Una puerta abierta a un mundo de hombres-máquina

El jurado del premio Princesa de Asturias dice que los avances de Hugh Herr pueden mejorar la vida de millones de discapacitados

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El jurado del Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2016, otorgado este miércoles al líder mundial de la biónica Hugh Herr, ha destacado que las investigaciones del galardonado han acelerado el proceso de integración hombre-máquina, lo que puede mejorar la vida de millones de personas discapacitadas, además de aumentar las capacidades del ser humano.

El acta explica que «Herr ha desarrollado las primeras prótesis que logran emular la locomoción humana, permitiendo superar discapacidades, como la que él mismo tiene». «Las investigaciones pioneras de Herr en biomecatrónica, combinando inteligencia artificial, neurofisiología y robótica han dado lugar a una nueva clase de prótesis biónicas inteligentes, controlables por el cerebro. Sus métodos se basan en un conjunto de disciplinas científicas y tecnológicas de vanguardia, con un impacto significativo en personas con discapacidades, a través de prótesis adaptables que permiten movimientos similares a los fisiológicos», apunta el fallo.

Además, ha desarrollado exoesqueletos que, «como estructuras externas y adaptadas al cuerpo, permiten potenciar las capacidades físicas humanas. Estas contribuciones están acelerando la integración hombre-máquina, lo que permitirá mejorar la calidad de vida de millones de personas», ha añadido el jurado.

Manuel Toharia Cortés, director científico del complejo Ciudad de las Artes y las Ciencias, ha señalado que Herr ha inventando el concepto de la biometrónica, que combina la biología, la mecánica y la electrónica, y montado un instituto de esta disciplina, que está en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (EE.UU.). En sus investigaciones, «ha conseguido una auténtica integración entre una cosa artifical, que llamamos máquina, que tiene capacidad propia con sensores, y conectada con el cerebro». Se ha referido también al desarrollo de los exoesqueletos, «elementos externos que conectados también al cerebro te permiten hacer cosas que tú no puedes hacer».

«Posibilidades infinitas»

Son equipamientos que «no solo pueden servir para personas discapacitadas, sino también para mejorar las capacidades de una persona», y ha puesto el ejemplo de una señora mayor que no puede levantar un peso, y lo consigue con uno de estos exoesqueletos. Según Toharia, «las posibilidades son infinitas». Herr «ha abierto una puerta y ahora vamos a ver lo que hay detrás (...) No me extrañaría que esto nos llevara a un mundo de hombres-máquina».

El científico Amador Menéndez Velázquez conoce personalmente al galardonado. Ha explicado que desde el momento en el que le amputaron ambas piernas, Herr «dedicó toda su vida a desarrollar unas prótesis biónicas inteligentes que le permitiesen volver a correr y a escalar». Ha recordado que entonces era un estudiante mediocre, pero a partir de ese momento estudió medicina y mecánica, y creó la disciplina de la biomecatrónica, que le ha permitir volver a correr y a escalar. Lo considera, además de un «ejemplo de tecnología irruptiva», «un ejemplo de superación del ser humano».

La exministra de Ciencia y Tecnología, Cristina Garmendia, considera a Herr un «símbolo de lo que el desarrollo científico y técnico puede suponer para la vida de las personas». Ha dejado claro que el hecho de que le falten las dos piernas no ha influido en la decisión del jurado. Se trata de un detalle que hace la candidatura «especial», pero el jurado «no puede tener en cuenta la condición de la personal, sino únicamente el desarrollo científico y tecnología».

El microbiólogo César Nombela Cano entiende que los avances que ha facilitado el trabajo de Herr «abren unas posibilidades enormes en la superación de la discapacidad».

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