Un grupo de niños muestran sus pulseras identificativas por si se pierden en la playa. :: P. H.
EL PUERTO

Una solución para el niño perdido

Los módulos de la playa reparten pulseras identificativas a quien lo solicite

EL PUERTO. Actualizado: Guardar
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Lo peor que le puede suceder a una familia que disfruta de un típico día de verano en la playa, es la pérdida de uno de sus hijos, un hecho muy común durante estas fechas en las playas del litoral. La cantidad de personas que acuden a las playas y la falta de orientación de un menor son las causas por las cuales es muy sencillo que se despiste y se extravíe. Ante estas situaciones muchos ayuntamientos han creado herramientas para que la ausencia sea lo menos posible para unos angustiados padres. Desde pulseras electrónicas, geolocalizadores e incluso pulseras con códigos QR que permiten a cualquier otro bañista obtener el teléfono móvil de los padres escaneando la pulsera con cualquier Smartphone.

En El Puerto, el Consistorio también puso en marcha el llamado 'protocolo del niño perdido', cualquier padre puede acudir a los módulos o botiquines de cualquiera de las playas y pedir al socorrista que le proporcione gratuitamente una pulsera en donde se escribirá el nombre del padre o madre y un teléfono móvil, para que en caso de pérdida cualquier persona que encuentre al menor pueda ponerse en contacto con ellos.

En lo que llevamos de verano sólo se han distribuido un total de 112 pulseras, repartidas por las playas de Valdelagrana (48), La Puntilla (20), La Muralla (19), Buzo (15), Las Redes (7) y Fuentebravía (3). Un número bastante escaso en comparación con las miles de personas que visitan la costa portuense durante el periodo estival. El problema según explican los usuarios es la falta de conocimiento del servicio, « es un recurso que se conoce poco y el Ayuntamiento debería explotar, porque hay días de mucho bullicio, para que los padres pudieran estar algo más tranquilos, a pesar de que no se les quita ojo de encima», afirma Mari Carmen Sánchez, una madre de tres hijos.

Los socorristas coinciden en lo mismo creen que los usuarios no la utilizan por falta de conocer el servicio más que porque no fuera útil, «cierto es que la playa de la Muralla es pequeña y tranquila, no es de las más peligrosas para los niños, otras playas como Santa Catalina, La Puntilla o Valdelagrana son muy necesarias porque los niños se despistan en un momento, al salir o entrar al agua, en la ducha, etc y no suelen tener orientación suficiente para volver con sus familiares», explica Laura Gómez, una de las socorristas.

Por su parte, el concejal de Policía Local y Protección Civil, Carlos Coronado, anima a todas las personas que acudan a las playa con hijos a utilizar este servicio, «es importante ya que la playa es un medio hostil porque no tienen ningún punto de referencia. Es tan fácil como acercarse al botiquín y pedirlo. También se puede utilizar para personas mayores que tengan algún tipo de problema como Alzheimer, la finalidad es ayudar a los usuarios de las playas a que disfruten de un buen día y no tengan que pasar un mal rato buscando a un ser querido».

Cabe recordar que actualmente la Cruz Roja registra cada temporada 2.500 desapariciones pero el dato global podría ascender a más de 10.000 pérdidas al año. Según datos de Cruz Roja en algunas comunidades se pierden 4 niños al día mientras que en diferentes zonas de gran afluencia playera la cifra supera los 10 niños.