Vida en Marte

¿Enviaremos lombrices a agujerear Marte?

Un experimento consigue que los gusanos procreen en un suelo marciano simulado, lo que puede ser clave para el crecimiento de los cultivos en el Planeta rojo y la supervivencia de futuros colonos

Una recreación de cómo sería el hábitat de los colonos de Marte, viveros incluidos U. Wageningen

ABC.es

Dos jóvenes gusanos se retuercen en el suelo rojizo. Son los primeros descendientes en un experimento que prueba que estos animales no solo pueden habitar un terreno simulado de Marte , sino también reproducirse en el mismo. La prueba ha sido realizada por un equipo de la holandesa Universidad de Wageningen con suelo proporcionado por la NASA que imita la composición y características del Planeta rojo. El éxito de unas vulgares lombrices puede parecer una anécdota, pero si dentro de unas décadas los primeros colonos consiguen llegar hasta ese mundo y establecerse, tener a estas criaturas como compañeras quizás resulte clave para su supervivencia.

¿Recuerda a Matt Damon plantando patatas en Marte en la película de Ridley Scott? Utilizaba sus propias heces para fertilizar el suelo de sus invernaderos. Pues lo mismo hacen los gusanos, que jugarían un papel crucial en un ecosistema marciano cerrado y sostenible en la medida que descomponen y reciclan la materia orgánica muerta. Probablemente, las heces y orines de los pioneros humanos también se usarán como fertilizantes del suelo marciano, estéril y lleno de compuestos potencialmente tóxicos. Pero por razones prácticas y de seguridad, además de los gusanos, en su experimento los investigadores utilizaron estiércol de cerdos.

Plantas crecen en el suelo simulado de Marte - Wieger Wamelink

Este experimento forma parte de un programa de investigación denominado «Alimentos para Marte y la Luna» que estudia cómo desarrollar un sistema agrícola sostenible en esos dos mundos. Para ello utilizan un suelo proveniente de un volcán en Hawái para simular el de Marte y otro recogido del desierto de Arizona como si fuera el de la Luna.

Los experimentos comenzaron en 2013. Hoy en día ya han hecho crecer más de una docena de cultivos, como frijoles verdes, guisantes, rábanos, tomate, patatas, rúcula, zanahoria y berros. El único que se les ha resistido han sido las espinacas. Los cultivos fueron analizados en busca de metales pesados y también alcaloides para verificar su seguridad para el consumo humano. Después de pasar estas pruebas, los científicos organizaron una cena basada en los cultivos cosechados para las personas que apoyaron la investigación a través de la campaña de crowdfunding . No ha habido quejas.

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