Federico García Lorca, con la mirada perdida, en un retrato fechado en 1930
Federico García Lorca, con la mirada perdida, en un retrato fechado en 1930 - ABC

Los García Lorca y Cultura, enfrentados por el legado del poeta

La familia del autor granadino emite un duro comunicado, mientras el Ministerio asegura que les informó de sus planes antes de declararlo Bien de Interés Cultural

MADRID Actualizado: Guardar
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La tormenta perfecta, que descarga declaraciones como truenos, ya ronda el apellido García Lorca una vez más. Ahora que están a punto de cumplirse los ochenta años pertinentes para que sus derechos de autor sean de libre acceso (el próximo 19 de agosto, fecha de su fusilamiento), se pone sobre el tapete lo mucho que se cita su nombre en vano y lo poco que se cuida o protege su memoria documental. Algo, por otro lado, muy típico en este país, independientemente del color político de sus instituciones. Podemos traer a colación, también, la casa de otro poeta del 27, el premio Nobel de Literatura Vicente Aleixandre, en estado de ruina permanente y a la espera de comprador en la ciudad de Madrid, donde, para mayor inri, está previsto, para el próximo 17 de junio, un homenaje al poeta granadino.

Suena a sarcasmo, pero he aquí dos poetas en busca de un poco de paz o de justicia poética.

[Vídeo: Análisis sobre la guerra de Cultura y los García Lorca]

Después de que este periódico se hiciera eco de la posibilidad de que el archivo de García Lorca, declarado ayer Bien de Interés Cultural, saliera de España, a raíz de los desatinos que están sucediendo en torno a su legado desde hace cerca de un año y los temores de la familia, ha estallado la guerra entre el Ministerio de Cultura y la Fundación García Lorca. Un cruce de intensas declaraciones entre su presidenta, Laura García Lorca, y el Secretario de Estado de Cultura, José Maria Lassalle. Mientras Cultura defiende que informó a la sobrina nieta del poeta el pasado lunes 18 de abril sobre su intención de declarar el legado Bien de Interés Cultural, ella sostiene en un comunicado que «la Fundación no ha sido consultada ni informada sobre este propósito». Ayer mismo, ABC contaba que tales documentos (miles de cartas, manuscritos, dibujos, obras de compañeros generacionales…) podrían haber acabado en el Harry Ransom Center de la Universidad de Texas, especialista en pagar bien por la memoria documentada de grandes escritores, y de cuidarla aún mejor. No en vano, el legado de García Lorca tenía el nivel básico de protección (Censo de Patrimonio Documental), que no impedía su venta.

Cruce de declaraciones

Puede que el texano hubiera sido un buen refugio para Lorca, a tenor de lo que ha pasado en este último año en torno a la mala gestión del novísimo Centro García Lorca en Granada, donde estaba previsto que descansara su legado. «La Fundación ha trabajado incansablemente y con la mayor discreción desde el año 2002 para que la construcción y programación del Centro Federico García Lorca en Granada, proyecto impulsado por ella, pudiera albergar el legado de Federico García Lorca en las condiciones mínimas de respeto intelectual y artístico que este autor merece. Las actuaciones al margen de la Fundación de algunas administraciones integradas en el consorcio, han hecho imposible el traslado de los fondos, porque desvirtúan la integridad de dicho legado», apunta el comunicado de la Fundación. Y remata con contundencia: «En consecuencia, el legado de García Lorca ha estado y está en buenas manos, en las de sus propietarios, y no ha corrido ninguno de los riesgos que señala el señor Lassalle, quien parece querer proteger tal legado de la familia del poeta y de la Fundación».

«El legado no ha corrido ninguno de los riesgos que señala el señor Lassalle, quien parece querer proteger tal legado de la familia del poeta y de la Fundación»

Fue Lassalle, durante la presentación del I Premio de Narrativa Carmen Martín Gaite el pasado lunes, quien aseguraba que «no hablamos de piezas separadas, sino de una unidad de archivo, que tendrá que ser respetada». ¿Respetada y resguardada de la propia familia García Lorca, como apunta su sobrina nieta en el citado comunicado? ¿De las distintas instituciones granadinas que han hecho de la gestión del Centro García Lorca un desastre? ¿Había que llegar a este punto de intervención, de golpe en la mesa? ¿Se podía haber actuado, antes de, mejor y con unos modos más suaves, o poéticos, en torno a la protección del legado lorquiano? Recordemos que el Ministerio de Cultura compró en 2010 el archivo de la agente literaria Carmen Balcells por tres millones de euros. ¿No vale el de Lorca tanto o más? Y que el propio Lassalle se ha volcado con la conversión del antiguo edificio del Banco de España en Santander en la sede del archivo Lafuente, cuyo valor estimado ronda los siete millones de euros y no se prevé su finalización a muy corto plazo.

[Así es el legado de García Lorca que custodia su Fundación]

Mientras tanto, a Lorca le protegemos con tópicos. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, declaraba ayer: «Se trata de un archivo de valor excepcional, ya que su productor es el poeta y dramaturgo español más importante del siglo XX, cuya obra es seguida y admirada a nivel mundial». No sé si llegaremos a saber cuánto estaba dispuesto a pagar el Harry Ransom Center por el legado de García de Lorca, un escritor irrepetible, no un «productor», como lo denomina Cifuentes. Cerremos este acto del drama, que promete ser largo, con las palabras de Laura García Lorca: «La familia del poeta ha trabajado desde su fusilamiento para proteger y difundir su legado desde la salida forzada de Granada, a lo largo de su exilio americano, y después de su vuelta a España. Donó todo su patrimonio para la creación de la Fundación Federico García Lorca y para garantizar su integridad». Todavía les queda un largo camino.

[La política del BIC; por Jesús García Calero]

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