El mercadillo de segunda mano, de La Longuera en el día de su estreno hace más de 15 días. :: J. A. C.
Chiclana

Desempleados Activos pedirá que todos los rastrillos cumplan las mismas normas

Los puestos del mercadillo de La Longuera han caído a la mitad por la competencia de otros puntos que «no están sujetos a una normativa similar»

CHICLANA. Actualizado: Guardar
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El empeño porque la iniciativa prospere es grande. A fin de cuentas son dos meses los que hay de margen para que la ilusionante idea que se materializó hace 15 días se consolide en la ciudad y la provincia. De primeras, la fórmula tiene todos los factores para el éxito, sin embargo en dos semanas han aparecido las primeras disfunciones que parecen amenazar la continuidad del rastrillo dominical de La Longuera. Por ello, desde el Colectivo de Desempleados Activos están dispuestos a luchar para solventar los problemas que han llevado que en escasos dos domingos el número de puestos del rastrillo a caer a la mitad. Concretamente, de los 200 puestos que tienen permiso para montar en la explanada, en el último domingo previo a la feria tan sólo se montó un centenar de puestos. Todo ello cuando «hay 120 propietarios de puestos de segunda mano de toda la provincia en listas de espera», tal y como reconoció el responsable del colectivo Daniel Montero.

¿Dónde radica, entonces, el aparente problema? Montero apunta dos vías. De un lado, los «malentendidos» que se están produciendo con otro mercadillo que también funciona en la localidad los fines de semana, el de Campano. «Al parecer desde ese rastrillo les están diciendo que en La Longuera vamos a estar varias semanas sin montar, cosa que no es cierta. Además, les han comunicado a los propietarios de los puestos que si montan con nosotros, pierden su sitio en Campano para los sábados», explica Montero mientras remarca no tener ninguna confrontación con los responsables de la iniciativa de Campano.

Por otra parte, los vendedores han informado al colectivo de otro problema: «En otros mercadillos no tienen las normas tan estrictas que tenemos aquí». Concretamente, Montero se refiere a la prohibición de vender artículos nuevos, armas blancas o alimentos. «A nosotros nos parecen correctas todas esas normas, pero creemos que es injusto que se apliquen en nuestro rastrillo pero no en el resto de mercadillos de la ciudad», reconoce el presidente de la entidad.

Por ello, piensan trasladar esta petición al Ayuntamiento en la próxima reunión que tengan con los responsables municipales. Actualmente, además del nuevo rastrillo de La Longuera, funcionan los de Campano (los sábados y domingos), la Venta El Pino y El Popeye, tal y como explica Montero. De forma paralela a esta petición, desde Desempleados Activos aplicarán otra medida para garantizar el funcionamiento del proyecto. La idea es modificar la normativa actual que marca a los vendedores la obligación de avisar con 24 horas de antelación si no piensan montar el puesto para poder dar cabida a los vendedores en lista de espera. Un compromiso que no todos cumplen por lo que plantean retirar la licencia a todos aquellos vendedores que falten a los domingos sin aviso ni causa justificada.

Todo ello, con la idea del que ha comenzado como uno de los rastros de segunda mano más grandes de la provincia siga consolidándose. «Nosotros somos los primeros interesados en que esto siga adelante. Estamos muy contentos con la iniciativa, el público está respondiendo y a nosotros nos está permitiendo ayudar a muchos desempleados que lo necesitan», reconoce. De hecho, todos los fondos obtenidos del pago de los derechos de montar puestos (3 euros por vendedor) van destinados a una bolsa social para pagar recibos de suministros básicos de viviendas de familias en riesgo de exclusión social.