Los extraños son más eficientes a la hora de determinar cuál es nuestro rostro real
Los extraños son más eficientes a la hora de determinar cuál es nuestro rostro real - Archivo ABC

Descubren que no sabemos cómo es realmente nuestro propio rostro

Un nuevo estudio ha determinado que tenemos tendencia a distorsionar nuestra imagen basándonos en recuerdos que alberga nuestra mente

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Puede que convivamos todos los días con nuestro propio rostro pero, según parece, no sabemos cuál es su aspecto real. Así lo afirma un estudio publicado a finales de junio por la revista « British Journal of Psicology» en el que se afirma que aquellos que no nos conocen son capaces de seleccionar de forma más eficiente fotografías en la que nuestra cara es tal y como la mostramos habitualmente. Por el contrario, cada uno parece tener una imagen idílica de sí mismo que contrasta con la real formada en base a recuerdos personales.

La investigación, que ha sido elaborada por el doctor David White -de la Universidad de Australia- y ha contado con la financiación de la oficina de pasaportes del mismo país, ha llegado a esta conclusión tras llevar a cabo una investigación entre 130 estudiantes de pregrado. A éstos se les pidió que seleccionasen 10 imágenes de Facebook de sí mismos y, posteriormente, que las ordenasen atendiendo al grado de similitud que tuviesen con su rostro real.

A su vez, también se les realizó una fotografía sonrientes y otra serios y se llevó a cabo una grabación de ellos en el centro de estudios.

A continuación, los expertos pidieron a un grupo externo de 16 voluntarios que vieran el cortometraje y las instantáneas tomadas de cada uno de los 130 sujetos y valorasen, también de 1 a 10, el parecido con las imágenes de Facebook que estos habían organizado acorde a la similitud con su cara real. Finalmente, se solicitó a 73 personas que volvieran a recalificar de nuevo el material de forma similar. Los resultados fueron sumamente llamativos, pues se determinó que los sujetos originales tenían una imagen totalmente distorsionada de su propio rostro.

«Parece algo contrario a la intuición el que los extraños que vieron la fotografía y el vídeo de una persona durante menos de un minuto seleccionasen de forma más fiable un rostro similar al real. Sin embargo, y a pesar de que vemos nuestro a diario, parece que el conocimiento de nuestra propia apariencia es bajo. Las imágenes propias que tenemos en nuestra memoria interfieren con nuestra capacidad de elegir las imágenes que representan fielmente nuestro rostro actual», señala White en declaraciones al « Science Daily».

A su vez, el doctor señala que se ha podido establecer que es más fácil reconocer el rostro de una persona cuando está sonriendo en las fotografías. «Es interesante que, en Australia, no se permita sonreír en las fotografías del carné de identidad porque -según se dice- esta distorsionan los rasgos faciales normales. Estas pueden ser, realmente, beneficiosas a la hora de diferenciar a las personas», completa Withe.