Las capitanas María Castellano (i) y Carmen González (d) escoltan a Andrea Mateos (c), una de las grandes promesas del Club Hockey San Fernando. :: A. V.
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Viejo reto, ilusión renovada

El talento de la joven Andrea Mateos y la veteranía de las capitanas Carmen González y María Castellano, claves en la lucha por subir a Primera Las féminas inician la pretemporada con el ascenso como objetivo

SAN FERNANDO. Actualizado: Guardar
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Nueva temporada, nuevas ilusiones. El equipo sénior femenino del Club Hockey San Fernando inicia la pretemporada y lo hace con un objetivo claro y definido: lograr el ansiado ascenso a Primera Nacional. En otras palabras, la misma misión que se resiste en los últimos años y que en mayo estuvo a un paso de certificarse.

Un curso más, Manuel Carlos Alconchel regirá desde el banquillo los designios de una escuadra que no contará en sus filas con Yurena Panadero, que ya colgó el 'stick' y permanece ligada al club naranja en otras facetas, pero que tendrá como referentes a María Nieves Castellano Egloff y Carmen González Zuaza, sus dos capitanas.

También contará, entre otras jugadoras, con Andrea Mateos, una de las grandes promesas de la entidad. No en vano, cuando aún no ha cumplido 17 años, la talentosa centrocampista ya es una de las piezas importantes del primer equipo. Eso sí, sin dejar a un lado su formación con el equipo juvenil. De ella, sus compañeras señalan: «Es un diamante en bruto que hay que pulir y logrará grandes éxitos cuando se lo crea. Si cambia su mentalidad, en ocasiones negativa, triunfará porque es pura magia. Tiene una gran visión de juego, saca pases inverosímiles y tiene un desparpajo inusual en una juvenil para ser mediocentro en un equipo sénior».

Con ellas, veteranía, constancia y magia se dan la mano para afrontar un nuevo reto en el que el espíritu de equipo y una tremenda ilusión también juegan un papel fundamental. Las tres lo saben y enarbolan la bandera del entusiasmo.

«Tendremos mucho ganado si somos capaces de formar un equipo. Tenemos los mimbres sobre el terreno de juego y en el banquillo contamos con un técnico como Manuel Carlos Alconchel, que ha marcado un antes y un después en el hockey femenino. Él y todos los entrenadores de la entidad transmiten una pasión tremenda», relata Carmen González, alma máter de las isleñas.

María Castellano, con más de 40 años, es un ejemplo a seguir por su profesionalidad e implicación, y mantiene esa misma línea. «Nuestro míster genera confianza y eso se percibe durante la competición. Creo que esta temporada el objetivo es ascender, pero tenemos que lograrlo a base de disfrute. Necesitamos salir ya de esta categoría porque en Andalucía hay pocos equipos y no jugamos con la frecuencia necesaria», apunta.

Pero esta argentina de Tucumán ya lleva cuatro años en el club (recaló en la entidad isleña por circunstancias personales) y reseña: «Es el momento de disfrutar de un ascenso merecido. Fue muy duro no lograrlo la pasada temporada en casa porque contábamos con muy buen equipo. Nadie nos regaló nada y trabajamos muchísimo, pero no pudo ser. Ahora toca hacer borrón y cuenta nueva. Habrá que ir paso a paso».

Pese a su juventud, Andrea Mateos también ha tenido en su mano la opción de ascender con el primer equipo y este curso no quiere dejar escapar la ocasión. «Pensaba que íbamos a ascender y todo se fue al traste en el primer partido ante el AHO Race. Fue un golpe bastante duro y, aunque fuimos de menos a más, no fue suficiente. Eso sí, encontré la motivación en el hockey cuando menos la esperaba y fue con el equipo sénior», destaca la talentosa jugadora, que tampoco olvida el papel desarrollado por Manuel Carlos Alconchel en el equipo. «Para mí es un referente y su opinión es clave. Los dos tenemos mucho carácter y a veces discutimos, pero existe 'feeling'», afirma.

Corazón naranja

Pero no todo son buenas palabras. A todas les duele el escudo y denuncian la situación del estadio Pablo Negre. Por eso, Carmen González, que lleva toda la vida en el club naranja, toma el mando y argumenta: «Es vergonzoso que un estadio con tan pocos años de vida esté en esta situación. El mantenimiento no es el apropiado y es necesario arreglar las instalaciones (vestuarios, focos, terreno de juego...)».

Y va más allá: «El hockey podría dar más a San Fernando de lo que le da, pero parece que no interesa. Yo no me creo nada de ninguna institución, pues siempre nos movemos nosotros y ya estamos muy desengañados. Sólo pedimos que cumplan lo que prometen. Si nos ayudan, los llevaremos con nosotros».

Al fin y al cabo, «el Club Hockey San Fernando es un templo para nosotras», tal y como apunta Carmen. «Hemos pasado etapas muy malas y pensaba que no íbamos a jugar más, pero ahora existe una cantera tremenda», puntualiza.

María, que sólo llevar cuatro años en el equipo, apostilla: «Este club significa mucho para mí. Es una entidad que cuida todos los detalles y es un modelo a seguir porque motiva y lucha con pocos recursos».

«Somos una familia. Con eso lo digo todo», recalca Andrea, la última en llegar.

El nuevo reto comienza ahora. La ilusión no decrece. La Isla late por el hockey.