El productor musical Ricardo Pachón, durante su intervención. :: C. C.
cultura

Entre las raíces y el cante de Camarón

Ricardo Pachón ensalza la figura del famoso artista en el ciclo 'La Isla Ciudad Flamenca'

SAN FERNANDO. Actualizado: Guardar
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«Yo no quiero llave del cante, yo lo único que quiero es un plato de habichuelas con arroz». Es uno de los fragmentos que ofreció Ricardo Pachón, el productor que realizó varios discos de Camarón de La Isla, para entender la figura del cantaor. Un corte de una entrevista en la que el artista ni se le pasaba por la cabeza optar a tal galardón y quizás ni le quitara el sueño. La consiguió cuando debería de haber cumplido 50 años.

Pachón dio unas pinceladas de forma distendida (más que una conferencia) sobre Camarón dentro de la programación de 'La Isla Ciudad Flamenca', una iniciativa de empresarios locales que ha conseguido llenar de espectáculos flamencos, charlas divulgativas y clases magistrales San Fernando durante más de 40 días.

Entró en las raíces de su cante a través de desmitificar al personaje para hacerlo persona. Simple, llano y generoso. Sin grandes expectativas, sin delirios de grandeza, sólo con ganas de transmitir y de aprender música. Lo hizo aportando material inédito como una cinta recuperada de uno de los cajones de la Venta de Vargas, pringosa por el aceite y desgastada por el tiempo, pero que pudo digitalizar para recuperar la voz de Camarón a los 15 años. Acompañándose él mismo a la guitarra y con los grillos de fondo, sonidos que evocan a una madrugada en un patio exterior. «Ya ahí Camarón muestra su capacidad, su fuerza como cantaor».

Ricardo lo conoció en esa Venta de Vargas, un día que un americano se había caído encima de la guitarra de Camarón y la hizo astillas. Le compró esa guitarra y fue para el coche para dirigirse a Algeciras, el joven se montó con él y comenzaron una relación que luego sería más que profesional.

Porque en su primera etapa, Camarón fue a Madrid con la compañía de Miguel Reyes. Allí logra lo máximo que puede ganar un cantaor por noche, unas 2.000 pesetas. «Pero cuando acababa el espectáculo siempre te lo encontrabas afuera con el resto de cantaores que esa noche no habían tenido suerte y repartiendo parte de sus ganancias».

En esa época conoció a Antonio Sánchez, el padre de Paco de Lucía, y bajo su dirección comenzó una carrera que ya vislumbraba que cambiaría el Flamenco. Con Paco de Lucía al toque, con esa forma de entender el cante jondo, esa forma de meter dos guitarras o como los palmeros tenían que estudiarse antes el tema para saber cuándo parar.

De Madrid a Sevilla y a un movimiento surgido con la llegada de americanos a bases como la de Morón o Rota. Lo 'hippie' toca a Camarón y se sumerge en él con Raimundo Amador, con Kiko Veneno. Nace la 'Leyenda del tiempo', el resto es historia ya.