Carla Rahn Phillips: «Más que el tesoro importan las vidas perdidas en el galeón y su historia»

La historiadora estadounidense es la primera autoridad mundial sobre el San José

Madrid Actualizado: Guardar
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Carla Rahn Phillips (Los Ángeles, 1943) es, con toda probabilidad, la única persona en el mundo que conoce los nombres de los náufragos del galeón San José, buque hundido frente a Cartagena de Indias en 1708 y que lleva una semana de plena -y polémica- actualidad, tras el anuncio del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, de que ha sido localizado y será excavado. La hispanista ha pasado años de su vida revisando documentos en archivos a ambos lados del Atlántico, en los que ha podido leer sobre la construcción del navío, los manifiestos de carga y los relatos de la batalla de los marinos de ambos bandos. Para ella es tan importante este galeón que incluso ha ejercido de detective en recientes trabajos académicos, con el fin de situar en los mapas, con toda la exactitud posible, el lugar de la batalla.

Lo mucho que sabe sobre el caso se convirtió en un libro muy demandado estos días: «El Tesoro del San José» (Marcial Pons), del que según nos informan no quedan demasiados ejemplares.

-Imagino que le ha impactado el hallazgo

-Me hizo mucha ilusión porque es una noticia muy importante para Colombia, para España y para toda la humanidad.

-Usted ha estudiado las vidas de aquellos náufragos. ¿Qué recuerda?

-Es cierto, conozco los nombres de los 600 hombres, sobre todo jóvenes, que murieron en el San José, y me sé algunas de sus historias, conozco quiénes eran sus familias.

-¿Recuerda alguna que le impactara en especial?

-Hace ya años, pero recuerdo sobre todo la historia de un joven cuya hermana, después de muerto, pidió al Gobierno español que le diese su salario. Ambos eran huérfanos, los únicos supervivientes de la familia, todo lo que quedaba de una humilde familia. Por eso me emocionó conocer la historia de la hermana. Hubo muchas familias de las víctimas que solicitaron el salario de sus parientes, era algo habitual.

Siguiendo sus palabras viajamos a aquel 8 de junio de 1708 en el que la escuadra inglesa abordó a la flota de Tierra Firme, a la que llevaba semanas acechando. En su libro se relata que, desde las 18h hasta las 19:30h, el navío de 70 cañones inglés HMS Expedition, del Comodoro Charles Wager, y el San José, de 64 cañones, comandado por el capitan José Fernández de Santillán conde de Casa Alegre, estuvieron enzarzados en una durísima batalla. Había caído la noche completamente cuando el barco, según los testigos británicos, estalló. Los pocos supervivientes españoles, entre 7 y 17, solo pudieron decir que estaban en el barco y un instante después se encontraron en el agua sin que pudieran comprender el motivo. Desde el agua vieron cómo el galeón, sus 600 ocupantes y un tesoro que ha hecho soñar a muchos hombres durante tres siglos se hundieron en muy pocos minutos. Carla Rahn afirma que el hallazgo, para ella, fue «muy emocionante, fue imaginar que sus vidas ya están completadas en cierto sentido».

-El galeón ha estado siempre presente en la cultura de Colombia. García Márquez lo cita...

-Las cifras del tesoro tan elevadas que da García Márquez son una exageración y han alimentado la imaginación de los colombianos. En mi libro intenté calcular el monto total del tesoro. Las cifras que propuse son las más fidedignas. Más o menos, entre lo que figuraba en los libros y lo que se embarcó fuera de los libros creo que transportaba poco más de 9 millones de pesos de a 8. Es una cantidad enorme, pero menos que las estimaciones del XVIII y XX, o las que relata en su libro García Márquez.

-Usted sabe como pocos lo que se perdió en aquel naufragio. ¿Que le viene a la cabeza si le digo cazatesoros?

-Para mí los cazatesoros son piratas y nada más. Y nada menos. Algunos dicen que son científicos, personas de categoría, pero en todos los casos que conozco, incluido la fragata Mercedes, han demostrado que son piratas. Los científicos que conozco, y yo misma, tenemos interés en el buque, sobre su historia y las personas que murieron en el y mucho menos en el tesoro.

-Su libro lo lleva al título.

-Por supuesto, el tesoro es importante como parte de la carga, pero yo tengo confianza en la visión que dan los científicos y en el método científico. A mí no me importa si los cazatesoros tiene, dinero, tecnología, máquinas y todo eso. Al fin y al cabo son piratas.

-¿Tiene opinión sobre el proyecto del Gobierno colombiano?

-No me toca a mí analizarlo. Espero que respeten los restos humanos y el método científico. Espero que la compañía contratada por Colombia sea de las pocas que respetan los científicos.

-¿Cómo era la vida en el barco antes de la tragedia?

-Casi toda la tripulación venía de España, porque era una misión particular en tiempo de guerra, escoltar la flota y las mercancías valiosas. Es interesante que del tesoro de abordo la mayor parte pertenecía a particulares, comerciantes y altos funcionarios. Supongo que hay descendientes que tienen interés en este buque.

-Tal vez haya que repartir el botín.

-Las familias pidieron los sueldos de los marineros, pero yo no investigué a los herederos de las fortunas. Me interesa el San José solo hasta el naufragio.

-¿Qué le sorprende de aquella gente?

-Me parecen muy curiosos los pequeños objetos de valor sentimental que llevaban con ellos. No había mucho espacio en el buque.

-¿Qué cosas?

-Un rosario, un objeto familiar, útiles de pintura. Como los astronautas en la actualidad, aquellos hombres no podían llevar muchas cosas ni muy grandes en sus viajes, y las que más querían en el siglo XVIII eran muy pequeñas. Tal vez aparezcan si se excava.

-En tierra no han sobrevivido esas cosas.

-¡Claro! No tenían valor y no están en inventarios. Pero tienen valor para entender aquella época. Recordaban a sus familias,a su pueblo natal. Es el factor humano.

-España nunca excavó un galeón. Nos hemos perdido todo eso. Más que los tesoros. ¿Por qué cree que España debe estudiar los buques que hicieron posible el imperio?

-Se han estudiado por los historiadores, menos desde el 98 porque la Marina tuvo menos importancia desde entonces en la vida de España. Pero hay investigadores e historiadores en archivos aportando conocimiento sobre esos temas. Distinto es el caso de los arqueólogos. Porque cuesta mucho poner en pie un proyecto como el del San José, que está en aguas profundas.

-A 260 metros o 600 metros, dicen...

-No supimos el lugar del naufragio exacto. Yo he investigado siguiendo las posiciones de los buques ingleses que tenían mucho cuidado en marcar su posición porque eran aguas poco conocidas para ellos. Creo que el Gobierno colombiano ha trabajado en la zona en que yo publiqué que podría estar, al suroeste de Cartagena.

-¿Cómo podemos hacernos idea de cómo era el San José?

-Lo mejor es visitar el modelo del Nuestra Señora de las Ánimas en el Museo Naval de Madrid. Eran parecidos.

-¿Qué documento le ayudó más a comprender lo que ocurrió?

-Irónicamente es un documento impreso. Una relación del virrey nuevo del Perú, Manuel de Oms y de Santa Pau, marqués de Castell-dos-rius, que cuenta que a su llegada había muy poco dinero en Lima. Todo había sido gastado en reparaciones del terremotos de 1687 y gastos del Gobierno. Lo que revela ese testimonio es por qué el tesoro del San José es menor que su leyenda. Es fascinante.

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