Los hermanos Moreno Tinoco (Laura, Santiago y Daniel), actuales gerentes de la pastelería. :: J. M.
Turismo

Los torpedos de Villamartín

El bollo de la confitería Juan Moreno, a punto de cumplir 50 añosEl nombre de este producto de crema hacía alusión a los cohetes que se iban a mandar a la luna

VILLAMARTÍN. Actualizado: Guardar
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Estamos a mediados de los años 60. En la Sierra de Cádiz no se habla de otra cosa, «el hombre va a llegar a la luna y lo haría en un torpedo», como se le decía por entonces en la zona a los cohetes. Juan Moreno Vázquez regentaba por entonces la confitería de la familia Moreno en la calle Boticas, en pleno centro de Villamartín. Con esa 'intuición' que llevaban dentro por entonces los pequeños empresarios, cuando todavía eso del marketing y el I+ D no existía y el laboratorio de ideas eran las noches en que no se podía dormir, Juan pensó que aquello de los 'torpedos' podría ser un buen nombre de merienda. Así que le dio forma alargada a un bollo y lo rellenó de su gran tesoro, la crema pastelera de la confitería Moreno; una fórmula que actualmente «sólo conocen en el mundo tres personas», como asegura Santiago Moreno, su nieto, y que es uno de los que sabe la fórmula magistral.

Los torpedos, casi cincuenta años después, siguen siendo una de las estrellas de la confitería. Los siguen haciendo a diario, de la misma forma, con una tierno bollo que se abre por la mitad, se rellena de forma generosa con crema pastelera y luego se espolvorea con azúcar glass. El toque final, la envoltura en papel parafinado con un gran torpedo como marca de la casa. El diseño se mantiene intacto. El dulce es muy similar a las carmelas de la popular confitería de La Merced de El Puerto de Santa María. Santiago recuerda especialmente la década de los años 80 cuando algunos miembros de la familia se levantaban a las tres de la mañana para hacer los torpedos. «Salían docenas y docenas» recuerda «porque los repartíamos por toda la comarca. Todavía no había llegado la bollería industrial y este era el desayuno de muchos niños».

Un producto con historia

Los Moreno tienen mucho que contar. Acumulan casi 125 años de historia. De hecho, la intención de los tres hermanos que actualmente regentan el negocio (Santiago, Laura y Daniel) es montar un pequeño museo en 2015 en el que exponer la maquinaria antigua que todavía conservan. La historia surgió sobre 1890 en la misma calle Boticas, donde actualmente está la pastelería. Lo único que ha cambiado es el sitio de la calle. En principio estuvieron en el número 3 en la propia casa de Luis Moreno García y María Acosta, los bisabuelos de los actuales propietarios y fundadores de la saga.

Los Moreno Acosta iban adquiriendo fama con sus dulces caseros, que hacían en su propia casa. No sería hasta la década de los 20 cuando ya necesitan crecer y ponen en marcha un obrador en el número 25 de la misma calle, en el local que todavía hoy siguen utilizando. En esa época, concretamente en 1927 tiene lugar un hecho crucial en la historia de la firma. Llegó a Villamartín una compañía de teatro. Junto a ellos viajaba Luis Cuenca. Se había enamorado de una de las actrices de la compañía y había decidido dejar su trabajo como pastelero en Madrid para acompañarla por toda España. Luis se ofreció a los Moreno para, durante el tiempo que estuviera la compañía en la población, trabajar con ellos en el obrador. La colaboración fue tan fructífera que dejó incluso hasta dulce típico en el pueblo, los roscos blancos, un pastel que Cuenca elaboraba en Madrid y que se trajo hasta la Sierra de Cádiz. Todavía hoy siguen haciéndose de la misma forma. Dos trozos de bizcocho en forma circular , con boquete en medio y partidos por la mitad. Dentro un relleno de crema pastelera y luego una cobertura de un glaseado de azúcar. Al final se hornea el conjunto para que la cobertura quede crujiente.

Pero el mayor tesoro que dejó Cuenca a los Moreno fue la fórmula de su crema pastelera. Es el ingrediente estrella de la confitería. Casi todos sus dulces de éxito la llevan, comenzando por el torpedo, pasando por las tartas y terminando por sus 'pitisús' o la última creación de Santiago Moreno, el actual maestro pastelero de la firma, la «corona de la Virgen» un dulce en forma de corona realizado con masa de pitisús y que lleva dentro la crema prodigiosa.