Algunas zonas del inmueble están muy deterioradas como muestra la imagen. :: A. VÁZQUEZ
CÁDIZ

La Escuela de Náutica evidencia problemas de seguridad

El edificio presenta pintadas en su fachada, a pesar del peligro de desprendimientos

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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«Menos porras, más porros». Esa es la leyenda que algún 'artista' ha dejado impresa en la fachada de uno de los mejores exponentes de la arquitectura contemporánea gaditana, la Escuela de Náutica. Esta pintada, situada muy cerca de la azotea del edificio, delata que ha sido realizada por alguien que, evidentemente, ha podido acceder allí.

No es la única pintada que se puede ver en el edificio. A la misma altura que la que se puede apreciar desde la zona de La Caleta, hay otra en la fachada que da a la calle Matía, y que reza: «Jimmy Rock».

El hecho de que una o varias personas hayan estado allí demuestra que hay lagunas en la seguridad del edificio, que a pie de calle permanece completamente vallado desde hace meses para proteger a los peatones, debido a que, como pone en los grandes carteles de advertencia, hay serio «peligro de desprendimientos».

Una vez que a finales del pasado año el Ayuntamiento respondió de forma negativa a la solicitud del expediente de ruina que trataba de tramitar la Junta de Andalucía -propietaria del inmueble-, y que tumbaba cualquier opción de derribarlo, la Administración autonómica se comprometió en enero de este año a encargar varios presupuestos a empresas que pudieran llevar a cabo las actuaciones necesarias para garantizar la seguridad del inmueble. Y ese fue el último trámite conocido respecto al mantenimiento de Náutica.

Precedentes preocupantes

El estado de abandono sigue siendo evidente. La suciedad se acumula en la fachada y en la parcela que antecede a la entrada. Allí no sólo se acumula una abundante vegetación absolutamente descuidada, sino que además hay plásticos y otros desechos que hacen temer que se puede producir, de forma fortuita o intencionada, algún tipo de incendio. El precedente más cercano está en el solar de Los Chinchorros, donde la acumulación de muebles y desperdicios ha servido como pasto para un incendio que, afortunadamente, se saldó sin lamentar víctimas. Pero los últimos actos vandálicos en la antigua escuela también llevan a recordar los trágicos sucesos del cercano Campo de las Balas, cuando un edificio en ruinas se derrumbó mientras unos niños jugaban en su interior tras colarse en él. En este caso incluso hubo que lamentar una víctima mortal.

A la situación de abandono de la Escuela de Náutica hay que sumar la del colindante edificio de El Olivillo, que acumula ya un puñado de años vallado e incluso con sus plantas inferiores tapiadas para impedir el acceso al mismo.

Estos edificios, al igual que otros inmuebles sin uso y solares de propiedad autonómica están dentro del paquete de espacios que se están negociando con el Ayuntamiento para dotarlos de contenido. En algunos casos habría cesiones y en otros, se precisa de acuerdos para cambiar su calificación urbanística. Septiembre es el mes clave para llegar a un acuerdo. Hay que confiar en que antes no haya que lamentar alguna desgracia.