Una mujer pasa ante «Mujer en sillón rojo», de Picasso, y «Aparato y mano», de Dalí
Una mujer pasa ante «Mujer en sillón rojo», de Picasso, y «Aparato y mano», de Dalí - EFE

Picasso/Dalí: vidas paralelas de dos genios

El Museo Picasso de Barcelona confronta por vez primera a estos dos artistas, a través de 78 obras, en una exposición

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Dalí admiraba a Picasso y consiguió que Picasso le admirara a él. Las malas lenguas se empeñan en fomentar la mala relación entre los dos genios, pero es evidente que mantuvieron una cierta amistad. Ahora podemos ahondar en sus paralelismos gracias a la exposición «Picasso/Dalí. Dalí/Picasso», que organizan el Museo Picasso de Barcelona y el Museo Dalí de Saint Petersburg (Florida), en colaboración con la Fundación Gala-Salvador Dalí de Figueras. «Las tres entidades han hecho posible la primera muestra y estudio conjunto de ambos artistas con un total de 78 piezas», celebra Bernardo Laniado-Romero, director del museo. Las previsiones de público son muy optimistas: ya se han vendido muchas entradas para una muestra que se podrá ver hasta el 28 de junio.

«La exposición vio la luz en noviembre en el Dalí Museum de Saint Petersburg (Florida) y no viajará a otras ciudades», destaca Laniado-Romero para animar a todo el mundo a visitarla. «Nos gustaría que el público de Barcelona se la hiciera suya –añade–. Al igual que Dalí y Picasso se hicieron suya, durante un tiempo, la ciudad de Barcelona». A través de pinturas, dibujos, collages, esculturas y grabados, la exposición tiene un argumento basado en la relación entre los dos gigantes del siglo XX. «Hemos puesto la mirada en los momentos de contacto tanto en su vida como en su arte», comenta el comisario, William Jeffett, del Dalí Museum. «Tenemos obras que vienen de museos de Alemania, Canadá, Estados Unidos, España, Francia, Suecia y el Reino Unido», subraya Laniado-Romero, mientras desvela que han contado con un presupuesto de alrededor de un millón de euros.

París, ciudad de encuentro

Se conocieron en París. Un joven Dalí visitó el estudio de un famoso Picasso en 1926 y al entrar le dijo: «Antes de visitar el Louvre he decidido venir a verle». A lo que el pintor malagueño contestó: «Esto es lo que tienes que hacer». A partir de ahí arranca una relación marcada por el respeto y la admiración, con altibajos, que se mantuvo a lo largo de sus vidas. Hay piezas que raramente se habían expuesto en Europa, como «Retrato de mi hermana», de Dalí (1923), que adquiere una nueva dimensión situada, cara a cara, con «Retrato de Olga», de Picasso, pintado en 1917. «Son idénticos en composición y cromatismo y confirman que, en este caso, Dalí estuvo muy pendiente de la obra de Picasso», observa Jeffett.

La Guerra Civil marcó un punto de inflexión en su relación. «Cada uno la trató de una forma poderosa, y a menudo alegórica, con obras como “Preminición de la Guerra Civil”, de Dalí, y el “Guernica”, de Picasso. Aquí podemos ver “Cabeza llorando con pañuelo”, que Picasso realizó en 1937», explica Jeffett. Al final de la exposición se muestra la admiración de ambos artistas por Goya y Velázquez. «Los descubren cuando en los años 50 ambos toman conciencia de su lugar en la historia del arte y comienzan en pensar en sus futuros museos personales», reflexiona Jeffett. De este momento surgen pinturas como la gran serie de «Las Meninas» de Picasso, que pintó en 1957 y donó a su museo de Barcelona, y «Copia de El niño de Vallecas de Velázquez», de Picasso (1985). Y no hay que perderse el «Retrato de Pablo Picasso en el siglo XXI» que le brindó Dalí. Una explosión de surrealismo.

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