización desde la tradición de los vínculos con el mar. Es un testimonio de la progresiva desaparición del mar de nuestro imaginario», añade el director de la Fundación Tàpies.

El fotógrafo viajó sin cesar y fue un enamorado de Barcelona, ciudad a la que acudía de vez en cuando. «Hemos elegido una foto que hizo en la la capital catalana del sistema de sorteo de los estibadores del puerto, un tema de rabiosa actualidad porque están renegociando sus salarios», añade Guerra.

Pero Sekula también tuvo otras fijaciones, como la transformación del paso de Calais en los años noventa con la construcción del Eurotúnel que retrató en «Deep six/Passer au bleu» y el documental «Lottery of the sea» sobre los peligros del mar que incluye la colisión de un submarino nuclear estadounidense con un pesquero en prácticas japonés.

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