Los aniversarios conectan a Cervantes con Carlos III

«Nosotros no leemos a los clásicos, los clásicos nos leen a nosotros: descifran nuestra existencia, son exploradores de la conciencia y de la condición humana», con estas palabras ha presentado Carmen Iglesias, directora de la Real Academia de la Historia y miembro de la Real Academia Española, el ciclo de conferencias Biografía e Historia titulado «Carlos III y Cervantes. El Quijote y la Ilustración», que inauguró en CentroCentro Cibeles con su conferencia «El mundo de Cervantes y el mundo ilustrado en el reinado de Carlos III».

Un ciclo que ha coordinado la propia Iglesias y que contará con las ponencias de Jean Pierre Etienvre de la Universidad de La Sorbona de París que hablará sobre Cervantes y los clásicos del siglo XVII; Carmen Sanz Ayán destacará el mundo de los editores y mecenas de esa época; Julián Martín Abad experto de la Biblioteca Nacional comentará la aparición del Quijote en la imprenta del XVIII, y para finalizar Pedro Álvarez de Miranda hablará del cervantismo y quijotismos en la España de Carlos III.

En 2016 se cumple el tercer centenario del nacimiento de Carlos III, el monarca más ilustrado, y el cuarto centenario de la muerte de Cervantes. Y es que existe una línea de continuidad entre la figura de Cervantes, un hombre ilustrado, tolerante, viajero y un luchador ante la adversidad; y la figura del monarca Carlos III que desemboca en la época de la Ilustración.

Historia cultural

Este ciclo aborda la historia cultural, teniendo en cuenta los acontecimientos sociopolíticos y la transmisión de valores. Iglesias comentó que su conferencia se fundamentaba en tres conceptos importantes que cambian en la Ilustración: la educación (que pasa a regirse en el mérito y no en el linaje), las mujeres (su libertad determina el grado de desarrollo de una sociedad) y la justicia (sobre la arbitrariedad señorial de la justicia).

Iglesias recordó que Inglaterra fue el primer país que reconoció al Quijote su valor de clásico, más que una novela de entretenimiento, con una edición especial en 1738. En España esa edición especial se publicó en 1780. Asimismo, destacó tres virtudes de Cervantes: el coraje para vivir; la generosidad para convivir y la prudencia para sobrevivir. Dostoievski consideraba El Quijote el libro más triste que había leído, porque es la historia de una derrota. El año pasado el CIS publicó que el 40% de los españoles no ha leído el Quijote. Iglesias subrayó que «los clásicos hay que aprender a rescatarlos».