Jesús García Calero

Es la cultura, estúpidos

Se dijo que el modelo del canon estaba agotado y se diseñó una compensación arbitraria y alejada del estándar europeo, como señala hoy el dedo acusador del TJE

Jesús García Calero
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La cultura, en el más ambicioso sentido, y el español con toda la potencialidad de la segunda lengua del mundo, ¿no era nuestro petróleo? La industria cultural podría incrementar nuestro PIB de un modo notable, gestionada con dedicación e inteligencia por una clase política que, en las pasadas elecciones de diciembre, ni mencionó el tema. En la nueva campaña -seguro- alguien se apuntará el tanto y lo meterá bien maquillado, ¿pero con qué fin?

Pocos debates tan emponzoñados como el de la propiedad intelectual en España. Sin ese derecho fundamental la creación es imposible, la vida del creador miserable y la industria cultural inviable. La piratería es un mercado negro de productos culturales, socialmente tolerado en España que ha resultado duro de roer por la flaqueza de los partidos para un pacto de Estado.

Ahora el TJE viene a recordarnos: la propiedad intelectual es un derecho «que merece un alto grado de protección» en la UE.

A la impopularidad de las medidas antipiratería debemos el miedo congénito del político español en este campo (da igual el partido). Durante años se mezclaron en la calle debates como «la corrupción en la SGAE» con «la injusticia del canon» sin que el político pusiera los puntos sobre las íes. Se dijo que el modelo del canon estaba agotado y se diseñó una compensación arbitraria y alejada del estándar europeo, como señala hoy el dedo acusador del TJE. Eran tiempos difíciles, en mitad de la crisis, pero son esos tiempos los que demuestran la grandeza del político. La célebre frase «Es la economía, estúpido» serviría hoy a la vieja y la nueva política: «Es es la economía de la cultura, la cultura... ¡queridos políticos!»

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