Los listrosaurios, del tamaño de hipopótomos, menguaron hasta el de un perro
Los listrosaurios, del tamaño de hipopótomos, menguaron hasta el de un perro - Archivo

Así se sobrevive a una extinción masiva

La estrategia que han empleado algunos animales para resistir en un planeta convertido en un infierno: menguar hasta el tamaño de un perro y morir jóvenes

MADRID Actualizado: Guardar
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Hace cerca de 250 millones de años, una serie de grandes volcanes entraron en erupción en Asia y provocaron sobre la faz de la Tierra la mayor extinción masiva de todos los tiempos, durante la que perecieron más del 95% de todas las especies vivas del planeta. Conocida como la extinción del Pérmico-Triásico, durante el periodo de actividad volcánica se liberaron en la atmósfera miles de millones de toneladas de cenizas y carbono, lo que alteró drásticamente el clima en todo el mundo. Sin embargo, algunos animales lograron sobrevivir a ese infierno. Y ahora los científicos saben cómo lo hicieron.

En un estudio recién aparecido en Scientific Reports, un equipo internacional de paleontólogos, liderado por Adam Huttenlocker, del Museo de Historia Natural de Utah, ha demostrado que los trápsidos, los antiguos parientes de los mamíferos, de los que todos nosotros descendemos, lograron sobrevivir porque se adaptaron a tener vidas más cortas que sus predecesores, lo que les permitía criar a las nuevas generaciones en poco tiempo, cuando aún eran muy jóvenes.

Los investigadores estudiaron los patrones de crecimiento de los terápsidos de la cuenca surafricana de Karoo, un yacimiento muy rico en fósiles de un periodo que va desde el Pérmico al Jurásico temprano, es decir, desde hace 300 a 180 millones de años.

Examinando la microestructura de sus huesos antes y después de la gran extinción, Huttenlocker y sus colegas pudieron darse cuenta de cómo habían cambiado los patrones de crecimiento de los terápsidos, y relacionarlos después con las tasas de supervivencia. El trabajo se centra especialmente en el género Lystrosaurus, que fue el que mejor logró sobrevivir a la extinción. De hecho, en un planeta que prácticamente se había quedado vacío, Lystrosaurus dominó los distintos ecosistemas durante varios millones de años tras la catástrofe. Suyos son, en efecto, entre el 70 y el 90% de todos los fósiles de vertebrados del yacimiento de Karoo.

"Los fósiles de terápsidos como Lystrosaurus -afirma Huttenlocker- son importantes porque nos enseñan acerca de la capacidad de recuperación de nuestros propios parientes lejanos tras la extinción, y nos dan pistas sobre qué rasgos concretos les permitieron prosperar en aquellos tiempos tan turbulentos. Lystrosaurus fue particularmente prolijo, y la gran cantidad de restos disponibles nos permite sacrificar algunos especímenes en aras de estudiar los patrones de crecimiento que se esconden en el interior de sus huesos

Para Ken Angielczyk, otro de los autores del estudio, "antes de la extinción del Pérmico Triásico los Listrosaurios tenían una esperanza de vida de unos 13 o 14 años, según los registros preservados en los fósiles. Sin embargo, casi todos los especímenes de Listrosaurio hallados tras la extinción apenas si superaban los dos o tres años de edad. Y eso implica que eran capaces de reproducirse cuando aún eran muy jóvenes".

El tamaño de un perro

Pero este "ajuste" en la duración de la vida también implica una serie de cambios físicos. Antes de la extinción masiva, este animal medía cerca de dos metros y pesaba varios cientos de kg. Su tamaño, pues era parecido al de un hipopótamo. Pero tras la extinción su talla menguó hasta alcanzar el tamaño de un perro, probablemente debido al acortamiento de su tiempo de vida. Según los investigadores, estas adaptaciones incrementaron hasta en un 40% las posibilidades de supervivencia de estos animales en el imprevisible entorno que quedó después de la extinción.

Esta estrategia de supervivencia tiene también ejemplos más recientes. Durante el pasado siglo, por ejemplo, el bacalao atlántico también estuvo sometido a un efecto similar a causa de las actividades pesqueras. La pesca industrial acabó con los ejemplares más grandes, lo que hizo que el tamaño medio de la especie menguara de forma significativa. Los individuos restantes se vieron obligados a reproducirse lo antes posible en sus vidas. Y algo parecido sucedió también con los varanos africanos, también perseguidos por los humanos.

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