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Una de las viñetas de «Pies descalzos» - ABC

Hiroshima, el infierno atómico entre viñetas

El Salón del Manga de Barcelona, que empieza mañana, recuerda los devastadores efectos de la bomba atómica a través de la obra de dibujantes como Keiji Nakazawa

BARCELONA Actualizado: Guardar
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El pasado mes de agosto, a pocos días para de la conmemoración del 70 aniversario de la capitulación de Japón y del fin de la Segunda Guerra Mundial, el Museo del Manga de Kioto apuraba las últimas sesiones de una exposición que anudaba tres de los conceptos que con mayor fuerza han marcado la cultura popular japonesa de las últimas décadas: el manga, la guerra y la devastación atómica. Ahí estaban, por ejemplo, encerradas entre viñetas, las atrocidades cometidas en Manchuria, la batalla de Okinawa y, claro, el infierno atómico que se desató en Hiroshima el 6 de agosto de 1945.

Y ahí estaban también, expuestas en grandes plafones, algunas de las cicatrices que el dibujante Keiji Nakazawa (1939-2013) se arrancó de la piel para dar forma a «Hadashi no Gen», sobrecogedor relato autobiográfico de muerte y supervivencia y clásico feroz que, además de despachar más de 7 millones de ejemplares en Japón y dar pie a dos adaptaciones anime, se utilizó durante años como material escolar para ilustrar lo que ocurrió en Hiroshima ahora hace 70 años.

Nakazawa reprodujo la tragedia de Hiroshima con toda su crudeza
Nakazawa reprodujo la tragedia de Hiroshima con toda su crudeza - ABC

Tanto es así que «Pies descalzos» siempre ha estado rodeada de cierta polémica, ya fuese por la crudeza de sus viñetas o por la imagen poco favorecedora que ofrecía del Ejército japonés. En cualquier caso, y pese a que en 2013, tras la muerte del autor, algunas prefecturas niponas retiraron el manga de las bibliotecas escolares, la obra sigue siendo uno de los cantos más rotundos e inapelables contra el absurdo de la guerra. Quizá por eso buena parte del material relacionado con la obra, incluidos más de 2.500 dibujos originales, no se encuentran en el Museo del Manga de Kioto ni en algún centro dedicado al autor, sino en el Museo por la Memoria de la Paz de Hiroshima.

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