El Cubo, edificio que albergará el Centor Pompidou en el puerto de la ciudad
El Cubo, edificio que albergará el Centor Pompidou en el puerto de la ciudad - francis silva

Málaga, la nueva Milla de Oro del arte en España

La ciudad acoge la próxima semana las sedes de dos prestigiosas pinacotecas europeas: el Pompidou de París y el Museo Estatal Ruso de San Petersburgo

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Málaga ha logrado situarse en el mapa del arte internacional con la apertura, la próxima semana, de dos espacios expositivos de prestigio. La primera sede del Centro Georges Pompidou fuera de Francia y la primera delegación europea del Museo Estatal Ruso de San Petersburgo han levantado un inusitado interés, no sólo por la riqueza de los fondos que podrán contemplarse en la ciudad andaluza, sino también por el carácter experimental y provisional de unos museos cuyas sedes se han adaptado en tiempo récord.

El dinamismo que ha vivido la ciudad en materia cultural no es casual, sino fruto del empeño personal del alcalde, Francisco de la Torre, que ha buscado nuevas marcas que sumar al nombre de Pablo Picasso, el malagueño más universal del panorama artístico, aprovechando los movimientos de internacionalización de los grandes museos afectados por la crisis.

«Málaga tenía entonces una apuesta cultural de primera magnitud, pero ahora va a convertirse en un referente», asegura uno de sus más estrechos colaboradores y gestor de los nuevos museos, José María Luna.

De la Torre ha negociado personalmente la llegada de las franquicias internacionales. La primera propuesta de contar con un gran centro francés la planteó,en el palco del estadio de fútbol de Málaga, en febrero de 2008, al entonces embajador francés, Bruno Delaye, mientras ambos disfrutaban de un partido en el Mundial. Meses más tarde, en octubre de 2013, cerrado ya el acuerdo con el Pompidou para cinco años, el alcalde trasladaba a un conocido abogado de Marbella, muy relacionado con la colonia rusa en la costa, su deseo de contar con un museo ruso.

La vieja fábrica

Los contactos con el director general de Museos de San Petersburgo fructificaron finalmente con el Museo Estatal, no con el Hermitage, el coloso del arte ruso. «Aquella era una empresa complicada» para los rusos, que no obstante cambiaron de opinión cuando visitaron las instalaciones de la vieja fábrica de Tabacalera. Uno de los asistentes a esos encuentros asegura que la esposa del presidente ruso, Svetlana Medvedeva, está dispuesta a sufragar en próximos años parte del coste de la pinacoteca malagueña.

La ciudad no vivía un acontecimiento cultural similar desde la apertura del Museo Carmen Thyssen Málaga hace cuatro años. Los nuevos proyectos no están en el centro histórico, como otros grandes museos de Málaga, pero pretenden convertirse en locomotora cultural de una ciudad que atrae cada año a más turistas y que empieza a consolidarse como destino urbano.

Su visibilidad también va a ser cuidada con mimo. El Cubo, el edificio que albergará el Centro Pompidou, ofrece ya una imagen colorista tras la intervención en su estructura de vidrio del artista francés Daniel Buren, cuya propuesta permanecerá durante tres años en la ciudad. El primero en anunciarse fue el Centro Pompidou Málaga, un museo que pretende seguir el ejemplo de transversalidad entre distintas artes que caracteriza a la matriz francesa. Concebido como un experimento para exportar el modelo cultural del centro francés, que sigue siendo un referente del arte moderno, la primera sucursal del Pompidou que se abre fuera de Francia es el gran faro (y también la principal apuesta electoral del alcalde) con que cuenta el escenario artístico malacitano para los próximos años.

Rajo asistirá el sábado

El museo se inaugurará el próximo día 28 con la presencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y la ministra de Cultura francesa, Fleur Pellerín. El Pompidou Málaga nace por cinco años y sin quedar cerrada su permanencia futura. Su sede en el puerto, al que llegan 400.000 personas a bordo de cruceros cada año, se ha acondicionado en apenas seis meses para acoger las 93 obras de artistas de los siglos XX y XXI que integrarán la primera colección permanente, a las que se añaden hasta tres temporales.

Las propuestas artísticas que ofrecerá el Pompidou versarán sobre la figura humana y no sólo habrá pinturas y esculturas sino otras propuestas, como la composición de Kader Attic hecha esta misma semana en colaboración con alumnos de Bellas Artes, o un vídeo de Rineke Dijkstra sobre un cuadro de Picasso. El artista malagueño cuelga tres de sus obras en esta muestra, donde también figuran un «Autorretrato», de Francis Bacon; «El marco», de Frida Kahlo; «La violación», de René Magritte, así como piezas de Ernst, Miró, Tàpies, Giacometti o Brancusi.

Pero antes llegará el Museo Ruso. El próximo miércoles abrirá la Colección de Arte Ruso en la vieja fábrica de tabacos de la ciudad, en la popular barriada de Huelin, donde ya cuelgan las primeras cien obras de la colección permanente y la primera exposición temporal, dedicada al multifacético empresario Sergei Diaghilev, amigo de Picasso, a las que seguirán en unos meses otra dedicada al vanguardista Pável Filonov. El conjunto arquitectónico, rehabilitado hace tiempo como espacio cultural, acogerá durante diez años grandes tesoros del arte ruso, desde los iconos característicos del siglo XV hasta pinturas alusivas a la revolución y las vanguardias del XX. Piezas anónimas conviven con artistas reconocidos como Alexey Venetsianov, Carl Brulov, Alexander Ivanov, Isaak Levitan, Vassily Vereschagin, Peter Konchalovsky, Tatlin, Olga Rosanova, Alexander Rodchenko, Nathan Altman, Pável Filonov o Alexander Deineka.

Temática religiosa

Siguiendo el concepto clásico de museo, el centro ruso de Málaga ofrecerá pinturas de temática religiosa, imágenes cotidianas de la Rusia rural, acontecimientos históricos como «La boda de Nicolás II y la Gran Duquesa Alexandra Feodorovna», de Ilja Repin; la «Composición con filos blancos», de Vassily Kandinsky, considerado el inventor del arte abstracto; bandejas con motivos bolcheviques, dos coloristas creaciones de Kazimir Malevich o «El espejo», de Marc Chagall, uno de los grandes del arte ruso.

El convenio entre la capital y la pinacoteca rusa, con 119 años de historia, es el primero de carácter estable que se firma con una ciudad española. El museo supera los 3,6 millones de coste anual y pretende lograr más de 150.000 visitantes, muy por debajo de las previsiones establecidas para el Pompidou, que espera alcanzar las 250.000 visitas y cuyo coste de traslado, seguro y alquiler de las obras supera los 4 millones anuales, sin contar los trabajos de adecuación del edificio.

Para José María de Luna, ambos proyectos van a «sorprender e impactar», y harán de Málaga «un referente de primera magnitud» en el mundo del arte. Según Luna, la aportación del Pompidou será su novedosa visión de los museos, mientras el centro ruso vendrá a descubrir la decisiva influencia de estos artistas en la cultura europea. Para el decano de la Facultad de Bellas Artes de Málaga, Salvador Haro, la llegada de las dos sedes consolida la imagen internacional de Málaga como «ciudad de arte», pero reclama un mayor esfuerzo inversor y apoyo hacia los artistas locales.

Los nuevos museos vienen a completar una amplia lista de centros expositivos, cuyos máximos exponentes son el Museo Picasso Málaga, uno de los seis dedicados en exclusiva en España al genio malagueño y el más visitado de Andalucía; el Museo Carmen Thyssen Málaga, con una amplia selección de pintura española del siglo XIX propiedad de la baronesa; el Centro de Arte Contemporáneo (CAC), convertido en referente de los artistas de vanguardia, y la Fundación Picasso-Museo Casa Natal del artista, que atesora 4.000 obras.

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