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Núria Cabutí, Julia Navarro y Carme Riera, junto al moderador del debate, Jesús García Calero, en un momento del debate - ÁNGEL DE ANTONIO

Mujeres de Letras: «Es muy urgente devolver la lectura a la escuela»

Núria Cabutí, Carme Riera y Julia Navarro debaten en ABC sobre el futuro de la literatura y los autores

MADRID Actualizado: Guardar
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Para hablar con claridad del mundo del libro se celebró ayer un nuevo encuentro de «España en femenino», el foro organizado por ABC con el patrocinio de la Comunidad de Madrid. En la biblioteca del diario se dieron cita la CEO de Penguin Random House Núria Cabutí, la escritora Julia Navarro y la también escritora y académica Carme Riera. Tres destacadas personalidades y notorias profesionales del mundo editorial de España. Tres perfiles complementarios y expertos para tomar el pulso del sector desde todos los perfiles que componen el negocio literario. Para analizar las consecuencias que están suponiendo los avances de las nuevas tecnologías y los cambios en los hábitos de consumo de entretenimiento de las nuevas generaciones.

Contra aquello que decía Larra

de que «escribir en Madrid es llorar» se arrojaron a lo largo del encuentro numerosos datos y opiniones que confirmaban y desmentían al mismo tiempo la máxima del autor. El sector editorial, como el de la Cultura en general, atraviesa un momento complejo con luces y sombras. Aunque como recordaba Riera: «De la literatura hoy no se puede vivir. Quizá en España sólo vivan ahora diez escritores de sus obras. Y esto hablando de los novelistas, los poetas lo tienen mucho más complicado». «Yo tengo la suerte de poder vivir de ello. Pero entiendo que es muy difícil. El hecho de haber vendido muchos libros no te garantiza que luego vayas a vender muchos con tu próxima obra», reflexionaba Navarro.

Porque a diferencia de lo que opinaba el portugués Saramago, quien aseguraba que «los escritores viven de la infelicidad del mundo», los escritores también comen. Pese a ello, como mostraron las ponentes, hay datos para la esperanza. Empezando porque dentro del sector cultural el del libro es el que más aporta a las arcas del PIB.

Cabutí señaló que durante los años 2013 y 2014 -momento más profundo de la dura crisis económica-, y en contradicción con los malos datos el sector, que acumuló pérdidas del 40%, «las ventas dentro del segmento infantil y juvenil no sólo no sólo no decrecieron sino que aumentaron». Un dato para la esperanza porque «estos son los lectores del mañana». «El problema está en que la Cultura sigue sin estar entre la agenda de los políticos», señaló Navarro. Fue en ese instante cuando salió a relucir el nuevo Plan de Fomento de la Lectura propuesto por el Gobierno. Anunciado hace unos días para sustituir a la estrategia iniciada en 2001. Un conjunto de medidas para las que todavía no hay fecha de presentación en el Congreso de los Diputados y que habrá que estudiar, como proponían las ponentes.

Y es que «un país que no tiene un pacto en materia de Educación es un país que ha fracasado», aseguró Riera. Ella misma confesaba que muchos de sus estudiantes de Filología en la Universidad Autónoma de Barcelona «no leen. No leen nada más que las lecturas obligatorias porque están acostumbrados al medio audiovisual y a la inmediatez de las nuevas tecnologías».

Uno de los retos más urgentes del sector es conseguir disminuir la brecha entre el 40% de españoles que nunca leen y los lectores habituales. Es difícil obviar la transformación que la tecnología ha provocado también en la literatura. «Ahora los niños quieren ser ‘Youtubers’... ¿Cuántos dicen que quieren ser escritores?», se preguntaba la escritora madrileña Julia Navarro. Aun inmersos en el mundo tecnológico, la conclusión fue obvia: «Los lectores quieren buenas historias». Como señalaba en una ocasión el paleontólogo Juan Luis Arsuaga «después de tener el estomago lleno el hombre mataría por una buena historia».

Así arribaron al tema insalvable de la piratería. Esa otra «gran lacra» para sector según reconoció la CEO de Random House. «Nosotros solo en 2016 pedimos la eliminación de ochenta y ocho mil enlaces que posibilitaban descargas ilegales de nuestro contenido». Únicamente tres de ellos fueron eliminados. La piratería como mal endémico del sector cultural en España. Como la autocomplacencia en un delito. Y quizá uno de los problemas sea, como recordaba Julia Navarro, que «el término pirata tiene todavía una sonoridad romántica. ¡No! ¡Esto es robar! Así lo explico yo cuando alguien me pregunta por el tema. Y esto es un problema de educación y problema a resolver desde la escuela».

Respecto al tipo de novela que más éxito registra y los géneros literarios que triunfan actualmente en España el acuerdo fue unánime por parte de las tres. La novela policiaca y la de corte histórico. «Aunque todos los géneros literarios son buenos, excepto los de estilo aburrido», como dijo Voltaire. «Lo que si se nota en los lectores es esa impaciencia porque pasen cosas en la novela. Quieren muchas menos descripciones», sentenció Navarro. «Proust no encontraría editor hoy, por lo que dice Julia», río Riera.

Pero el problema de fondo, como se extrajo en la conversación, es el desprestigio de la cultura. Y en este caso de la literatura y los escritores. «El prestigio social de los escritores en nuestro país es muy bajo. Un país que no ama su cultura va camino del desastre. Hay que luchar para que los escritores tengan prestigio», sentenció en ese aspecto la presidenta de CEDRO, Carme Riera.

El tema de las pensiones de los escritores fue otro de los debates que más contenido generó a lo largo de la conversación. «Un problema a solucionar de forma urgente», coincidieron. Porque como recordó Navarro, «los creadores no estamos quitando el trabajo a nadie». Ayer pidieron nuevamente la compatibilidad de poder cobrar la pensión cotizada y los derechos de autor de sus obras (sea esta la cantidad que sea). «Parece que quieren amordazarnos a partir de los sesenta y cinco años», caviló Riera.

«La creación no caduca. Esto me parece horroroso, porque dice tan poco del país en el que estamos. Ahora, con el gobierno en minoría, puede que las cosas se solucionen antes. Parece que hay gente de Ciudadanos, del PSOE y algunos del PP que quieren que esto se solucione», sentenció Riera. Por su parte, desde la gran empresa Núria Cabutí recordó que «el papel de las editoriales en estos tiempos no es otro que el de acompañar a los autores». También quiso recordar antes de finalizar su intervención que «el patrimonio del autor es y será su obra».

Cerraron la conversación esbozando una carta a los políticos con las necesidades del sector. Las apuestas de las tres fue reclamar un pacto en materia de Educación y la sensibilización hacia la Cultura. Además recordaron la necesidad de una legislación eficaz. Leyes adecuadas para resolver las cuestiones sobre la mesa. Un libro aún por escribir, el de realzar la literatura. Una tarea, la de dar esplendor a las letras patrias, que también se encuentra grabada en el frontispicio de la RAE.

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