CÁDIZ

Seis días vividos con Pasión

Tan sólo Las Penas y el Resucitado se quedan sin salir en una esplendorosa semanaEl balance deja intensas jornadas de cortejos en la calle, con la nota destacada de estrenos y el borrón de los leves incidentes

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Es curiosa la Pascua del cofrade. Es tan agridulce que casi podría parecer que más que participar de la Resurrección, asume la tristeza de quedarse sin su Semana Santa. Y en días como hoy, Lunes de Pascua, después de una esplendorosa Semana de Pasión el sentimiento se refuerza aún más: pesar porque se acabó, alegría por el resultado y fiesta por el inicio de la Pascua. Con todos estos ingredientes llega el momento de los balances: de repasar el resultado de unos intensos siete días.

Como nota dominante, la lluvia, o más bien la ausencia de ella, ha sido noticia. Tan solo ayer aguó la salida del Resucitado en unos días donde el buen tiempo ha sido sin duda la mejor de las nuevas. Todo ello cuando en Cádiz no se vivía una Semana Santa completa desde 2009. Con todo ello, dos procesiones se quedaron en casa: Las Penas, por su crisis interna, y Resucitado por la lluvia. Son las notas negativas de unas jornadas donde se ha visto de lo mejor a lo peor.

De todos los numerosos y estrenos que traía esta semana de Pasión, dos han destacado sobremanera. El primero de ellos se produjo el Domingo de Ramos con el estreno del romano, paso y túnico en Despojado. El estreno de esta primera fase del misterio ha sido de lo más comentado, comentarios favorables a una nueva talla de evidente valor artístico. Han sido buenos días para contemplar como la Semana Santa va a más en lo que a patrimonio se refiere. Multitud de estrenos de enseres, restauraciones o nuevas fases de talla se han podido ver en la calle. Es esto una clara señal de un trabajo interno de un año bien realizado, máxime en los momentos de crisis económica que se atraviesan.

Buenas críticas se llevó también la importante mejora del palio de Trinidad de Medinaceli con la incorporación del San Juan, todo un acierto que en la Madrugá brilló especialmente.

Detalles patrimoniales

Si bien es cierto que cada año los cortejos de la Semana Santa cobran mayor interés por sus detalles patrimoniales, también digno de mención es la mejora de las cofradías en la calle. En líneas generales, buen trabajo de las fiscalías. Aunque hubo días de retrasos en la Carrera Oficial (como el mismo Domingo de Ramos), las corporaciones cumplieron con sus horarios. En general, los tramos lucieron compactos y hubo cofradías como Despojado, Jesús Caído u Oración en el Huerto que demostraron que dar cierto brío a los cortejos es posible y necesario para penitentes y público.

Igualmente, la vuelta a la oscuridad para las cofradías de negro ha sido una nota muy positiva para la Semana Santa, al poder recuperar un ambiente de recogimiento que engrandece a esas corporaciones en la calle.

El apartado de la carga también ha traído importantes mejoras, pese a las divisiones que produce. Y es precisamente estas divisiones las que tristemente han sido las protagonistas. Bien trabajado el caminar de pasos como la Virgen de la Salud de Mayor Dolor, el palio de la Virgen de las Penas, el palio de Soledad de Vera Cruz, el misterio de la misma hermandad, el Despojado o la Sentencia. Cada cual en su estilo, han sabido imprimir su carácter a las salidas y completar los recorridos con buen hacer.

El problema viene cuando su forma de portar los pasos (todas a hombro, por cierto, aunque por lo agrio del debate a veces pareciera que no) se convierte en motivo de discusión. Y ya más grave es que directamente se convierta en motivo de mofa, insulto o faltas de respeto en la calle. Triste son los gritos al Despojado o a la Virgen de las Penas de exaltados que parecen olvidar que son las juntas de gobierno de las cofradías las soberanas para imprimir el caminar que deseen a sus pasos.

El respeto

De hecho, una de las notas más negativas de la Semana Mayor gaditana viene de la calle. Escaso respeto existe a las hermandades en la calle en ejemplos que se cifran en cientos: calles sucias después de cada procesión, aceras llenas de cáscaras de pipas sin la más mínima consideración para el que realiza penitencia descalzo. Eso por no hablar de los referidos insultos a una cuadrilla (y por tanto a una imagen sagrada que esa cuadrilla porta), la falta de decoro en el vestir ya no del público general sino del propio cofrade y la falta de recogimiento en la calle. En cada fondo personas atravesando los cortejos o personas aplaudiendo y hablando a voces en cortejos de negro son aspectos a mejorar.

Todo ello en unos días marcados por distintos incidentes, de menor y mayor gravedad. El Domingo de Ramos la cera rizada en el palio de Amparo (que ardió peligrosamente), el golpe al dintel del Nazareno del Amor a la salida o la caída de una mano del San Juan de Luz y Aguas han sido los sustos ocurridos. Por suerte, ninguno de ellos fue de gravedad.

Toda una alegría para una Semana Santa que, pese a los necesita mejorar, avanza por el camino más adecuado. Bien trabajado por los cofrades, esos que ya están ideando con qué novedades y mejoras deleitarán la Semana Santa de 2015. La misma para la que ya ha comenzado la cuenta atrás. Cofrades, quedan 343 días para la Gloria.