Un centenar de activistas irrumpen en la Eurocámara

En torno a las diez de la mañana y ante la perplejidad de los presentes, un centenar de activistas kurdos quebraron en mil pedazos el rutinario ir y venir de las miles de personas que cada día entran a la sede del Parlamento Europeo en Bruselas. Con banderas y sonoros vítores, irrumpieron a la fuerza por el acceso principal ante la impotencia de los guardas de seguridad y con el único propósito de protestar «por la «pasividad» que a su juicio está teniendo la Unión Europea ante los ataques terroristas perpetrados por el Estado Islámico (EI).

Los manifestantes, que desde hace varios días protestan en una plaza cercana a la sede institucional, subieron hasta la tercera planta del mastodóntico complejo legislativo, ya que desde allí se puede conectar con todos los edificios del complejo. Lógicamente, es donde más gente transita y más en un época en la que los futuros comisarios están pasando sus exámenes ante la Eurocámara.

Los manifestantes protestaban, entre otros hechos, por la «masacre» producida en la ciudad sirio-kurda de Kobani, en la frontera con Turquía, el 15 de septiembre. Así lo recoge un comunicado que distribuyeron a la medios, que recordaba asimismo que ayer había «más 10.000 kurdos en las calles de Europa para que los países occidentales se den cuenta de lo que ha ocurrido en Kobani».

La portavoz de los manifestantes, Keje Kotluk, insistió en que «los gobiernos europeos no pueden quedarse ciegos» ante las atrocidades de los yihadistas del EI, de quienes dijeron que «están bien equipados y utilizan armas procedentes de Occidente».

No hubo mayores altercados ya que los manifestantes abandonaron el edificio de forma pacífica tras reunirse con un grupo de eurodiputados e incluso con el presidente del Cámara, Martin Schulz, que censuró las formas empleadas y recordó el apoyo de la institución a la coalición internacional.