Astrónomos de todo el mundo siguen buscando ondas de radio procedentes de estrellas. En la imagen, un puñado de ellas, en el cúmulo M7
Astrónomos de todo el mundo siguen buscando ondas de radio procedentes de estrellas. En la imagen, un puñado de ellas, en el cúmulo M7 - Lorand Fenyes/NASA

Lástima, la «señal alienígena» es un fiasco

Científicos concluyen que, probablemente, la señal de radio que parecía proceder de una estrella lejana tiene un origen terrestre

MADRID Actualizado: Guardar
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Recientemente la web Centauri Dreams, del reconocido astrónomo Paul Gilster, se hizo eco de un hallazgo sorprendente: un equipo de astrónomos rusos detectó en mayo de 2015 una potente señal de radio que parecía proceder de HD164595, una estrella situada a 94 años luz de la Tierra, en la constelación de Hércules. Aunque nadie aseguraba que su origen era extraterrestre, Gilster recomendaba estudiar esa señal para descartarlo.

Allí, en el supuesto origen de aquella señal, una vieja estrella (de unos 6.300 millones de años de antigüedad) brilla y tiene un tamaño muy similar al del Sol. Y solo alberga, que se sepa de momento, un planeta del tamaño de Neptuno en una órbita muy próxima. Tanto que parece imposible que pueda albergar vida, al menos de acuerdo a los estándares terrestres.

Pero sin que diera tiempo a hacerse muchas ilusiones sobre el destino de HD164595, los astrónomos rusos deshincharon la burbuja de especulaciones: «Los últimos análisis de la señal han revelado que su origen es más probablemente terrestre», escribió la astrónoma Yulia Sotnikova, del Observatorio Astrofísico Especial de la Academia Rusa de Ciencias y una de las astrónomas responsables de la detección de la señal. «Puede decirse con confianza que la ansiada señal no ha sido detectada aún».

¿Un satélite ruso?

Esta ansiada señal, el primer mensaje de una civilización alienígena, en realidad pudo estar causada por un satélite militar ruso, tal como explicó en la agencia rusa de noticias, TASS, Alexander Ipatov, director del Instituto de Astronomía Aplicada de la Academia Rusa de Ciencias. Una nave similar fue responsable de otra falsa señal alienígena detectada en plena era soviética.

«De hecho, descubrimos una señal inusual. Sin embargo, análisis posteriores mostraron que venía de un satélite soviético militar, que no había entrado en el catálogo de cuerpos celestes», recordó.

Tal como explicó después Sotnikova, el telescopio Ratan-600, el mayor radiotelescopio del mundo con un anillo de 600 metros, estaba centrado por aquella época en buscar estrellas similares al Sol. Fue entonces cuando se detectó la extraña señal, que luego salió a la luz.

El SETI continúa la búsqueda

Poco después de que Paul Gilster sugiriera el posible origen alienígena de la señal, el Instituto SETI se puso manos a la obra. Apuntó los platos del Telescopio Allen hacia HD 164595 durante los días 28 y 29 de agosto. Pero finalmente, el organismo científico reconoció que, después de dos días buscando la desconcertante emisión de radio, el resultado era negativo.

«Hemos pasado dos días buscando la emisión, recorriendo el dial de radio para cubrir todas las frecuencias observadas por los astrónomos rusos. Pero no hemos podido ver ninguna señal mayor que 0,1 Janskys en un ancho de banda de 100 MHz, mientras que la de los rusos era una señal de 0,75 Janskys», informó el SETI en un comunicado.

Lo cierto es que las falsas alarmas como esta forman parte de la búsqueda. Tal como explicó Seth Shostak, astrónomo del SETI, cuando los investigadores encuentran algo interesante, ellos y el resto de los científicos del mundo tratan de averiguar qué es.

Aunque en esta ocasión no han encontrado nada, un buen puñado de astrónomos continuará la búsqueda de señales candidatas a provenir de una civilización no humana.

«Uno puede hacerse cínico con estas cosas -¡Oh, tío, otra de estas falsas alarmas!», dijo Shostack en Space.com. «Pero tienes que protegerte contra eso, porque, en este negocio, va a haber un montón de falsas alarmas».

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