Las obras han comenzado esta semana en la calle Corredera Alta. :: J. A. C.
Chiclana

Un padecimiento «necesario»

Los empresarios piden que se apueste por la peatonalización total de ambas vías para estimular el trasiego de gente y las ventasLos comerciantes de Padre Añeto y Corredera Alta resaltan la idoneidad de las obras aunque temen por la campaña de Navidad

CHICLANA. Actualizado: Guardar
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Hay quien lo usa incluso como maldición: «¡Así te caiga una obra!». Y los que las temen no están exentos de razón. Tienen esa dualidad de ser insoportables durante su ejecución y extraordinariamente gratas a su finalización. Es en ese sentimiento, entre la penitencia y la gloria posterior, en el que se encuentran los comerciantes de las calles Corredera Alta y Padre Añeto. Ellos son los primero afectados por unos trabajos de reurbanización del centro que también afectarán a parte de la calle de La Plaza y a la vía García Gutiérrez. En el caso de las arterias cercanas a la Plaza Mayor las obras del Ayuntamiento están en marcha. En las aceras, los comerciantes las soportan entre la resignación y la alegría, con temores y peticiones para el futuro.

Es el caso de Juan Antonio García de la tienda Meli. Para él, «si las obras son para una mejora, compensa» y lo dice un empresario que ya vivió las obras en la calle Larga, done tenía ubicada anteriormente la tienda. Su único temor se encuentra en la situación actual con la calle cortada: «El tráfico en Corredera Alta ya estaba muy limitado pero ahora con las obras y los desvíos un conductor puede perderse y verse fuera del centro y si sale, ese ya no vuelve».

Rosario Hita, de Complementos Juani, considera que las obras vienen a solventar la situación de una calle llena de baches y con aceras, «lo que hacía muy complicado el tránsito de personas». Por ello, la comerciante alaba que tras la reurbanización ambas calles pasen a tener plataforma única y, en el caso de Corredera, pase a ser semipeatonal. «Eso demostrará a los peatones que no solo La Plaza o La Vega son calles principales, que esta también lo es», reconoce Hita.

«Para las Navidades estarán listos los trabajos y compensará», reconoce Hita. De hecho, el plazo de ejecución de los trabajos es de cuatro meses. Eso lleva a comerciantes como Patricia Vallejo, de Dulces Regalos, a considerar que «las obras han empezado algo tarde». «Si nos hubieran preguntado les hubiéramos sugerido empezar antes, a principios del verano, porque la campaña de Navidad empieza a mediados de noviembre y para esa fecha no creo que hayan terminado», explica.

El mismo temor muestra Josefa Benítez, dueña de la confitería La Predilecta, en la calle Padre Añeto. En su caso, se muestra firme defensora de convertir su calle en peatonal salvo residentes. «Las obras están muy bien pero en esta calle tienen que apostar por la peatonalización porque si no, sin las aceras, pueden llevarse a alguien por delante», reconoce. De ahí que incluso esté dispuesta a presentar un estudio en el Ayuntamiento sobre el impacto negativo en la calle para que desde el Consistorio contemplen la idea en un calle «con mucho tráfico y que es un absoluto peligro».