El gentío tanto dentro del recinto portuario como fuera fue enorme desde primera hora del día. :: ANTONIO VÁZQUEZ
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«Mamá, yo quiero ser ciclista»

Un calor sofocante, muchísimo público en toda la ciudad y las terrazas y bares llenos dejan un magnífico sabor de boca Gaditanos y turistas se vuelcan con la tercera etapa de la Vuelta a España

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Menudo ambiente. Gente, muchísima gente. Y también mucho calor y emoción al paso de los ciclistas. Es el resumen que podría hacerse de la salida de la Vuelta Ciclista a España de Cádiz ayer. La ciudad se volcó, como no podía ser de otra forma, con un evento colorido y espectacular como pocos.

A los gaditanos, y también a los miles de turistas que apuran sus vacaciones en la capital, les gusta mucho un evento así; gratuito, abierto al público, y novedoso. Los alrededores del Puerto de Cádiz y la Cuesta de las Calesas eran un hervidero desde primera hora de la mañana. Miles de personas esperando y aprovechando cualquier resquicio de sombra para ver a los ciclistas. Miles de personas jaleando y aplaudiendo al desfile de coches oficiales de la organización y los equipos.

Pero el ambiente del entorno del muelle y la plaza San Juan de Dios trascendió al casco histórico gaditano, para llenar de muchedumbre también el paseo marítimo y la salida de la ciudad.

Esperando el giro del pelotón en Fernández Ladreda tras la espectacular salida del portaaviones Juan Carlos I, se concentraron cientos de personas. «Qué calor estamos pasando, chiquillo», espetaba a este medio María, una gaditana de El Pópulo que se acercó a ver a los ciclistas. Un kilómetro más allá, en pleno paseo marítimo, la estampa que se divisaba minutos después de las 12.30 horas del mediodía era sencillamente espectacular.

Las playas se vaciaron durante unos minutos, y en los balcones los ciudadanos se agolpaban para ver pasar al pelotón, aún en fase neutralizada de la carrera. «Esto no se ve todos los días. Ojalá la ciudad estuviera siempre así», confesaba un camarero de un bar cercano a las Puertas de Tierra. Y es que las miles de personas que aguardaron durante muchos minutos la salida de la prueba deportiva, y jalearon a los deportistas, personal técnico y hasta a los efectivos de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado que formaban parte del dispositivo de la Vuelta 2014, eran clientes de bares, barracas, chiringuitos y demás negocios locales.

Niños, jóvenes y mayores disfrutaron por igual. «Mira, mamá, ese es el coche neutro; yo quiero ser ciclista». Todos parecían entender de ciclismo, un deporte venido a menos en cuanto a cifras televisivas, pero que a pie de calle, en un lunes de agosto como el de ayer en Cádiz, recobra todo su brillo. «Esas bicis valen mucho dinero, son de carbono y pesan muy poco», repetían unos amigos en pleno debate sobre si Contador tendrá opciones de ganar esta prueba de tres semanas.

Ayer Cádiz salió victoriosa. Las imágenes producidas por RTVE, que se distribuyeron a 190 países, tendrán su eco en la imagen como destino turístico y deportivo de la provincia. Ayer aún no había un balance oficial, y las cifras de impacto económico definitivo se harán esperar unos días; pero no hay duda de que los reiterados mensajes de agradecimiento y asombro de los equipos, organización y ciclistas en las redes sociales tendrán su repercusión. «Amazing» (increíble), calificaba el escenario elegido para la salida el Cannondale Pro Cycling. Y es que Cádiz ha dejado huella a estos deportistas de élite por su belleza y su cálida acogida, quedando marcada para siempre en la retina del pelotón.

Además, y en lo meramente pecuniario, el lleno absoluto de las calles también fue positivo. «Hay muchísima gente, lo notamos en la caja», explicaban desde un bar del paseo. Precisamente, en todo el Paseo Marítimo y la Avenida Cayetano del Toro, y aunque a algunos negocios se les pegaron las sábanas y aún mantenían cerradas sus barajas cuando pasó el pelotón en dirección a San Fernando, la mayoría de establecimientos se frotaba las manos.

Los bares despacharon ayer más cerveza, refrescos y helados de lo normal. Las barracas hicieron lo propio. Cádiz parecía haber salido entera a la calle. Hasta en las fruterías se notaba más ajetreo. Y algunos camareros bromeaban; «hemos visto mucha más gente que cualquier otro lunes, hemos vendido diez euros más», ironizaban.

En Cádiz casi nadie duda ya de que las molestias de tráfico y horarios de la Vuelta Ciclista han merecido la pena. Sirva como ejemplo un detalle. Ayer, el portal internacional de apuestas BET365 mencionaba en su cuenta de twitter «la belleza y espectacularidad» de la ciudad de Cádiz. Esa es, sin ningún género de dudas, una publicidad impagable.