José Luis Mayo, instalando el belén de la Plaza Mayor de Madrid en 2012
José Luis Mayo, instalando el belén de la Plaza Mayor de Madrid en 2012 - DE SAN BERNARDO
Los salzillos de hoy

José Luis Mayo: «Quiero representar la época en que Jesús nace»

Para este maestro escultor de figuras de belén, el Nacimiento es una catequesis que él intenta plasmar con el mayor realismo histórico

MADRID Actualizado: Guardar
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José Luis Mayo (Toledo, 1941) lleva toda una vida viviendo en Navidad, al menos desde que hace unos 40 años abrió su propio taller de escultura y comenzó a modelar sus propias figuras de belén, rompiendo con el estilo que por entonces imperaba. «Entré con un aire fresco diferente» al de las figuras murcianas de la línea de Salzillo, las piezas de pasta de madera de Olot y las creaciones del «gran maestro» Castells, recuerda.

Mayo siempre ha querido «representar la época en que Jesús nace» con unas figuras hebreas de gran realismo en sus rostros y actitudes, vestidas con trajes de la época, quizá «enriquecidos un poco porque entonces eran muy básicos». Tras años de investigación arqueológica y etnográfica, hoy cuenta con ingente información de la época, los materiales de entonces, sus herramientas...

mil y un detalles que después traslada a sus figuras.

Para el patriarca de los maestros belenistas actuales, de honda religiosidad, el belén «es una catequesis que recuerda aquel momento» que él evoca, por ejemplo, con la humanidad de un San José con el niño en brazos, atendiendo a la Virgen como a una madre que acaba de dar a luz.

A San José lo moldea con cariño, joven y activo («es un personaje que me cae bien», dice su tocayo). Más difícil resulta para él la figura del Niño Jesús. «Hacer un recién nacido que sea guapito, no solo para su madre, y que no parezca que tiene cuatro meses, no resulta nada fácil», explica con humor.

Busca inspiración en «los más grandes» como Miguel Ángel, Francisco Salzillo o Juan Martínez Montañés para sus esculturas que siguen la tradición belenística española. «La figura napolitana es muy espectacular, con sus trajes, pero las considero un poco una nancy. Aunque hay fantásticas cabezas modeladas como en piezas originales del Belén del Príncipe», añade.

A Mayo le impresiona más el famoso belén de Salzillo, que se muestra en el museo del célebre escultor en Murcia, o algunas piezas sueltas que conserva el museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, como el conjunto de la Degollación de los Inocentes que realizó José Ginés para Carlos IV. «Es una maravilla», dice con admiración.

Autor de encargos monumentales como el de La Grande Crechè de Madrid en París (1987), o los realizados para Valencia, Alicante o Elche, de José Luis Mayo es el belén adquirido por el Ayuntamiento de Madrid en 2003, que el pasado año se exhibió en el Centro Cultural de Colón.

Insatisfecho con el belén de Cibeles

Con el «minibelén» que le encargaron montar este año en Cibeles no se ha quedado satisfecho. «En 8 metros cuadrados no puedes hacer milagros», explica el escultor, que ha llevado piezas originales de su colección, pintadas con cuidado al óleo. «He hecho el esfuerzo para que hubiera un belén en el Ayuntamiento, pero estaba demasiado condicionado», afirma.

Cuando modelo una pieza, sea cual sea, pongo en ella todo lo que siento y lo que sé

Mayor tamaño tendrán los belenes que se montarán con sus figuras en el Ayuntamiento de Leganés o en Guadalajara. Allí se podrá ver su arte, que también se encuentra a la venta en tiendas de imaginería de Madrid, Sevilla o Murcia.

En estos días, el taller donde intenta crear escuela no para, aunque para él «todo el año es Navidad» ya que en cualquier época tiene en sus manos un pastorcillo o un rey mago para su catálogo o por encargo de algún coleccionista. Estas últimas son las piezas más caprichosas, pero no las más especiales, asegura. «Cuando modelo una pieza, sea cual sea, pongo en ella todo lo que siento y lo que sé».

En el pequeño jardín de su casa, hay un belén permanente, pero Mayo monta otro cada Navidad, bien con el clásico musgo y corcho o en un pequeño diorama. El de este año es un pequeño teatrín. «Ya lo tengo puesto», dice este belenista de profesión y vocación, miembro desde hace 30 años de la Asociación de Belenistas de Madrid.

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