El gaditano, en su despacho de la sede colegial de la Plaza de Asdrúbal, el pasado miércoles. :: FRANCIS JIMÉNEZ
Decano del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Cádiz y de Andalucía

Domingo Villero:«Cuando todos vayamos a trabajar ya llorados y con la camisa remangada, irá mejor»

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Palabra, pensamiento y obra muestran un optimismo casi osado por inusual en su entorno. Avasallador por contundente. Nacido en Cádiz en 1972, Domingo Villero Carro creció entre sus paisanos, gaditanos en transición, pero pasó su adolescencia en Ronda. Volvió para finalizar Bachillerato e iniciar la carrera como ingeniero técnico industrial. No sólo la ejerce desde hace 15 años, además es el decano del Colegio Profesional de Cádiz (desde 2009) y máximo representante andaluz de sus colegas (desde 2011). Por si fueran pocos charcos, en 2013 llegó a la Confederación de Empresarios de Cádiz (vulgo «patronal») para formar parte de su equipo directivo como responsable de la Comisión de Industria. No se rinde, ve cada reto como una oportunidad para ganar, todo está por decidir, al 50%, ya veremos, hay que salir y pelear. Parece aplicar a la vida diaria los dogmas que aprendió como deportista desde la infancia. Destacó en el tenis. Incluso le sirvió para ganarse la vida: «encordaba raquetas, vendía material o daba clases en tres escuelas a la vez...». Responsable junto a su hermano de dos empresas con diez empleados, unos compañeros le animaron a presentarse a las elecciones en el Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales. Dudó pero, al cabo, arrasó. Tomó posesión como el segundo decano más joven de España. Al poco tiempo, repitió historia en el Consejo Andaluz de Colegios. Fue elegido presidente por unanimidad.

-Le he visto pedir a los peritos industriales que «sientan los colores» ¿Qué colores son esos? ¿Se ha dejado usted abducir por Simeone?

-Siempre he pensado que si no pones pasión en lo que haces, más aún en tu profesión, no podrás disfrutar y sentirte plenamente realizado, por eso siempre pido a mis compañeros que conozcan todas las posibilidades que les brinda su hogar profesional, su colegio, conozcan la amplia tradición de este colectivo, sus logros, sus aspiraciones y participen en sus propuestas. ¿Qué mejor manera de vivir que sentir los colores? Pero vamos, yo soy más de Antonio Calderón que de Simeone, estemos en la división en la que estemos.

-¿Cómo se puede ser perito o ingeniero técnico industrial en una comarca sin industria?

-Permítame discrepar totalmente. La provincia de Cádiz es industrial. Tiene el polo industrial más importante de Andalucía y casi de España, la industria aeronáutica plenamente asentada y con potencial de crecimiento importante -y con ello la industria auxiliar-, los mejores astilleros del país, empresas con capacidad de fabricar plataformas petrolíferas para todo el mundo, la industria bodeguera, el sector de la piel -referente en calidad mundial- y multitud de infraestructuras que ya quisiera la gran mayoría de provincias. Estoy convencido de que hace falta una vez más que nos creamos el potencial que tenemos, nos organicemos entre todos y salgamos a comernos el pastel. Ya es hora.

-¿Han superado ya el terremoto de la recesión de 2009 y la aplicación de la 'ley omnibus'? ¿Cuántos colegiados eran? ¿Cuántos son? ¿Qué porcentaje de desempleo hay en este colectivo en la provincia?

-La caótica transposición de la Directiva Europea de Servicios llegó a nuestro país a liberalizar trabajos técnicos de todo control previo, quedando en muchos casos condicionada la concesión de la apertura de una instalación -por ejemplo industrial- a una declaración 'responsable' del titular. Claro, esto en el país del Lazarillo de Tormes supuso que lo que podía haber sido una oportunidad para resolver ciertos aspectos derivó en un estado más que imprudente que aún no se ha resuelto. Hablando de seguridad industrial, que afecta de manera clara a la integridad física de las personas, se suprime casi totalmente la obligatoriedad del visado de los trabajos profesionales y con ello una importante parte del único control a priori. Afortunadamente, nuestros ingenieros sí que son responsables y siguen visando sus trabajos casi en un 100% de los casos porque eso les aporta seguridad a ellos, a sus clientes y a la sociedad en general. Más daño nos ha hecho la crisis, que ha dejado una incidencia del paro que pasó de apenas un 2% a un 17%, hecho más que preocupante. A nivel de colegiados estamos casi en los 2.000 y en estos malos tiempos hemos perdido un centenar. A nivel de nuestro Consejo General, que es el nacional, estamos creando una plataforma proempleo con una serie de medidas que favorezcan la inserción laboral de los ingenieros.

-¿Volverá tal y como la conocimos aquella industria que tenía cientos de operarios en cada factoría, en cada planta?

-Sólo volverá si se favorece el diálogo responsable entre todos los actores sociales, profesionales y las diferentes fuerzas políticas que tienen la responsabilidad de gobernar, pero con voluntad de resolver una agenda con prioridades marcadas. Necesitamos proyectar una provincia apetecible para los inversores y formalizar pactos de manera decidida en aspectos que son fundamentales para su impulso y en definitiva que, de una vez por todas y sin tapujos, miremos todos al mismo punto. La sociedad no puede aguantar más y como dije antes, tenemos todos los ingredientes para que ello sea así, sólo hay que mezclarlos en la proporción y forma conveniente.

-¿Para que volviera tendríamos que convertirnos todos en semiesclavos? ¿Aceptar las condiciones sociales, salariales, de los empleados asiáticos?

-Eso es una barbaridad; tenemos que competir en calidad y no en precio. Para baratos ya están los asiáticos que además son inalcanzables, pero como decía un amigo mío, en la escala del 1 al 10, del 1 a 4 son los baratos. Sólo 9 y 10 son los de calidad. Del 5 al 8 quedan en terreno de nadie, fuera de mercado. O eres barato o das calidad. La apuesta es clara.

-Como uno de los responsables de industria en la patronal, ¿qué le pasa a Cádiz que cuando el ciclo económico era bueno tenía un nivel de paro que habría provocado otra revolución en Francia y cuando el ciclo es malo tiene un nivel de paro que provocaría escándalo en muchos países de África?

-Eso es mucho decir. Desde hace unos meses coordino dicha comisión con el fin de generar ideas y trasladar inquietudes de los empresarios del sector para que los responsables lleven ese mensaje a la sociedad. Eso lo hace mi amigo Javier, como presidente de los empresarios de manera impecable. Si me pregunta como pequeño empresario, le diré que tenemos que dejarnos de lamentaciones y pasar a la acción -bien entendida-; es decir, formarnos de la manera que demanda el mercado, conocer la última tecnología, confiar en nuestras capacidades y participar activamente en el mercado. El libro '¿Quién se ha llevado mi queso?' es muy ilustrativo al respecto y de lectura obligada. Lo podrían haber repartido ahora en la campaña electoral.

-¿Seguro que se reactiva la actividad económica? Dígame algún síntoma que perciban en su profesión, no sea aguafiestas.

-Estoy más que seguro de ello. Cambiará lo necesario, como en toda crisis, pero esto es cíclico. Por darle algún dato esperanzador le diré que nuestros ingenieros vuelven a acudir al Colegio a pedir información sobre proyectos a realizar, normativas, las tasas de visado correspondientes y ello significa que se están ofertando proyectos industriales a clientes que van a establecerse. Eso es el principio.

-¿De verdad que va a ir a votar hoy? ¿De veras que ha seguido la campaña electoral? Le doy la oportunidad de que se explique.

-El ciudadano debe votar, es un derecho por el que mucha gente entregó su vida en el pasado y debemos ser responsables. Hablamos del Parlamento Europeo, que es donde se cuece todo y de donde salen las directrices que condicionan la vida de todos los ciudadanos europeos. Es una lástima que la gente a estas alturas, en su gran mayoría, no se crea casi nada y el sentimiento generalizado sea la desidia. Los espectáculos públicos del 'y tú más' ayudan poco.

-¿Por qué debemos creer a todos los que dicen que Cádiz tiene futuro si no ha tenido presente, social, laboral en el último medio siglo?

-Si eso se lo dice usted a una persona de 41 años, gaditano por los cuatro costados, que ha estudiado en Cádiz, emprende en Cádiz, vive en Cádiz, ama a Cádiz y representa a la ingeniería técnica industrial gaditana y andaluza, le diré que yo siempre veo el vaso medio lleno, y que cuando todos vengamos ya llorados y con la camisa remangada a trabajar por nuestra magnífica tierra, nos irá mucho mejor. Nadie nos va a solucionar nuestros problemas salvo nosotros mismos. Los tópicos, para los filósofos de barra de bar y dominó.

-Si hiciéramos una encuesta ahora, un alto porcentaje de gaditanos diría que el futuro de la ciudad, de la comarca y de la provincia debe estar basado en el sector servicios, en el turismo en diferentes formatos ¿Cómo entran ustedes en ese futuro? ¿Qué cabida tendrían en una sociedad con el turismo como sector fundamental, casi monocultivo?

-Que nuestra provincia tiene un atractivo turístico innegable es obvio y hay que apostar con decisión por él pero renunciar a la industrialización sería una verdadera locura y quien lo promulgase perdería toda credibilidad. Si creas industria y producción y buscas mercado donde venderlo generas empleo, actividad económica y prosperidad social. La fórmula es muy, muy clarita. Aún así y como buen jugador de mus le diré que el ingeniero técnico industrial gaditano da soporte al sector servicio y turismo asesorando energéticamente para que se gaste menos o se ahorre más, asesorando técnicamente para las aperturas de locales, realizando estudios técnicos de acústica, impacto ambiental, peritaciones para seguros, defensa de los asegurados, resolución de conflictos por la vía extrajudicial a través de la institución de mediación de ingenieros, en fin, ¿sigo?

-Reparta responsabilidades (mójese con porcentajes y todo), de esa situación dramática entre empresarios (si es que hay), trabajadores (si quedan), partidos e instituciones (¿tantas trabas ponen?) y hábitos o formación educativa de la sociedad.

-No me gusta buscar culpables; en mi profesión buscamos soluciones y las ofrecemos. Repito, el día que busquen nuestra ayuda todos los colectivos que ha citado estaremos encantados de aportar propuestas. Es más, nosotros llamamos con fuerza a todas esas puertas; unas se abren y otras no.