Construcción por secciones de un gasero en astilleros japoneses. :: LA VOZ
INDUSTRIA NAVAL

Examen al quinto gasero

Una comisión técnica de Gas Natural y del armador Knutsen evalúa hoy en el astillero de Puerto Real el prototipo diseñado por los ingenieros españoles

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El quinto gasero que persigue Navantia pasa hoy una especie de examen de selectividad. Una comisión técnica compuesta por representantes de Gas Natural y del armador noruego Knutsen, además de ejecutivo de SEPI, evalúa en los despachos del astillero de Puerto Real el prototipo diseñado por la constructora naval española. Se trata de un metanero de cuarta generación, equipado con los últimos avances tecnológicos. Los ingenieros han logrado la cuadratura del círculo al conseguir mayor capacidad de almacenamiento de gas, reducir el consumo de combustible y, al mismo tiempo, ganar en velocidad gracias a un casco más aerodinámico. Esta es la oferta que defenderá Navantia ante Gas Natural para hacerse con un contrato que supera los 200 millones de euros de inversión. Se trata de un barco de 300 metros de eslora, equipado con dos motores de propulsión.

Un equipo de ingenieros del armador noruego Knutsen estuvo el pasado 19 y 20 de mayo en el astillero de Puerto Real supervisando el proyecto. Gas Natural ha delegado en este armador la operación de contratación del nuevo barco para incorporarlo a la flota que explotará, a partir de 2016, la nueva ruta gasísta entre Estados Unidos y Japón

No ha sido fácil llegar hasta aquí. La construcción de un quinto gasero se anunció el pasado 9 de diciembre tras una fuerte polémica de intereses, que obligó a intervenir al Gobierno de la Nación. Los dos armadores que trabajan para Gas Natural, el noruego Knutsen y el español Elcano, adjudicaron en noviembre de 2013 la construcción de cuatro barcos gaseros a los astilleros asiáticos de Hyundai, en Corea del Sur, y de Imabari, en Japón. La decisión provocó un terremoto político y puso en jaque a la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI), responsable de Navantia. No se entendía cómo una empresa española, Gas Natural en este caso, había dado el visto bueno a esta operación.

Sin embargo, los dos armadores justificaron esta decisión empresarial argumentando, por un lado, la alta capacidad tecnológica de los astilleros asiáticos en la construcción de este tipo de barcos y, por otro, en la reducción de costes laborales. La defensa provocó una mayor indignación si cabe en el sector naval español, ya que se ponía en duda la capacidad de Navantia. De hecho, el presidente de la Asociación de Ingenieros Navales y Oceánicos de España y, a su vez, decano del Colegio Oficial de Ingenieros Navales, Luis Vilches, tuvo que salir al paso para defender la tecnología nacional en la construcción de gaseros. Vilches reconoció que los astilleros asiáticos han copado este mercado en los últimos años, pero aclaró que Navantia fue la última empresa naval europea en construir este tipo de navíos. Los armadores insistieron en que los astilleros españoles se habían quedado atrás. Es decir, fueron pioneros en la construcción entre 2000 y 2006 de gaseros de primera generación y el mercado demanda ya los de tercera generación, un campo en el que Navantia no había entrado.

Clientes preferentes

Se da la circunstancia de que tanto Knutsen como Elcano han sido históricamente clientes preferentes de Navantia. El armador noruego encargó entre 2004 y 2007 los siguientes gaseros: 'Cádiz Knutsen' (2004) construido en Navantia-Puerto Real, 'Bilbao Knutsen' (2004) y 'Sestao Knutsen' (2007), construidos en Construcciones Navales del Norte (La Naval de Sestao). En cuanto a los LNG que posee Elcano, el 'Castillo de Villalba' (2003) fue construido por el astillero de Navantia en Puerto Real. Además también se han construido LNG para otras navieras como el LNG Íñigo Tapias (2003), también realizado por La Naval de Sestao.

¿Por qué surge ahora la necesidad de construir nuevos gaseros? Los barcos en cuestión forman parte del proyecto que abandera Gas Natural para la explotación de una nueva ruta gasística entre Estados Unidos y Japón. La compañía estadounidense Cheniere firmó en noviembre de 2011 con la española Gas Natural su mayor contrato de aprovisionamiento de gas licuado para los próximos 20 años. Este contrato permitirá a la empresa española vender gas en la cuenca del Atlántico y también en la del Pacífico, gracias a la nueva ruta abierta entre América y Asia. El plan de trabajo de ambas empresas es iniciar en 2016 el transporte y comercialización del gas.

Gas Natural ni construye barcos ni gestiona navieras. Su misión es explotar y transportar gas. Para lo segundo, Gas Natural forma parte de una empresa, Stream, que se encarga de alquilar los barcos en régimen de 'renting'. Es aquí donde entra la actuación de los armadores, que son en definitiva los propietarios de estas flotas y están adscritos a Stream. Los armadores atienden las necesidades de las multinacionales y se embarcan en la construcción de los barcos para después alquilarlos.

La adjudicación de este contrato es clave para la salvación del astillero de Puerto Real. Su construcción supone 36 meses de carga de trabajo y la posibilidad de que Navantia lidere de nuevo el mercado de los gaseros de última generación.