Imagen de archivo del alojamiento Gran Hotel Colón Costa Ballena. :: L. V.
CÁDIZ

La Junta retira del registro turístico al Gran Hotel Colón Costa Ballena

La Administración andaluza cancelará el alojamiento hotelero del Grupo Jale en un plazo de diez días si no hay alegaciones

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Hace dos años que el alojamiento del Grupo Jale en Costa Ballena, Gran Hotel Colón (200 habitaciones y cuatro estrellas), permanece cerrado tras entrar en concurso de acreedores en 2010, arrastrado por la quiebra de todas las iniciativas del empresario José Antonio López Esteras. Lo que en principio era un cierre temporal, mientras que la administración concursal aclaraba la gestión de un alojamiento que la propiedad aseguraba rentable se ha convertido en una situación sin retorno. Con esta clausura se van al traste las escasas esperanzas de empleo de una plantilla de 70 trabajadores. Desde el 10 de enero de 2012 se mantiene el hotel cerrado y la Delegación Provincial de Turismo ha querido regularizar esta situación, ya que no lo ha realizado la propia administración de la empresa, según apuntan fuentes de la Delegación. A partir de ahora, la firma dispone de diez días para alegaciones, «algo que no creemos que ocurra cuando ni siquiera se ha podido notificar en el domicilio del alojamiento», apuntan. Éste es otro de los casos que se han visto arrastrados a la quiebra por inversiones en otros sectores, como el inmobiliario, que poco tienen que ver con la actividad turística.

Como nota curiosa, el Grupo Jale invirtió en 2005 21 millones de euros en la compra del lujoso hotel. Cinco años más tarde se inició la historia de este cierre. Exactamene, el 15 de octubre de 2010 este complejo hotelero, junto a tres más del grupo (Incosol de Marbella, el Palacete Mirador de Córdoba y el Duques de Medinaceli de El Puerto), entró en el concurso de acreedores en el que ya estaba inmerso el conglomerado empresarial de Jale. Desde entonces, la administración judicial controla el movimiento de capital del Colón Costa Ballena.

En principio se aprobó un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) sólo para la temporada de invierno, con la promesa de que una vez que concluyera la temporada alta de 2012 se volverían a acordar medidas para los siguientes meses de invierno. Pero nunca más se supo.

Desde que Jale se declarara en suspensión de pagos, la dirección mantuvo algunas desavenencias con los administradores concursales que terminaron en un auto del Juzgado de lo Mercantil número uno de Cádiz a favor del presidente del grupo, José Antonio López Esteras. Los tres administradores fueron cesados a cuenta de las cantidades cobradas en concepto de retribución provisional por importes que superaban el límite estipulado.