Más de doscientos marinos se despidieron ayer de sus familiares en el muelle de la Base Naval de Rota. :: FRANCIS JIMÉNEZ
CÁDIZ

«Nos enfrentamos a unos meses duros sin la familia, pero es nuestro deber»

La fragata 'Navarra' parte por segunda vez desde la Base Naval de Rota para participar en la Operación Atalanta en el océano Índico

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Hay momentos en los que a pesar de las veces que se repitan no pierden ni un ápice de su intensidad. Da igual cuántas veces se hayan tenido que despedir Pedro Serrano o Rubén Martín de su familia a lo largo de su carrera militar, decir adiós siempre es duro. Ellos son dos de los 214 marinos que partieron ayer hacia aguas somalíes a bordo de la fragata 'Navarra' para participar en la Operación Atalanta. Para Pedro era la primera vez que se embarcaba en esta misión que le mantendrá unos cinco meses lejos de su familia. «Tengo mucha pena pero también mucha ilusión», relataba instantes antes de zarpar. En cambio para Rubén era ya la segunda vez que se encontraba de camino hacia Somalia. «Esta vez es más duro porque dejo a mi hija pequeña aquí pero con esto de las tecnologías se ha adelantado mucho y bueno, aunque se pasa mal porque no los tienes a tu lado, se lleva mucho mejor».

Desde las diez de la mañana, unas doscientas personas aproximadamente se concentraban en el muelle de la Base Naval de Rota para despedirse de hijos, hermanos, maridos, mujeres y novios y novias. A las once de la mañana llegaba el almirante de Acción Naval (ALNAV), Gonzalo Rodríguez Garat, quien dirigió unas palabras a la tripulación desde la cubierta del barco. Los familiares apenas pudieron escuchar el discurso aunque sí palabras sueltas como «esfuerzo», «deber», y «obligación». De eso sabe mucho Tania Sánchez quien comienza a hacerse una experta en despedidas y bienvenidas. Uno de sus hermanos marchaba ayer hacia el Índico para dar el relevo al Buque de Acción Marítima 'Relámpago' donde se encuentra embarcado otro hermano «y a su vez el que se marcha ahora será relevado por otro hermano dentro de cinco meses». Ni siquiera había una tradición militar en su familia, «fue uno de mis hermanos el que se metió primero y el que inculcó la marina al resto», contaba ayer. «Es muy complicado sobrellevar la situación, sobretodo para los hijos», confesaba «pero teniendo en cuenta cómo está la situación es una buena opción».

Con mejores ánimos afrontaba la despedida Encarni Romero. «Se va mi hijo por segunda vez por lo que ya sabe con lo que se va a encontrar y está preparado». Como cualquier madre sabe que la ausencia es difícil de sobrellevar, «pero cuando menos nos lo esperemos estará aquí de vuelta» confesaba. Al fin y al cabo «esto es una experiencia de vida que le va a ayudar a madurar».

Tras las palabras del almirante de Acción Naval (ALNAV), la tripulación de la 'Navarra' bajaba a dar los últimos besos y abrazos hasta dentro de cinco meses. Muchos aprovechaban para realizar las últimas fotografías que los acompañarán durante este tiempo. «Nos enfrentamos a unos meses duros sin la familia, pero es nuestro deber», añadía Rubén Martín. Para acelerar el tiempo llevaban de todo, «a ver si en este tiempo aprendo a tocar la guitarra» aseguraba Pedro Serrano, «aunque también me llevo muchas películas».

Pasadas las doce de la mañana, la fragata 'Navarra' zarpaba de Rota para iniciar el tránsito hacia Yibuti, a donde tiene previsto llegar el 23 de julio y relevar al BAM 'Relámpago'. Durante los próximos meses estará integrado en la Fuerza Naval de la Unión Europea con la misión principal la escolta y protección de los buques del Programa Mundial de Alimentos (World Food Program) y de los barcos de la misión de la ONU para Somalia, la seguridad marítima internacional y contribuir en la lucha contra la piratería en aguas del Índico próximas a Somalia y al Golfo de Adén.