Sociedad

Rajoy asegura que la crisis por el primer brote de ébola está ya «encauzada»

«Hoy sólo Teresa puede contagiar y esperemos que en breve ya no pueda hacerlo nadie», defiende el presidente del Gobierno

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El Gobierno no canta victoria en la lucha contra el ébola. No, mientras en África siga habiendo miles de casos. La Organización Mundial de la Salud calcula que, a principios de diciembre, puede llegarse a una horquilla de entre 5.000 y 10.000 casos por semana en el continente vecino y esas cifras hacen imposible descartar que el virus vuelva a entrar en España de alguna manera. Mariano Rajoy lanzó ayer, sin embargo, un mensaje tranquilizador en lo que respecta al problema más inminente, las posibilidades de extensión del contagio a partir de la infección de Teresa Romero. «El problema -aseguró- está encauzado».

El presidente del Gobierno, que por segundo miércoles consecutivo tuvo que responder a una pregunta del líder de la oposición sobre esta crisis en la sesión de control del Congreso, matizó que aún hay que seguir «perseverando» y que es preciso dejar trabajar a los facultativos, pero también hizo hincapié en que el ébola es una enfermedad de transmisión «muy díficl» que sólo puede contraerse por contacto con fluidos de enfermos en fase avanzada. «Hoy sólo Teresa puede contagiar y esperemos que en breve ya no pueda hacerlo nadie, por el bien del conjunto de los españoles», dijo.

Esa fue la parte tecnico-sanitaria de su discurso. La política fue más agria. A medida que se vislumbra la recuperación de la auxiliar de enfermería que adquirió el virus cuando atendía al religioso Manuel García Viejo, repatriado en septiembre desde Sierra Leona, que baja la alarma social y que se van descartando nuevos contagios, la oposición se siente más libre para empezar a exigir responsabilidades política. Algo a lo que, de manera explícita, renunció en un primer momento el PSOE.

La tregua sigue en pie en lo que se refiere a la petición directa de dimisiones, pero Pedro Sánchez elevó de manera considerable el tono de su intervención en la Cámara baja y encabezó, con Rajoy, una batería de preguntas y exigencias de su partido que siguió el portavoz parlamentario de su grupo, Antonio Hernando, con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y continuaron otros tres diputados con la ministra de Sanidad, Ana Mato.

Sánchez acusó a Rajoy de ser «el presidente de un auténtico desgobierno», aseguró que los profesionales de la salud, con los que él se reunió la semana pasada, hablan de «desvergüenza» por el hecho de que se haya tratado de responsabilizar a Romero de su contagio, le reprochó que toda su intervención en este asunto se limitara a «hacerse una foto en la escalinata del hospital Carlos III» y le echó en cara la gestión llevada a cabo en los primeros días por Mato. «Una ministra de Sanidad que no se encarga de nada, afortunadamente -dijo-, pero a la que usted apoya».

Explicaciones

Los socialistas reconocen que, desde el momento en el que Soraya Sáenz de Santamaría asumió el mando de la crisis y se creó un comité especial que reúne a políticos y expertos (una idea que, dicen, reclamó el PSOE desde el primer momento), las cosas han ido a mejor. Admiten que la vicepresidenta los informa a diario de la evolución de la auxiliar enferma y del devenir de los acontecimientos. Pero eso no quita para que crean que ha llegado el momento de aclarar qué se hizo a partir del momento en el que Gobierno decidió, contra el criterio de la Comunidad de Madrid, repatriar desde Liberia al primer religioso español contagiado, Miguel Pajares; cuáles fueron los protocolos fijados y por qué; qué formación se dio a quienes debían atenderles; si se eligieron los trajes más adecuados o si se podía haber hecho un mejor seguimiento a quienes estuvieron en contacto con él, por ejemplo.

«Los ciudadanos miraron angustiados al Gobierno y ustedes no estaban. Y hoy están -convino Hernando en su pregunta a la vicepresidenta- pero ni dan explicaciones ni asumen responsabilidades». Sáenz de Santamaría, molesta, le acusó de intentar sacar rédito político de una tragedia «Lo que no se entiende es que a ustedes la responsabilidad les dure 24 horas. Además, insistió en que el riesgo no ha cesado y no cesará en tanto el brote africano no rebaje su virulencia. «Tendremos que seguir trabajando todos junto. Esta crisis -advirtió- durará mucho».