Ilustración 'La URSS en construcción' (1924). :: FUNDACIÓN JOSÉ MARÍA CASTAÑÉ
Sociedad

El Lissitzky, el agitador de la vanguardia

A caballo entre los géneros, fue el gran propagandista de los soviets y precursor de varios ismos El museo Picasso de Málaga repasa la osada aventura de un creador múltiple y radical

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El Lissitzky fue un artista múltiple y radical, un activo agitador que tocó todos los palos y difuminó fronteras entre géneros. Artista respetado y reconocido por otros creadores, su nombre no es familiar para un público masivo, como sus contemporáneos Picasso, Malévich o Chagall. Pero su aventura plástica fue de un calibre parecido y la recorre ahora el museo Picasso de Málaga, que hoy abre una muestra con un centenar largo de obras de uno de los artistas más osados, activos y originales de las vanguardias de entreguerras y cuya última exposición española tuvo lugar hace tres lustros.

El ruso Eliezer Markóvich Lissitzky (1890-1941) es uno de los creadores más singulares de la primera mitad del siglo XX. Arquitecto, pintor, diseñador gráfico, escenógrafo y fotógrafo, fue el gran propagandista de los soviets y el estalinismo. Desarrolló primero el suprematismo junto a su amigo y mentor Kazimir Malévich y luego el constructivismo.

Afrontó el arte como una respuesta a las exigencias de su tiempo, una época de crisis y profundos cambios, de fe en la industria y la revolución. «Y lo hizo rompiendo barreras entre disciplinas y conectando la arquitectura y el diseño», apunta Oliva María Rubio, comisaria de una muestra que el museo malagueño coproduce con el Museo d'arte moderna e contemporánea di Trento e Rovereto, la Fundació Catalunya-La Pedrera y La Fábrica.

Tras la revolución bolchevique de 1917, fue invitado por Marc Chagall a dar clases en el Instituto de Arte Popular de Vítebsk. Con sus alumnos y otros artistas se implicó en todo tipo de actividades. Activo agitador, realizó trabajos de propaganda para el ejército revolucionario que colocaba en tranvías y edificios. Su arte innovador y radical tuvo el apoyo oficial de la revolución y de un Stalin que quiere eliminar un arte burgués -considerado decorativo y elitista- y potenciar la nueva cultura proletaria.

A partir de 1921, en sus constantes viajes por Europa difunde el ideologizado arte soviético y recoge novedosas tendencias de la cultura occidental. Conoce y trabaja en diversas disciplinas con agentes de la vanguardia como Ludwig Mies van der Rohe, Le Corbusier, Raoul Hausmann, Hannah Höch, Hans Arp, Theo van Doesburg o László Moholy-Nagy. Su obra tuvo una gran repercusión fuera de Rusia a través del grupo De Stijl en Holanda y de las enseñanzas de la Bauhaus en Alemania.

Imbuido en el constructivismo, Lissitzky alumbra su personal estilo abstracto en pinturas, grabados y dibujos que denomina Proun (Proyectos para la afirmación de lo nuevo), híbrido entre la pintura y la arquitectura que le inspiró para el diseño de vestuario, maquinaria o escenografías.

El museo malagueño ha instalado una reproducción del 'Prounenraum', creado para la Gran Exposición de Arte de Berlín de 1923, un proyecto tridimensional que resume sus investigaciones sobre pintura y arquitectura.

Convaleciente en Suiza de una tuberculosis, acrecentó su interés por la fotografía en 1924. De entonces datan sus retratos múltiples de Hans Arp y Kurt Schwitters, los fotomontajes, fotografías publicitarias y su famoso autorretrato 'El constructor', símbolo del arte de los años 20 tras su publicación en la portada de la revista Foto-Auge.

Diversificó Lissitzky técnicas y procedimientos fotográficos, utilizó impresiones dobles, experimentó con cianotipos y fotomontajes en ámbitos como la publicidad, el cartelismo, la edición y las construcciones. De regreso a Moscú en 1925, se vuelca en su verdadera pasión, la arquitectura. Aunque no realizó ninguna de sus propuestas arquitectónicas, abordó todo tipo de proyectos, de la planificación urbana al diseño de muebles y escenografías. Diseñó los montajes de las grandes exposiciones que se realizaron fuera y dentro de la Unión Soviética entre 1927 y 1930 casando sus principales inquietudes: la arquitectura, la tipografía, la narración y el movimiento.

Considerado el precursor de la tipografía moderna, sus aportaciones en este campo son decisivas. Dibujó sin desmayo publicaciones y revistas y fue pionero en diseño moderno de libros. Se involucró en los últimos diez años de su vida en la divulgación de los logros de la modernización de la Unión Soviética realizando trabajos de propaganda.