Esta «cinta transportadora», en la imagen, es capaz de dividir las células
Esta «cinta transportadora», en la imagen, es capaz de dividir las células - TU Delft/Dekkerlab
SCIENCE

Descubren la clave que permite a las bacterias partirse por la mitad

Una «cinta transportadora» se mueve debajo de la «piel» de las bacterias para dividirlas y permitir que tengan descendientes. Saber cómo funciona ayudará a crear nuevos antibióticos

MADRID Actualizado: Guardar
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Tal como escribió el biólogo Stephen Jay Gould, aunque parezca que el humano domina la Tierra, en realidad vivimos en la era de las bacterias. Son probablemente los seres vivos más abundantes y más ubicuos del planeta. Por ejemplo, son capaces de vivir dentro de las oquedades de las rocas, en agua ardiente, dentro de los animales y en las raíces de las plantas. Aunque están formados por células relativamente sencillas, tienen una capacidad única y sorprendente de vivir y superar las dificultades.

Los científicos aún no conocen todos sus secretos, pero está claro que investigarlos puede ayudar a entender mejor la vida e incluso a diseñar antibióticos y nuevos medicamentos contra las bacterias que atacan al humano, más cuando existe el riesgo de que aparezcan « superbacterias» resistentes a los antibióticos tradicionales. Este jueves, un estudio presentado en la prestigiosa revista Science ha dado un importante paso en esta dirección.

Ha podido observar el proceso de la división, uno de los mecanismos más importantes para la vida, por el cual la bacteria se parte y genera dos descendientes. En concreto, han podido averiguar cómo se mueve una importante estructura que se encarga de partir y reconstruir la pared que cubre a las bacterias. Actúa como una cinta transportadora y bloquearla podría permitir bloquear la división y por tanto el crecimiento de estos microorganismos.

Gracias a unas sofisticados técnicas de observación al microscopio, investigadores de las universidades de Harvard, Indiana, Newcastle y Delft observaron con detalle el proceso de división, que puede durar unos 10 o 15 minutos en el caso de la bacteria con la que más se suele trabajar (y que se llama Escherichia coli).

Albañiles minúsculos

Así pudieron ver en acción a los «albañiles» moleculares que añaden o quitan ladrillos de las paredes de las bacterias. Y también los «andamios» sobre los que se colocan estos, y que se van moviendo por la célula. Pues bien, en esta ocasión, por primera vez, los investigadores pudieron averiguar que estos andamios se mueven por la célula porque se comportan como una minúscula cinta transportadora.

«Las bacterias logran este movimiento añadiendo materiales delante y quitando otros detrás», ha explicado Cees Dekker, investigador en la Universidad Técnica de Delft (Holanda). Para conseguir que la pared se construya a lo largo de la zona que se necesita, estos andamios se van haciendo y deshaciendo para lograr el efecto de movimiento.

«Nuestro descubrimiento ha resuelto un enigma de más de 25 años sobre cómo el complejo FtsZ (el andamio) coordina la división celular», ha explicado Dekker. «Esta proteína es como un andamio que se está renovando constantemente. La célula coloca nuevas tablas para el andamio donde la pared está creciendo, y las quita en la parte de atrás, donde ya no hace falta».

En rojo, el complejo FtsZ, el anillo sobre el que se parte la pared de las bacterias
En rojo, el complejo FtsZ, el anillo sobre el que se parte la pared de las bacterias - TimVickers/WIKIPEDIA

Aunque esta es una investigación en el campo de la ciencia básica, Dekker ha explicado que podrá tener muchas aplicaciones en el futuro. «Una vez que entendamos cómo las bacterias se dividen, se podrá hacer nuevos antibióticos. Aún falta para lograrlo, pero si podemos bloquear la división, podremos crear nuevas armas contra las bacterias que causan enfermedades».

En la actualidad, ya se hace algo similar en células completamente distintas. Uno de los recursos de la quimioterapia es bloquear la división de las célula tumorales con un medicamento conocido como taxol. Pero para llegar a ese paso, lo primero que hubo que hacer fue entender los mecanismos que regulan la división de las células.

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