El filósofo Tzvetan Todorov, fotografiado en Bilbao, donde ha asistido al festival literario Gutun Zuria
El filósofo Tzvetan Todorov, fotografiado en Bilbao, donde ha asistido al festival literario Gutun Zuria - efe

Tzvetan Todorov: «El independentismo no es cuestión de principios, sino de conveniencia»

El filósofo pasó por Bilbao para participar en el festival literario Gutun Zuria

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Aunque la edición de este año del festival literario Gutun Zuria ha estado dedicada al erotismo, Tzvetan Todorov (Sofía, 1939) eligió el amor como tema para su participación. «El amor se ha convertido en un valor de primer orden en la actualidad. De hecho, numerosas personas dirían que en vez de sacrificarse por la patria, se sacrificarían sólo por sus allegados. Lo que es sagrado para la gente está estrechamente vinculado a esta relación de amor», reflexiona.

Nacido en los albores de la Segunda Guerra Mundial en la Bulgaria comunista, pero afincado en Francia desde 1963, lingüista, filósofo, historiador, crítico y teórico literario, atiende a ABC en el Centro Azkuna durante su fugaz paso por Bilbao. Habla de la misma forma en la que se conduce: despacio, de forma reflexiva.

En un bolsillo de su chaqueta asoma un fajo de hojas. Tal vez las ideas sobre el amor que esbozará unas horas después. «Diría que el amor está en primer plano, esto incluye la sexualidad, pero no siempre se da. Lo que es más importante, y la relación más intensa entre personas, es el amor. La sexualidad siempre está muy presente en los seres humanos, de no ser así, esta especie no hubiera sobrevivido; no se hubiera multiplicado. La sexualidad con sus atractivos garantiza la reproducción. Se han eliminado tabúes, esos tabúes que la controlaban o la orientaban en un sentido u otro».

La producción reciente de Todorov apunta, sin embargo, a cuestiones que poco tienen que ver con los sentimientos. Obras como «El miedo a los bárbaros», «La experiencia totalitaria» o «Los enemigos íntimos de la democracia». Trabajos en los que disecciona el mundo que nos toca vivir y los peligros que le acechan, como el neoliberalismo económico, que rechaza de plano. ¿Qué opina Todorov del yihadismo? «No me parece el fenómeno más peligroso de nuestra época. Creo que hay dos niveles muy distintos. Por un lado, el control policial, de los flujos financieros. Sin duda, podrían ser más eficaces. Luego hay otro nivel, que es la acción política». Y es aquí donde afila su crítica: «Somos responsables de la destrucción de Libia, de la difusión de armas y los grandes flujos de refugiados. Es necesario pensar mejor nuestra política extranjera, pensar mejor nuestras intervenciones militares en los países musulmanes. Mediante la guerra no los vamos a convertir en más democráticos».

Como francés de adopción, le tocó de cerca el ataque a la redacción de la revista satírica «Charlie Hebdo». Transcurridos más de tres meses, no detecta secuelas. «No tengo la impresión de que la población viva con miedo. No toda la sociedad se ha convertido en una sociedad del miedo; el miedo es muy mal consejero. Si toda la población tiene miedo puede llegarse a comportamientos irracionales». Reflexión que le lleva a los Estados Unidos post 11-S, donde el Gobierno tuvo carta blanca para aprobar medidas de vigilancia que califica de «totalitarismo tecnológico».

Una primera potencia mundial que asiste a la recta final del mandato de Obama. «No ha gobernado como un presidente negro, sino como el presidente de Estados Unidos», lanza Todorov, quien lamenta que no fuera capaz de introducir los numerosos cambios que prometió al acceder al cargo. «No sé si le ha faltado habilidad o haber sido más insistente», plantea, aunque concede que sus recientes acercamientos a Irán y Cuba pueden acabar enderezando su legado y, por ello, «hay que felicitarle». En el horizonte asoma la posibilidad de que le suceda Hillary Clinton: sería la primera mujer en el Despacho Oval. «Las mujeres han demostrado que están capacitadas», recuerda casi con molestia, poniendo el ejemplo de Angela Merkel, convencido de que el sexo de un gobernante resulta superfluo.

Las elecciones en Estados Unidos no se celebrarán hasta 2016. Mucho antes, mucho más cerca, el 24 de mayo, en España tendrán lugar los comicios municipales y forales. Y estando en Bilbao, es inevitable preguntarle a Todorov por los planteamientos independentistas que defienden en el País Vasco (y Cataluña) determinadas fuerzas políticas. «No tengo una opinión muy hecha sobre este tema porque en Francia no hay tantas demandas de independencia», comienza a elaborar su respuesta, cauto. «Hay que tener en cuenta el contexto local, no me puedo pronunciar al respecto». Pero pronto apunta a una cuestión económica: «Hay una tendencia de no querer pagar más». No sólo en ciertas regiones de España, sino también en el norte de Italia. «Escocia también ha sucumbido a esta tentación. Para mí no es una cuestión de principios, es más de conveniencia», remacha el filósofo.

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