Retrato de Mao en la entrada a la Ciudad Prohibida
Retrato de Mao en la entrada a la Ciudad Prohibida - PABLO M. DÍEZ

Pekín restaura la muralla de la Ciudad Prohibida para evitar su derrumbe

Las obras se prolongarán hasta el año 2020, cuando los muros del Museo de Palacio cumplirán seis siglos

Pekín Actualizado: Guardar
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Los trabajos de restauración «de urgencia» de la muralla exterior de la Ciudad Prohibida de Pekín, el antiguo palacio de los emperadores chinos, han comenzado, ante el riesgo de que algunas de sus partes más deterioradas se derrumben, informó la prensa estatal.

Las obras, que se espera que se prolonguen hasta octubre de 2020, tienen por objetivo sanear unos muros que con el paso del tiempo y las inclemencias climáticas se encuentran en muy mal estado, pese a que una restauración superficial llevada a cabo hace casi dos décadas lo haya ocultado.

Según el comisario del Museo de Palacio (nombre oficial de la Ciudad Prohibida), Shan Jixiang, el muro exterior de la estructura, que mide 3,4 kilómetros de perímetro, sufre graves problemas debido al pésimo estado de los ladrillos, las grietas y los hundimientos en algunos tramos, que requieren de una intervención urgente.

El profesor Tian Lin, de la Universidad de Ingeniería Civil y Arquitectura, señaló en declaraciones al diario Global Times que el cambio climático y la lluvia ácida han podido contribuir al deterioro de la estructura del palacio, junto con factores naturales como la presión de raíces y hierbas en el muro.

La zona más deteriorada

La zona más deteriorada es la muralla occidental, en la zona llamada Xihuamen, una sección de 233 metros que es la primera donde se han iniciado las obras de renovación. Para la restauración se usarán radares capaces de penetrar en el subsuelo, con el fin de identificar las zonas en mayor riesgo y después llevar a cabo obras de sustitución de los ladrillos en mal estado y el reforzamiento de los muros con una capa aislante de la lluvia.

Los muros de la Ciudad Prohibida, que en 2020 cumplirán seis siglos, tienen unos 9,3 metros de altura, 8,5 de espesor, y ya fueron sometidos en los siglos XVII y XVIII a las primeras obras de reforzamiento de su estructura, con un núcleo de adobe rodeado de ladrillos. En 1988 la sección septentrional de esta muralla exterior se derrumbó, y entre 1999 y 2000 hubo una restauración parcial de la estructura pero sólo a nivel superficial

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