Un operario trabaja junto a un MIG 15, uno de los aviones que pueden verse en la exposición
Un operario trabaja junto a un MIG 15, uno de los aviones que pueden verse en la exposición - INÉS BAUCELLS

El Salón del Cómic surca los cielos de la historieta

La cita barcelonesa inaugura este jueves su 35ª edición con una gran exposición dedicada a la relación entre aviación y viñetas

BARCELONA Actualizado: Guardar
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En esta ocasión, decir que el cómic alza el vuelo no es un metáfora afortunada ni un juego de palabras más o menos ocurrente; basta con echar un vistazo a los nueve metros, nueve, del cazabombardero Texan o serpentear entre el imponente MIG 15 soviético y el Helicóptero UH-1 del Ejército americano, cada uno con sus respectivas horas de vuelo en las guerras de Corea y Vietnam, para convenir que el Salón del Cómic de Barcelona se prepara para despegar a lo grande.

Tampoco es casualidad que todos esos aviones reales, amén de sendas réplicas de uno de los 190 Polikarpov I-15 que la Unión Soviética suministró al Gobierno de la República durante la Guerra Civil y del Monocoque Hedilla que viajó en 1916 entre Barcelona y Palma de Mallorca, sean lo primero con lo que uno se encuentra nada más acceder al recinto ferial de Montjuïc.

Y es que, en su 35 edición, el Salón ha querido surcar los cielos de la historieta sin moverse del suelo con «Cómics en vuelo», una exposición que relee la historia de la aeronáutica a partir de la viñeta y muestra cómo el mundo del cómic ha reflejado algunos de los momentos clave del siglo XX. Ahí están, por ejemplo, las piruetas de «El piloto del Edelweiss» y «El Barón rojo» enmarcadas en las escaramuzas aéreas de la Primera Guerra Mundial; o la guerra de Vietnam reflejada en las aspas de los helicópteros que sobrevuelan a Frank Cappa en el «Viet-song» de Manfred Sommer.

Detalle del Helicóptero UH-1 del Ejército americano
Detalle del Helicóptero UH-1 del Ejército americano - ABC

Los superhéroes, antaño protagonistas casi absolutos de la cita, estarán representados de manera tangencial con una muestra dedicada a personajes tirando a turbios como Masacre (Deadpool en su versión cinematográfica), Hulk, El Castigador, Juez Dredd, Lobo o Motorista Fantasma; vengadores todos ellos con un código moral discutible y una idea de la justicia bastante laxa. El apartado de pioneros, por su parte, se completa con una muestra dedicada al historietista estadounidense Milton Caniff, autor de series como «Steve Canyon» y «Terry y los Piratas», mientras que el humor gráfico y la sátira estará perfectamente representado en una muestra que reúne más de un centenar de caricaturas y chistes sobre Donald Trump.

Otra de las leyendas del cómic franco-belga, el célebre vaquero «Lucky Luke», también tendrá su propio espacio con una «exposición espectáculo» en la que, a falta de originales de Morris y Goscinny, buenas son las reproducciones a escala de un pueblo del Far West y las aportaciones de Achdé, quien en 2003 se encargó de la serie y en 2011 tomó el testigo de «Kid Lucky», suerte de spin-off sobre la infancia del célebre cowboy.

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