CÁDIZ

«Regresar a la Base, además de un gran orgullo, es como volver a casa»

El contraalmirante González Gómez asume el mando de la Base de Rota en un momento crucial dentro de la Defensa

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La Base Naval de Rota es un lugar de soberanía confusa, en donde lo estadounidense y lo español se dan la mano y se entrecruzan de manera a veces difícil de distinguir. Quizá es por esto por lo que sorprende tan poco que el mando de la Base haya recaído (desde el pasado 24 de junio) en el contraalmirante Santiago Ramón González Gómez, que durante años ha estado formándose en los Estados Unidos y que ha realizado labores de coordinación entre ambos ejércitos de manera habitual. En los próximos meses afronta un reto apasionante: el despliegue del escudo antimisiles en la Base.

-¿Qué supone, a nivel personal, su incorporación al mando de uno de los destacamentos militares más importantes de Europa?

-Para cualquier marino de guerra, el mando de la Base Naval de Rota representa el mando de la mejor herramienta logística de las que dispone la Armada, pues sus muelles son el puerto base de una parte muy importante de su flota, y su aeródromo es la cuna y base de la aviación naval. Por ser marino y piloto naval, mi vida profesional ha estado muy ligada a esta base, en la que ha transcurrido la mayoría de esos años que los militares llamamos cariñosamente nuestra «vida operativa» así que volver a Rota supone, además de un gran orgullo profesional, una cariñosa «vuelta a casa».

-Muchos destacan la relación que ha tenido la Base tanto con El Puerto como con Rota. De hecho, este año El Puerto le dedicó su feria a los Estados Unidos por el enclave militar. ¿Cómo piensa mantener esa buena relación entre la Base y la ciudadanía?

-Teniendo en cuenta que el objeto final del trabajo de ambas corporaciones, como el de la Base, se reduce a servir a los ciudadanos, estoy seguro que ésa va a ser una de las tareas más fáciles de mi nuevo destino. Cada uno, Base y ayuntamientos, hemos de perseguir y procurar esa buena relación desde nuestro ámbito de responsabilidad, pero siempre buscando que sea fluida y que facilite una buena labor de equipo, lo que al final supondrá ganancia de todos en beneficio de la ciudadanía a la que servimos.

-Usted conoce bien cómo es el ejército norteamericano, a grandes rasgos, ¿en qué se diferencia el militar español del estadounidense?

-Dejando a un lado las diferencias culturales y las diferencias presupuestarias, creo que el militar americano y el español están cortados por un patrón muy parecido. Ambos, en sus respectivas sociedades, son apreciados por los valores que representan y en esos no hay prácticamente diferencias.

-¿Habrá más actos especiales para conmemorar el 60 aniversario?

-Inicialmente no están pensados, ahora bien, la Base sigue teniendo retos relevantes por la proa, como son completar la llegada en el año 2015 de los dos destructores que faltan; el centenario de la Aeronáutica Naval en 2017 y un largo etcétera.

-¿Qué fue lo que más le llamó la atención de la vida marcial en su estancia en Estados Unidos?

-De la vida militar en EE UU, la disponibilidad de medios es algo que te abre los ojos al llegar, eso se traduce en unos niveles de alistamiento en sus unidades francamente envidiables. Pero quizás el mayor contraste hay que buscarlo en la aceptación de la sociedad americana del concepto y sentimiento de defensa nacional. La gran mayoría de los ciudadanos americanos se muestran y están orgullosos de sus fuerzas armadas que, a su vez, notan ese apoyo sin reservas de la ciudadanía. La sociedad americana siente, como muy suya, la necesidad de mantener la relevancia que actualmente tiene su Departamento de Defensa en el panorama internacional.

-¿Por qué sigue siendo importante el mantenimiento de la Base de Rota?

-La Base Naval juega ahora un papel relevante dentro de esa unidad superior que es el arsenal de la Bahía de Cádiz. En esta zona de España, la Armada tiene ubicada aproximadamente a la mitad de su Fuerza Naval, a la gran mayoría de su Fuerza de Infantería de Marina, a una buena parte de la de Acción Marítima y a la totalidad de sus aeronaves. No podemos olvidar que vivimos en un mundo de amenazas compartidas; así que, además, hay que sumar el apoyo que instalaciones, muelles y aeródromo suponen para nuestros aliados. Creo que podría decir sin miedo a equivocarme que desde su nacimiento, hace ya más de 60 años, la importancia logística de la Base ha crecido sin cesar.

-En los próximos meses se irá completando el escudo antimisiles, ¿qué supondrá esto para la Bahía de Cádiz?

-La llegada de los barcos supone sin duda un impacto económico importante en la zona. Como ejemplo podemos poner el contrato plurianual firmado con Navantia, que genera un número importante de puestos de trabajo estables, directos e indirectos, en la zona. Las puertas siguen estando abiertas a otras empresas locales, todo esto sin olvidar la inyección económica en la vida diaria de las poblaciones colindantes a la Base que generarán las 1.200 familias que componen las dotaciones de los cuatro buques.

-¿Qué se le puede decir a los que opinan que una mayor presencia militar puede incrementar el riesgo de atentados?

-Es difícil saberlo a ciencia cierta. Una central nuclear puede ser el objetivo más valioso para un atentado; sin embargo, la realidad es que son las zonas más seguras y protegidas del país. Esta es una labor más propia de los analistas de inteligencia que, estoy seguro, la trabajan como hipótesis para en su caso, prepararnos y protegernos mejor. Lo que sí es cierto es que, con el apoyo que damos a nuestros aliados, contaremos con una capacidad mayor de disuasión y de defensa.

-¿Sigue siendo la provincia de Cádiz un enclave logístico importante de cara a posibles conflictos o ya ha perdido ese papel principal?

-La Bahía de Cádiz tiene una relevancia estratégica histórica que no creo se haya perdido. La zona sigue siendo un enclave geográfico importante por su cercanía al estrecho de Gibraltar, por ser la puerta principal de entrada al Mediterráneo y, al igual que hace cientos de años, por hacer de puente entre el mundo (antes) conocido y el (antes) nuevo mundo. En esta sociedad de alianzas Oriente-Occidente y Norte-Sur, creo que Cádiz sigue manteniendo su empaque estratégico como cuando era Gadir.

-¿Cómo se están adaptando las bases a los nuevos retos de la defensa mundial?

-Al principio decía que la Base es una herramienta logística, como tal hay que mantenerla al día y en constante renovación. La seguridad demanda unas fuerzas armadas en continua transformación y la Base, como unidad y herramienta logística, no escapa a ese principio. En resumen, la adaptación es constante y en todas las áreas de capacidad y competencia de la Base.

-Como contraalmirante supongo que habrá vivido con gran interés el momento de la abdicación de Juan Carlos I, ¿cómo valora la relación que ha tenido el anterior monarca con el Ejército? ¿Cree que esa buena relación se mantendrá con el rey Felipe VI?

-Como español lo he vivido con interés y expectación. El papel del Rey Juan Carlos I durante su reinado como Capitán General de los Ejércitos y la Armada ha sido el de un líder con mayúsculas. En un momento, creo que bueno para todos, ha sido su decisión el dejar el timón en manos de nuestro Rey Felipe VI, y no tengo ninguna duda de la mano firme y buen ojo marinero del nuevo timonel.

-En época de crisis, el ejército ha sabido responder con profesionalidad a los retos que le ha presentado la sociedad, ¿sienten ustedes en los últimos años un mayor aprecio por parte del ciudadano de a pie?

-No estoy seguro que ese mayor aprecio -que sí se nota- sea debido a la crisis. No hay duda de que poco a poco la cultura de defensa va implantándose en la sociedad española, creo que ese mayor aprecio de la sociedad se debe a que empezamos a ser más conocidos y que la sociedad es más consciente de que la forma de vida 'occidental', la seguridad en la que se basa, demanda un papel importante de los ejércitos y la Armada.