Vargas Llosa ayer en el Museo del Traje
Vargas Llosa ayer en el Museo del Traje - Isabel B Permuy

Vargas Llosa recibe el título de doctor después de 45 años

En una conferencia del curso «Borges en su siglo» se le ha hecho entrega del diploma que no llegó a recibir tras leer su tesis en 1971

Madrid Actualizado: Guardar
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«La Administración española es lenta pero cumple», bromeaba ayer el rector de la Universidad Complutense, Carlos Andradas, antes de hacerle entrega a Mario Vargas Llosa de su título de doctor en el Museo del Traje de Madrid. Un título que, según explica el Nobel de Literatura, «no recordaba no haberlo recogido. Durante algún tiempo pensé que lo habría extraviado en alguno de mis viajes».

Casi media vida ha tardado Vargas Llosa en recibir el título de doctor del que se hizo merecedor cum laude en 1971. Se ha referido a esta demora como «una anécdota emocionante» y ha confesado que «me trae recuerdos muy intensos de esta universidad». En la entrega del diploma, Andradas ha explicado por qué Vargas Llosa no tiene el título de doctor honoris causa de la Complutense, y es que como doctor de esa universidad no puede volver a recibirlo.

La tesis que le valió el reconocimiento de doctor se titula «García Márquez: lengua y estructura de su obra narrativa». Sin embargo, es más conocida por el nombre, algo más literario, con el que se publicó después: «García Márquez: historia de un deicidio», uno de los textos fundamentales para comprender en profundidad la obra del autor colombiano.

Vargas Llosa, que cursó estudios universitarios en Lima, los convalidó para realizar su doctorado en la Universidad Complutense. Durante estos años tuvo la oportunidad de asistir a las clases de profesores como Dámaso Alonso o Carlos Bousoño. Sobre este último, el Nobel, ha explicado que cuando trabajaba en su teoría sobre la expresión poética «hacía a sus estudiantes participar en la refundición de las teorías que estaba desarrollando».

La entrega del título tuvo lugar en el marco del curso «Borges en su siglo», en el que participaba como conferenciante junto al antropólogo y ensayista Carlos Granés. A propósito del escritor argentino, Vargas Llosa se refirió a él como «probablemente, el único autor contemporáneo (en lengua española) comparable a Quevedo o a otros grandes de nuestra literatura».

Borges, a quién conoció trabajando como periodista, era completamente contrario a sus ideas sobre la literatura. Sin embargo siempre tuvo gran debilidad por su obra: «leía a Borges con vergüenza debido a la admiración que yo tenía por Sartre». Fue precísamente por esta diferencia de mentalidades por lo que surgió esta atracción especial por el autor argentino. Además en la conferencia expresó su gran admiración por el estilo de Borges y «su elegancia, su uso de la palabra precisa y la originalidad de su adjetivación»

Sin embargo, no ocultó su desilusión por que Borges hubiera aceptado una condecoración de Pinochet, «el gran borrón en su trayectoria». El Nobel explicó como Borges tenía una fascinación fabulosa por el ejército y «fue demasiado comprensivo con las diactaduras militares».

Vargas Llosa no pasó por alto la celebración del IV centenario de la muerte de Cervantes. Empezó a leer «El Quijote» estando en el colegio, pero pronto quedó derrotado ante su complejidad. Fue en su primer año de carrera, a raíz del libro «La ruta de don Quijote» de Azorín, cuando decidió darle una segunda oportunidad y culminar su lectura. «Al final, la conclusión del Quijote es que la vida merece la pena ser vivida» algo que cobra especial fuerza al tratarse de un autor con una vida tan tormentosa como Cervantes.

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