La titular de Defensa, Ursula von der Leyen, conversa con soldados germanos que adiestran a peshmerga kurdos en Irak :: MAJA HITIJ / AFP
MUNDO

El Ejército alemán se queda sin volar

Una cadena de averías en los aviones militares impide a Merkel cumplir sus compromisos con la OTAN y tiñe la imagen de su ministra favorita

BERLÍN. Actualizado: Guardar
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Llevan una semana esperando ser repatriados desde Afganistán y tendrán que armarse de paciencia. El contingente de 150 soldados alemanes que ha finalizado su misión en Mazar e Sarif, al norte del país asiático, no puede regresar a casa porque el avión de la Luftwaffe que debía recogerlos, un Airbus A310, está averiado. La situación es tan desesperada que el Ministerio de Defensa estudia enviar dos A340 de la flota VIP que atiende a la canciller federal, Angela Merkel, para resolver el problema. No se trata del primer fallo de material del Bundeswehr, el Ejército que antiguamente brillaba por sus aviones, naves y carros de combate de última generación.

Esta misma semana se ha sabido también que el moderno caza de combate Eurofighter no da más que problemas. El propio fabricante ha reconocido que sus aparatos tienen un fallo en su casco y ha reducido a la mitad sus horas de vuelo antes de una revisión exhaustiva. De 3.000 a 1.500. El Ministerio de Defensa germano se ha visto obligado a reconocer además que de los 109 Eurofighter de la Luftwaffe tan sólo 42 están operativos. Y pocos días antes el Gobierno reconocía que el Ejército es incapaz de cumplir sus compromisos con la OTAN debido a que la mayoría de sus sistemas de armamento se encuentran averiados y los recortes presupuestarios no dan margen para una reparación urgente por lo menos del material aéreo.

Así, de los 43 grandes helicópteros de la Marina alemana, del tipo Sea Lynx y Sea King, sólo tres están funcionando. De manera que la fragata 'Lübeck' que opera en el cuerno de África dentro de la operación Atalanta partió hace una semana para su nueva misión en la región sin llevar en cubierta un solo helicóptero y sin su arma más efectiva en la lucha contra la piratería. A ello se suma que de los 67 helicópteros de transporte del tipo CH-53, que entre otros lugares operan en Afganistán, tan sólo siete son capaces de levantar vuelo.

Los helicópteros ligeros de transporte NH90 no corren mejor suerte. De los 33 que posee el Ejército alemán sólo cinco pueden utilizarse. Y de los 56 aviones de transporte Transall C-160 únicamente 21 vuelan con regularidad. Pero también hay atracadas sin fecha de salida naves como fragatas, corbetas y submarinos a la espera de reparación. Y eso si no tienen problemas también. Como el aparato que este fin de semana tuvo que tomar tierra en Gran Canaria por un fallo técnico cuando se dirigía a Senegal con material médico para la campaña contra el ébola o el que volaba hacia Irak con adiestradores militares para los peshmerga kurdos y que debió hacer escala forzosa en Burgas, en la costa de Bulgaria, con una avería y esperar allí hasta la llegada de la pieza de repuesto.

Estado del material

El deficiente estado del material militar del Bundeswehr ha conducido a una oleada de críticas, entre ellas las del comisionado del Ejército en el Bundestag, el Parlamento federal, Hellmut Königshaus, quien ha declarado que las Fuerzas Armadas no están preparadas para cumplir con sus más recientes misiones internacionales y ha denunciado la falta de repuestos para reparar la ya ingente cantidad de sistemas militares averiados.

El cúmulo de problemas no hace sino empañar la imagen de la ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, a quien se consideraba hasta ahora delfín de la canciller y líder cristianodemócrata, Angela Merkel. La ministra ha reconocido que la drástica política de ahorro de los últimos años en la cartera de Defensa hará que se necesiten años para resolver los problemas acumulados y que los fallos de material impiden cumplir con todos los compromisos que Alemania tiene ante sus aliados de la OTAN.

Tras comenzar su mandato anunciando la construcción de guarderías para los hijos de militares y prometiendo una política social favorable para las familias de los soldados, Von der Leyen ha visto mermada apreciablemente su popularidad, no sólo entre la población, sino entre la misma tropa. El Ejército se muestra harto de que la ministra convierta cada compromiso laboral con sus uniformados en una sesión fotográfica publicitaria, naturalmente de sí misma. Dicen que sus compañeros en el consejo de ministros de Merkel le llaman por eso 'Foto Uschi', aplicando el diminutivo alemán de Úrsula.