MUNDO

EE UU abre la caja de los truenos de la violencia racial

Las diferentes versiones sobre la muerte del joven Michael Brown incendian los ánimos en una localidad que trata de volver a la calma

WASHINGTON. Actualizado: Guardar
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La localidad de Ferguson, en Misuri, amaneció ayer más tranquila después de la intensa noche de saqueos y altercados que se vivieron el viernes horas después de que la policía informara de que Michael Brown, el joven negro que había sido abatido hace una semana por un policía, era sospechoso de robo. Brown, de 18 años, murió en un incidente en el que testigos y agentes de la Policía sostienen versiones contradictorias y que ha vuelto a abrir la caja de los truenos de la violencia racial en Estados Unidos.

Tras una semana de duras protestas y altercados en Ferguson, una zona de mayoría negra de la ciudad de San Luis, los manifestantes pretenden volver a la normalidad cediendo el protagonismo al recuerdo del joven con una vigilia frente a la comisaría. Los ánimos se caldearon el viernes después de que las autoridades revelaran la identidad del agente que disparó a Brown al mismo tiempo que divulgaban un vídeo del joven en el que se le mostraba como sospechoso del robo de cigarrillos en una tienda cercana al lugar del suceso.

Una cinta que aparecía seis días después de su muerte y que, a juicio de sus vecinos, pretendía ser un intento de desviar la atención y criminalizar al joven. Y por si no fuera suficiente el malestar aumentó cuando la policía ofreció dos versiones diferentes en un mismo día: en una daba a entender que el agente que mató a Brown sabía que el joven estaba siendo buscado por el robo, y en la otra se desvinculaban ambos asuntos.

Esta ha sido, además, una semana en la que el primer presidente negro de Estados Unidos, Barack Obama, se ha visto obligado a hilar fino en sus declaraciones sobre este incidente racial. Presionado durante días para manifestarse en público sobre la muerte de Brown, Obama hizo el pasado jueves una declaración particularmente cauta, que pedía calma en las calles y obviaba toda referencia al contexto racial del incidente.

Una tibieza que contrasta con la pasión con la que declaró hace un año que otro joven negro muerto en Florida podría haber sido él mismo hace 35 años. Palabras que han hecho que algunos defensores de los derechos de los negros vean a Obama distanciado de la lucha por la igualdad racial.