El centro chiclanero es de los más conflictivos de la Bahía, junto al Tomás del Valle de San Fernando. :: J. A. C.
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La Longuera, «punto negro» de la sanidad en la Bahía

La agresión a una médica evidencia la falta de seguridad del centro de especialidades, mientras que el personal reclama que se tomen medidasTrabajadores del centro sanitario denuncian inseguridad

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Entró en la consulta y sacó su navaja. Y todo sucedió en pocos segundos. La médico, asustada, consiguió zafarse de lo que iba a convertirse en una agresión. En un requiebro salió de la consulta evitando lo que podría haber sido una tragedia. Su destreza en esa situación de peligro fue la única medida con la que contó esta facultativa del centro de especialidades y de urgencias de La Longuera. Nada más. Ni botón del pánico, ni personal de seguridad, ni siquiera cámaras de vigilancia. En definitiva, ningún tipo de medida de respuesta ante estas situaciones. Tampoco pareció importarle al agresor el endurecimiento de las penas para agresiones o amenazas al personal médico. El último ataque contra una médica ha puesto sobre la mesa la situación de inseguridad que viven muchos profesionales en la provincia. Y especialmente en La Longuera.

Lo cierto es que entre los trabajadores del centro sanitario la preocupación es más que evidente. Desde la Central Sindical Independiente de Funcionarios CSI-F, resumen el sentir de los profesionales: «Se sienten totalmente desprotegidos». «Los centros de La Longuera y Tomás del Valle (San Fernando) son de los más conflictivos, son puntos negros del distrito». Así lo reconoce Eloísa Bernal, delegada de CSIF-Sanidad en el Distrito Bahía-La Janda. En el caso de La Longuera, el origen de los problemas se encuentra en que «es un centro con una gran afluencia de usuarios, eso hace que se aumente el riesgo», como reconoce.

De hecho, no se puede cifrar un inicio en la escalada de violencia en el centro sanitario. «De siempre se ha dado esta situación y llevamos mucho tiempo denunciándolo», reconoce la sindicalista. Por ello, ante esta situación de riesgo prolongada desde la apertura del centro a inicios de la década del 2000, los trabajadores apuestan por establecer medidas de seguridad para dar una efectiva respuesta. «La idea es que si se da una situación como la vivida por esta médica que esté controlado y se pueda responder», explica Bernal. En este sentido, los trabajadores reclaman que La Longuera tenga sistemas de seguridad similares a los que cuenta un centro de Barbate que sí cuenta con ellos.

De hecho, en la actualidad los trabajadores no poseen ningún tipo de medida. «Reclamamos que se coloquen cámaras de seguridad, un vigilante que pueda controlar situaciones de agresión y medidas de alerta», enumera la delegada. Así, en el caso de la última agresión de La Longuera la especialista «se vio sola e indefensa dentro de la consulta, sin ninguna forma de alertar de su situación». De ahí, que la instalación de medidas de alarma como botones del pánico sirvan para poder dar una pronta respuesta. «Existe una situación generalizada de dejadez en la vigilancia», insiste la portavoz sindical.

A eso se suma otra realidad. «Los profesionales comentan que tienen muchas agresiones verbales pero que no se denuncian, por eso no existen estadísticas», matiza Bernal. Según reconocen desde el Colegio de Médicos en la Provincia de Cádiz, 27 colegiados sufrieron agresiones el pasado año. Una cifra similar a la de 2012, pese a que el Gobierno endureció las penas para agresiones a los médicos. «El Colegio de Médicos viene insistiendo en la importancia que tiene que el médico denuncie la agresión, de seguir promoviendo una mayor conciencia social sobre las repercusiones que para toda la comunidad tiene el hecho de que un profesional que vela por la salud individual y colectiva sea agredido», según matizaron desde la institución. En definitiva, prevención y respuesta para evitar situaciones como las vividas en La Longuera.