Plácido Domingo: «Desgarra ver la destrucción de monumentos milenarios, es una tragedia cultural»

El gran cantante preside Europa Nostra, la asociación de defensa del Patrimonio que celebra desde mañana un importante congreso en Madrid

MADRID Actualizado: Guardar
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Una de las actividades no tan conocidas de Plácido Domingo (Madrid, 1941), es la de presidente de Europa Nostra, entidad entre las más activas y respetadas en el cuidado del patrimonio cultural. Aunque el cantante lleva toda la vida dedicado a la cultura, a la ópera y la música principalmente, en su nuevo papel representa uno de los empeños más innovadores: vincular el cuidado del patrimonio con el progreso material y espiritual. Desde entregar mensajes estratégicos para ese fin, como hizo el pasado miércoles con el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker, al que felicitó por que Europa dedicará 2018 al patrimonio cultural, hasta señalar monumentos o lugares en peligro, la voz del incansable Plácido Domingo resuena en el mundo con un nuevo timbre.

Europa Nostra celebra su congreso estos días en Madrid, una cita que reunirá en nuestra ciudad a cientos de expertos y voluntarios en el cuidado del patrimonio cultural. Por ello hablamos con el cantante.

—Europa es conocida por el cuidad del patrimonio. ¿Los gobiernos deben mejorar aún la gestión? ¿La inversión en patrimonio es siempre rentable para la sociedad?

«La cultura y el Patrimonio cultural pueden ayudar a revivir nuestras ciudades y nuestras comunidades»

—Hemos realizado una amplia investigación junto con las mejores universidades del mundo, plasmada en nuestros informe «Recuentos del Patrimonio cultural en Europa». Demuestra que invertir en el desarrollo del patrimonio cultural es beneficioso para nuestra sociedad, nuestra economía y nuestro medio ambiente. Creo que lo más importante que las administraciones locales, nacionales y europeas pueden hacer es percatarse del enorme valor y del potencial que el patrimonio cultural tienen para sus comunidades. Por eso necesitamos líderes audaces que se atrevan a tomar estas medidas. Ha habido intensos debates sobre las ruinosas barriadas donde los jóvenes tienen muy pocas posibilidades de un futuro digno. ¿Cómo se puede esperar que la gente participe e invierta en su comunidad si vive sin esperanza? La cultura y el Patrimonio cultural pueden ayudar a revivir nuestras ciudades y nuestras comunidades. Son posibles nuevas historias y nuevas conexiones: esto lo sabemos a ciencia cierta, pero necesitamos líderes que ayuden a derribar barreras, que se muestren preparados para aprovechar las oportunidades y los beneficios que ofrece nuestro Patrimonio cultural.

—¿Qué debemos esperar del año de la cultura Europeo en 2018?

—Creo que el Año Europeo del Patrimonio cultural nos ofrece a todos una oportunidad increíble para revivir y renovar nuestros ideales europeos a través de la puesta en común de nuestro formidable Patrimonio cultural. Por eso me gusta el lema propuesto para el año, «Compartir el Patrimonio». Me alegré de transmitir estos mensajes vitales a Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, cuando me encontré con él el pasado miércoles en Bruselas. Tenemos que recuperar nuestro espíritu y vivificar nuestra alma, totalmente en línea con el importante discurso sobre Europa que el Papa Francisco pronunció el 6 de mayo en Roma, cuando recibió el Premio Carlomagno. El Año Europeo del Patrimonio cultural contribuirá sin duda a avanzar en esa dirección

—¿Hay nuevas ideas en juego?

—Un aspecto importante del año atañe a los trabajos en paralelo con el mundo de los negocios. Multitud de empresas creen en el poder del Patrimonio. Por ejemplo, Bertelsmann es socio corporativo activo de Europa Nostra y uno de los agentes clave en la industria creativa española. Apoyan proyectos de salvaguarda de la historia del cine, y de la música. Visité el Archivio Ricordi de la Biblioteca Nazionale Braidense de Milán y todavía recuerdo la profunda emoción que sentí ante los manuscritos originales de «Simón Boccanegra» de Verdi y de «La Bohème» de Puccini, dos de mis óperas favoritas. Necesitamos forjar alianzas con empresas así para liberar el poder que el Patrimonio tiene para nuestra economía y nuestra sociedad en su conjunto.

—¿Entendemos el patrimonio insuficientemente al asociarlo sobre todo con las construcciones y grandes obras de arte? ¿Debemos abrir más los ojos?

«Un buen ejemplo de la importancia del patrimonio es el barrio del Cabanyal en Valencia, donde canto con regularidad»

—Sí, Europa Nostra cree firmemente en lo que llamamos en la eurojerga «integración del patrimonio». El patrimonio cultural no atañe solo a los principales monumentos y a las obras maestras de la música y el arte. Citemos una capilla o un centro comunitario ubicado en barrios de ciudades remotas, pueblos lejanos o pequeñas aldeas. Puede que no hayan sido diseñados por un arquitecto famoso, que carezcan de valiosas obras de arte, pero sí son de vital importancia para la comunidad relacionada con estos lugares. Un buen ejemplo es el Cabanyal en Valencia, donde canto con regularidad; un barrio tradicional que iba a ser demolido para construir una gran avenida que uniera el centro histórico con el mar. No es un barrio distinguido si se mira desde un desdeñoso punto de vista intelectual o artístico, pero quienes allí viven piensan que es importante y durante años trabajaron incansablemente para salvarlo. Este excepcional esfuerzo de la comunidad fue galardonado con uno de nuestros premios del Patrimonio europeo y el barrio entró a formar parte de la lista «Los 7 más en peligro» de Europa Nostra. Y ahora, finalmente y para nuestra alegría, los planes están a punto de cambiar y esta barriada frente al mar se conservará.

—¿Su fama ayuda a implicar más a la sociedad civil en la cultura?

—Me siento muy afortunado y agradecido por haber podido convertir mis sueños en realidad. Esto es lo que quise hacer desde muy joven y he tenido la suerte de ser capaz de vivirlo. Siento que es mi deber utilizar toda mi posible influencia para llamar la atención sobre la importancia del arte, la cultura y el patrimonio para todo el mundo, desde los más jóvenes a los más mayores, no solo para unos pocos afortunados. Nuestra cultura es de todos y de todo lo que contribuye a ella de un modo u otro.

—¿Qué papel juega la ópera en la cultura europea?

«A menudo he comparado Europa con una gran ópera, con orquesta y con coro. Todos esos instrumentos y voces crean algo juntos más grande que ellos mismos»

—No pasa un día en que no me sienta privilegiado y afortunado por poder compartir no solo las grandes zarzuelas españolas con tantos como sea posible, sino también la ópera europea. Estoy muy entusiasmado con las nuevas técnicas de que disponemos para compartir nuestras actuaciones con las audiencias digitales del mundo. La ópera es posiblemente un buen ejemplo de patrimonio cultural europeo. Para producir e interpretar una ópera son necesarios muchos profesionales de todos los sectores trabajando juntos; no solo quienes están sobre el escenario, sino también los técnicos y los encargados de la limpieza, los administradores y los patrocinadores. A menudo he comparado Europa con una gran ópera, con orquesta y con coro. Todos esos instrumentos y voces crean algo juntos más grande que ellos mismos, algo realmente mágico. Así es como me gustaría que Europa cooperara también. Es necesario trabajo, trabajo duro como el que evoca la palabra ópera, pero debemos enfrentarnos a él para lograr algo verdaderamente significativo y gratificante.

—¿Es obligación de un gran cantante fomentar la creación de nuevas óperas?

—Sí, creo que es importante probar cosas nuevas, ponerse a prueba, aprender algo nuevo cada día. Eso incluye, en mi caso, seguir añadiendo nuevos roles a mi repertorio, experimentar, hibridar diferentes géneros y adaptar mi estilo en consecuencia. Para un artista, para cualquier ser humano en realidad, es importante salir de la zona de confort y entrar en lo desconocido.

—¿Y como director de la Ópera de Los Ángeles?

—Creo que mi mayor compromiso con el patrimonio artístico es el de crear nuevos cantantes, nuevos públicos y nuevos benefactores. El arte de la ópera es inmortal, pero su longevidad depende de nueva oferta y nueva demanda. Por eso también apoyo y comisiono trabajos nuevos y contemporáneos. La ópera contemporánea brinda enfoque a nuevos compositores y aunque el repertorio clásico será siempre columna vertebral de cualquier compañía de opera, la nuevas propuestas mantienen el esfuerzo colectivo de Artista y admirador entusiasmado y progresivo.

—¿Que lleva a un cantante como usted a no acomodarse?

«A menudo digo que si descanso me oxido, y todavía me comporto en sintonía con este lema»

—Creo que en la vida hay que correr riesgos. Si me levanto por la mañana sintiendo temor por lo que tengo que realizar, por lo que debo cantar, pararía inmediatamente. Tienes que creer que tu próxima actuación será la mejor, que el mañana superará el hoy. A menudo digo que si descanso me oxido, y todavía me comporto en sintonía con este lema.

—¿Se plantea su retirada o piensa seguir hasta que el cuerpo aguante?

—¡¡Seguir hasta que el cuerpo aguante!! Lo he dicho a menudo. No pienso cantar ni un día menos del que pueda pero tampoco un día más del que deba. Involucrado en este mundo maravilloso de la ópera y de las artes, espero estarlo por muchos años porvenir. Poder contribuir a un arte que me ha proporcionado y me ha permitido repartir tantas satisfacciones, es un privilegio, un deber y un enorme placer. 

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