Un chalé luce un cartel de alquiler en una urbanización chiclanera. :: LA VOZ
CÁDIZ

En la calle por pagar con tarjeta un alojamiento tras recorrer 2.000 kilómetros

Un turista francés de origen español denuncia ante la Justicia y ante Consumo que perdió un piso reservado por tener que abonarlo en metálico

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Por una tarjeta de crédito. Una denuncia de consumo se dirimirá ante la Justicia, que tendrá que establecer si el arrendador estaba obligado a aceptar una tarjeta de crédito o no como forma de pago. Los hechos se produjeron el pasado 17 de agosto. Según coinciden y aparece en las denuncias y declaraciones de ambas partes, David Cabello, un francés de origen jerezano, vecino de Grenoble (Francia), llegó a Rota tras hacer más de 2.000 kilómetros en coche. Con dos niñas, sus hijas. Llegaba con una reserva por internet para pasar una semana en un chalé. El precio: 1.320 euros. A la altura de Gerona, el sábado en el que viajaban, una avería retrasa la llegada casi 24 horas. Finalmente, es el domingo. Avisa. Le dicen que le esperan sin problemas.

Al llegar, un representante del propietario le va a enseñar la casa y le va a dar las llaves pero le pide el pago por adelantado, tal y como estaba pactado. David saca una tarjeta de crédito y ahí se produce el embrollo.

El propietario quiere el dinero en metálico. El turista no lo tiene. Reclama su derecho a pagar con tarjeta porque hay una empresa intermediaria, una agencia que gestiona el alquiler. Esa agencia llama al propietario. Que quiere el dinero en metálico. Pero es una agencia, tiene que aceptar una tarjeta, o eso cree el denunciante. Se le niega. Finalmente, hay un acuerdo. Irá a un cajero automático (es domingo) y sacará dinero. Pero la tarjeta tiene un límite de 500 euros en cajeros y el precio es de 1.320 en total.

El arrendatario se ofrece a pagar lo restante el lunes pero el propietario se niega. La reserva queda anulada y el visitante se encuentra con dos niñas y sin alojamiento tras 2.000 kilómetros. El desacuerdo acaba en discusión.

David Cabello se marcha a Sevilla, a un hotel, y regresa a Grenoble, a Francia, sin su estancia en Cádiz y sin desembolsar ninguna cantidad por el alquiler. Sin embargo, su caso, que puede resultar un ejemplo sobre el uso de las tarjetas de crédito y la obligación o no de aceptarlas ha terminado ante los tribunales. El frustrado cliente ha presentado denuncia, por vía penal, contra la propiedad y los intermediarios del chalé. Además de la hoja de reclamaciones y la demanda ante Consumo, el ciudadano francés ha recurrido a los tribunales para pedir una indemnización por lo que considera un grave perjuicio personal. Considera que la agencia estaba obligada a aceptar una tarjeta, que no tenía que asumir el riesgo de llevar el dinero en metálico.

«No aceptó alternativas»

Un portavoz de la empresa que representa al propietario del chalé roteño afirma que no está en obligación de aceptar tarjetas, que el turista estaba advertido de la obligación de pagar en metálico la totalidad del alquiler y que se marchó enseguida tras la discusión «sin permitirnos la posibilidad de buscar soluciones alternativas». Ahora, la decisión la tiene la Justicia, que marcará la obligación o no de admitir dinero de plástico.