El Rey avala el Diccionario Panhispánico del Español Jurídico

Don Felipe preside hoy el acto, al que asisten los más importantes juristas de Hispanoamérica

Santiago Muñoz Machado, en el salón de plenos de la Real Academia Española MATÍAS NIETO

JESÚS GARCÍA CALERO

Por derecho, la lengua española se habla en medio mundo. Esta expresión refleja de manera literal la influencia que tuvieron las leyes en la duradera extensión del español a lo largo de los siglos y de los antiguos territorios de la Corona que hoy conforman la hispanidad. Hoy se presenta en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca el Diccionario Panhispánico del Español Jurídico (DPEJ), una obra redactada entre los máximos especialistas de la comunidad iberoamericana de naciones.

Como explica a ABC el director de este nuevo diccionario, el académico Santiago Muñoz Machado , «el mayor cuidado del idioma se aplicó a la codificación de las leyes en América », una vez superada la era de las emancipaciones, porque «las nacientes repúblicas encontraron que sin una lengua común no se podía gobernar».

La presentación de esta magna obra tiene un especial relieve, tanto institucional como cultural, ya que reúne a una especie de cumbre iberoamericana de juristas y académicos, bajo la presidencia del Rey . «Asistirán la mayor parte de los presidentes de los Tribunales Supremos de América -nos adelanta Muñoz Machado -, porque esos tribunales han participado activamente en la preparación del diccionario». En la mesa estarán, junto con Don Felipe, el presidente del Tribunal Constitucional, del Tribunal Supremo y el fiscal general del Estado , además del presidente del Consejo de Estado. Por supuesto hay que añadir la asistencia de representantes de la totalidad de las Academias de la Lengua americanas.

Importante legado

«España aportó a América un importante legado, entre cuyas manifestaciones principales están la lengua y el derecho », asevera. Podría aceptarse que son dos de los principales pilares de la cultura que compartimos. « América se sirvió del derecho español -añade- hasta los procesos de independencia, desde las partidas a las leyes de los Borbones. Luego hicieron sus propios códigos, y es entonces justamente cuando se debate qué idioma, si la lengua castellana clásica o las variantes que allí había».

En España, -explica este jurista y secretario de la RAE, que hace unos meses publicó «Hablamos la misma lengua» , una historia política del español en América- «se mantuvieron las lenguas particulares y regionales, pero al otro lado del Atlántico la castellana fue la única utilizada».

El DPEJ servirá «para preservar el derecho y los valores que son de inspiración española, las leyes fueron fundamentales. Y con el vocabulario compartido nos entenderemos mejor los ciudadanos de unos y otros países, las empresas encontrarán mayor precisión en los conceptos, podremos copiar los modelos regulatorios, las garantías de los derechos serán parejas», comenta el director del proyecto.

Para lograr un resultado que tiene en libro una apariencia monumental, en dos tomos de más de dos mil páginas cada uno, se han coordinado más de 400 juristas para sumar las aportaciones. «Lo más difícil fue cumplir los plazos que imponía el duro director», bromea Muñoz Machado, «padre» es esta obra inabarcable.

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